Controlar para prevenir, esa es la premisa, pero también para detectar. El último viernes, previo a su inauguración, las cámaras del nuevo Centro de Monitoreo de Comodoro Rivadavia permitieron detectar cómo una pareja ingresó a un local comercial de la ciudad y robó un producto sin ser vista por los empleados del lugar. Cuando se dieron cuenta del faltante, los damnificados pidieron ver las imágenes de seguridad y grande fue la sorpresa cuando descubrieron que la ladrona era una mujer y que, tres días después, volvió con otra cómplice. 

Por estos días, el caso ya está en la justicia y evitaremos dar detalles para no estropear la investigación. Sin embargo, las imágenes dejan ver el modus operandi y son la prueba fundamental del robo perpetrado.

Esto es parte del trabajo que permite realizar el Centro de Monitoreo que recientemente inauguró el Ministerio de Seguridad de Chubut, a través de la empresa Alarsur. 

Su impulsor fue Sergio Ambrosio, un empresario que desde 1989 se dedica a la seguridad y hace 30 años se propuso construir un centro de monitoreo de gran escala que permita tener una cobertura en toda la ciudad.

Ambrosio lo aclara: el sistema tiene por objetivo prevenir, "ponerle varias barreras al robo" a través de alertas tempranas, e ir en la búsqueda de información para encontrar a los ladrones, detener su accionar o simplemente saber qué fue lo que sucedió.

Sergio Ambrosio es el empresario que construyó el Centro de Monitoreo de Comodoro.
Sergio Ambrosio es el empresario que construyó el Centro de Monitoreo de Comodoro.
Foto: ADNSUR

El Centro de Monitoreo cuenta con más de 100 cámaras distribuidas en toda la ciudad, observando lo que pasa en calles y veredas. A su vez, dispone de sistemas de alarmas privados que controlan lo que sucede en casas, empresas, instituciones e incluso en taxis, remises y otros vehículos corporativos que transitan por la región.

Es que lo más innovador que tiene este proyecto es el trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado, potenciando el equipamiento que hay en la ciudad en una misma central de monitoreo que permita trabajar las 24 horas de forma conectada; algo fundamental y lógico en pleno siglo XXI.

“Eso fue lo único que pedí”, dice Ambrosio en la visita de ADNSUR. “Trabajar en forma conjunta para la seguridad de Comodoro Rivadavia. La ciudad necesitaba un Centro de Monitoreo y el Ministerio de Seguridad se interiorizó y alquiló este espacio. Se hizo una separación para trabajar en forma reservada, pero a su vez permite trabajar en conjunto ante la activación de una señal de alarma en una propiedad, como en un botón de pánico en taxis y remises". 

"Cuando tenés un disparo de pánico, le damos la información a la policía; además, en las cámaras que están cerca se va visualizando. Así optimizamos los medios que se tienen para beneficio de la seguridad en Comodoro", explica con orgullo.

UN NICHO VACIO

Ambrosio es pionero en el negocio de las alarmas en Comodoro. En 1988 llegó a la ciudad desde Buenos Aires, como parte del escalafón del aire de la Fuerza Aérea. Era aviador y piloto de caza y bombardeo, y vino a la base Comodoro para volar Pucará, pero ante la falta de aviones terminó volando Twin de transporte. “Fui una especialidad mixta, medio no bien vista en la Fuerza Aérea, pero son gajes del oficio”, dice sin vueltas. 

Al empresario le apasionaba lo que hacía; sin embargo, no le alcanzaba el sueldo y vio en estos sistemas una forma de emprender. Eran tiempos en que no había alarmas en los vehículos y menos en las casas. 

“No había robos”, dice Ambrosio, pero encontró un vacío, como aquel empresario que hace unos años "quiso vender helados en invierno, o el que se le ocurrió que en Comodoro también podía haber piletas en domicilios.” 

A la distancia, recuerda el día en que vendió su primera alarma. Era un maestro y se llamaba Marcelo Rodríguez. Ambrosio lo cuenta con lujo de detalles: “Estaba en el Mercado Comunitario, donde hoy está el Centro Cultural, frente a un puesto de pollo y otro de mariscos, en un pasillo. Tenía un stand, una silla, un escritorio y una casita con una alarma bien puesta. Y cada vez que abrían las puertas, se disparaba la alarma. Vendí eso, después fue ‘Corcho’ Kan y después una cadena de ventas de primera línea, gente de clase alta. Ganaba una fortuna en esa época”. Así inició Alarsur, una de las primeras empresas de seguridad de la zona. 

El Centro cuenta con varios puestos de vigilancia en el que interactúan los operadores.
El Centro cuenta con varios puestos de vigilancia en el que interactúan los operadores.

MONITOREO A GRAN ESCALA

El proyecto comenzó con unos pocos sistemas instalados por Ambrosio y un pequeño equipo compuesto por Boroni, Vilchez y Taborda, todos suboficiales de la Fuerza Aérea que, durante años, trabajaron en la empresa.

Eran otros tiempos en que estaba por hacerse. “Yo empecé a monitorear en el 93 y era todo distinto”, recuerda el empresario. “Los primeros sistemas eran por teléfono y tardaban tres minutos en llamar. Hoy hay una evolución tremenda, porque ahora a los cuatro segundos estamos comunicando los eventos a la gente por medio de WhatsApp y los diferentes medios de comunicación. Pero cuando comenzamos, en el 89, era un aviso telefónico, una central telefónica que sonaba y un comunicador telefónico te llamaba y te hacía un ruido de sirena”

“Después existió el comunicador telefónico hablado, que te dejaba un mensaje y que muchos pusieron al 101 y mandaba la comunicación hablada a la seccional policial”, recuerda. “Y también existió la sirena afuera y una garita en una esquina que cuidaba las cuatro cuadras. Pero lo que cambió todo fue el monitoreo con sistemas israelíes, Rokonet”. 

Ambrosio cuenta que desmenuzó el panel para saber cómo se comunicaba. A través de un módem, el sistema enviaba un mensaje a una recibidora y a través de una ruidosa impresora, mostraba, mediante un código, qué estaba sucediendo en el lugar. Luego llegaría la computadora, la utilización de software y la evolución hasta la conexión a través del teléfono celular.

“Era algo impensado que esto pudiera perdurar en el tiempo”, dice el empresario, “pero comencé a trabajar en monitoreo a través de Ademco y DCC, dos líneas de Canadá y Estados Unidos, y visité muchos centros de monitoreo en el mundo. Me gustó la idea y terminé dejando la fuerza aérea para crear eso que vi en el primer mundo”. 

Fue en esa época que comenzó a gestarse este proyecto: un gran Centro de Monitoreo que cubriera todo Comodoro.

El proyecto se ideó en la década del 90 y este año se concluyó. Foto: Alarsur.
El proyecto se ideó en la década del 90 y este año se concluyó. Foto: Alarsur.

El edificio, en su primera etapa, tiene más de 700 metros cuadrados. La superficie destinada a seguridad cuenta con 210 metros cuadrados: 25 que corresponden a Alarsur, donde funciona una segunda sede de la Central de Monitoreo ubicada en la calle Rivadavia al 300, y 185 metros que fueron alquilados al Ministerio de Seguridad.

El lugar cuenta, además, con una gran sala de servidores, energía y diferentes espacios, desde una sala de conferencias hasta oficinas de servicio técnico y otra sala de servidores. 

El Centro de Monitoreo cuenta con más de 100 cámaras que pertenecen al Ministerio de Seguridad y con equipos que integran la red de clientes de Alarsur, vinculados a sus respectivas alarmas.

En las imágenes, por ejemplo, se puede ver lo que sucede afuera de una conocida escribanía, también en la avenida Progreso, una casa de cambio o en la calle Ameghino, donde un domo permite registrar imágenes con mayor versatilidad. Las cámaras no solo filman en vivo con gran nitidez, sino que también permiten grabar el contenido y almacenarlo durante unos días.

Además, gran parte del sistema cuenta con asistencia por inteligencia artificial que permite detectar autos o rostros y seguir su curso en diferentes cámaras, como una manera de disminuir el trabajo al momento de buscar un objetivo.

“La inteligencia lo hace de forma automática. Esa es la tecnología que tenemos hoy en Comodoro. Cada vez que pasa un auto, toma esa silueta, ese color y el software te ayuda a encontrarlo. Entonces, cuando se dispara la alarma, se visualiza la propiedad y se filtra la información para que la denuncia sea más fidedigna”, cuenta el empresario.

Por otro lado, también se controla el movimiento de taxis y remises, autos de empresas y de particulares que cuentan con seguimiento por geolocalización. Remises como Apolo, Austral, Comodoro, Malvinas, Panchito y Pueyrredón custodian sus unidades en este gran mapa que incluye a más de 300 vehículos que son custodiados las 24 horas.

En el Centro de Monitoreo también se custodia vehículos de empresas, particulares, taxis y remises que forman parte de la cadena de clientes de Alarsur. Foto: ADNSUR.
En el Centro de Monitoreo también se custodia vehículos de empresas, particulares, taxis y remises que forman parte de la cadena de clientes de Alarsur. Foto: ADNSUR.

El sistema es sencillo: cuando se activa una señal, lo informa al Centro de Monitoreo. Aparece la patente, el interno, se confirma si el vehículo está encendido o apagado e incluso se muestra la velocidad que lleva. Ante la señal, se actúa. 

Es que cada procedimiento tiene un protocolo. No es lo mismo una baja batería o un error de código que una señal de pánico, y mucho menos en taxis, remises o comercios. En ese caso, se llama en forma directa a la policía, se corrobora la situación y comienza el rastrillaje. 

“Hacemos la denuncia policial solo cuando lo amerita, porque el 80% son falsos disparos por errores del usuario, y lo más importante es dar información fidedigna. Tenemos cerca de 2.300 intentos de robos frustrados; algunos se han perpetrado porque no somos infalibles, porque esto es como una vacuna para una propiedad: puede tener la enfermedad, pero no te llega a matar. Y la forma de evitarlo es con una alerta temprana y la prevención. Evitamos el robo desde la vereda, después el patio interno, después la ventana y, finalmente, el interior. Hay que ponerle varias barreras al robo.”

El Centro de Monitoreo permite visualizar las cámaras en vivo pero también grabar y almacenar el contenido por unos días. Foto: Prensa Municipalidad de Comodoro.
El Centro de Monitoreo permite visualizar las cámaras en vivo pero también grabar y almacenar el contenido por unos días. Foto: Prensa Municipalidad de Comodoro.

El sistema trabaja en interfaz para que sea seguro y continuo. Por supuesto, el Centro de Monitoreo cuenta con autonomía eléctrica a través de un generador y todo un protocolo para optimizar el trabajo en caso de emergencia. 

“Ahora tengo una responsabilidad mayor”, dice Ambrosio. “Compartir y aclarar el evento de un disparo de alarma para que sea algo más sano y la policía no concurra a un lugar donde no pasa nada. Pero está la posibilidad de creer, porque yo quiero que esto sea el Centro de Monitoreo de toda la provincia, que este salón pase a ser la sala de servidores y que el espacio aéreo lo tome el Estado y construya los otros pisos: uno para el monitoreo en Comodoro, otro para el valle y un cuarto para la cordillera, y que esté toda la información digital de la provincia en un solo lugar. Pero eso es una decisión política a futuro.” 

Con orgullo, Ambrosio dice que soñó esto antes de que funcionara el gran Centro de Monitoreo de Tigre, que financió por cuenta propia y que, después de muchos años, logró hacerlo.

“Esta era la idea de un loco y ahora quiere verlo crecer. Fue coraje, aposté y perseveré hasta lograrlo porque no hay nada que caiga del cielo ni que tengas suerte. Las cosas se concretan con objetivos, con perseverancia y sin desviarse. Este era el puerto y llegué, ahora quiero que esto crezca”, dice con orgullo.

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