La caída del petróleo, la baja en combustibles y el precio de equilibrio para producir: un cruce de curvas peligrosas y el efecto inevitable en la cuenca San Jorge
La reducción de precios en naftas y gasoil sería de entre 13 y 40 pesos, pero marca una tendencia de alineación con el mercado internacional. Si el petróleo sigue bajando, las naftas también. El lado B: el riesgo para la producción en áreas maduras.
La baja del precio internacional del petróleo llevó al presidente de YPF, Horacio Marín, a anunciar que esta semana bajarán los combustibles en la Argentina. Aunque no será significativa, la medida refleja “el nuevo paradigma”, según dijo el ejecutivo, de la alineación con el mercado mundial. ¿Hasta dónde puede llegar? El delicado límite con la viabilidad de cuencas maduras, como la del golfo San Jorge, en un horizonte en el que algunos ya hablan de un barril a 50 dólares
La disminución de precios de naftas y gasoil tiene un antecedente similar en enero de 2019. Por entonces, la reducción fue del 3,2%, por una combinación entre baja del precio del crudo y estabilidad del dólar. En esta oportunidad, se anticipa que las naftas retrocederán un 1,5% y el gasoil, alrededor del 3%.
El impacto no será muy notorio en el bolsillo. Son 13 pesos menos por litro de nafta Súper y sube a 40 pesos para el diésel de mayor refino, en base a los precios de Comodoro Rivadavia y la Patagonia en general. Sin embargo, puede ser un sendero en caso de que el valor del crudo baje aún más.
El crudo Brent, que se tomó como referencia en Argentina durante los últimos años, muestra una tendencia a la baja en los últimos meses, cayendo unos 16 dólares, lo que significa un 18%, desde su precio máximo en abril de este año y el mínimo de las últimas semanas. En lo que va de septiembre, el crudo cotiza un 7% debajo de agosto, que a su vez retrocedió un 6,2% con relación a julio.
En enero de este año, el barril cotizó a un promedio de 79,11 dólares; en febrero, a 81,64; en marzo, a 84,66; en abril, a 89,29; en mayo, 83,45; junio, 82,73; julio, 83,87; agosto, 78,70; y hasta el 24 de septiembre, a 73,90, según un informe elaborado por especialistas de la región, al que tuvo acceso ADNSUR.
POR QUÉ CAE EL PETRÓLEO
Los motivos de ese descenso de precios son explicados por expertos internacionales en base a una combinación de factores. Por un lado, se habla de la caída de la demanda en China, que tiene un aspecto temporal, por una menor actividad económica y una crisis inmobiliaria que retrajo la demanda; y por otro lado, un causal más de fondo, vinculado al crecimiento de la electrificación creciente del gigante asiático.
"Hoy China tiene la mitad de los automóviles eléctricos de todo el mundo", le dijo el analista Eduardo Fernández a esta agencia semanas atrás, cuando fue consultado por los motivos de la situación internacional. Combinado con una política que incentiva el crecimiento de los vehículos de esa característica y penaliza los de combustión interna, se cree que la demanda de China seguirá bajando el próximo año, por haber alcanzado el pico de su demanda de hidrocarburos.
"La importante de China para el crecimiento de la demanda de petróleo este siglo ha sido tan grande que esta precipitada desaceleración plantea importantes preguntas sobre la futura trayectoria global", dijo la Agencia Internacional de Energía, en un informe citado por 'El Economista' (www.eleconomista.es).
El mismo medio especializado evaluó, en otro informe, la perspectiva de crecimiento de la producción en Estados Unidos, a partir de su producción de 'shale oil' en la formación Pérmica, el modelo al que viene copiando Vaca Muerta en Neuquén.
Estados Unidos es hoy el primer productor mundial, con unos 13,3 millones de barriles de petróleo por día y en lo que queda del año podría elevar a 13,7, previéndose que supere los 14 millones diarios en 2026, según proyecciones del JP Morgan, mencionadas por 'El Economista'.
Como dato comparativo, vale mencionar el reciente hito de Vaca Muerta, que acaba de superar el promedio de los 400.000 barriles por día, según publicó 'Energía On', de diario 'Río Negro'.
Volviendo al mercado internacional, las proyecciones de que la producción de Estados Unidos continuará en aumento, en base a una creciente eficiencia y reducción de costos, llevó a advertir que el punto de equilibrio para el 90% de los pozos de la formación Pérmica se encuentra en torno a los 60 dólares, mientras que el 86% podría seguir produciendo, sin registrar pérdidas, con un barril de 50 dólares (según el informe del JP Morgan, citado por 'Economista').
9 MESES CONSECUTIVOS DE REDUCCIÓN DE VENTA DE COMBUSTIBLES EN ARGENTINA
De acuerdo con el anuncio de Marín, desde ahora será común en Argentina que cuando el precio del mercado internacional baje, los valores de los combustibles en el país también desciendan. Y viceversa, cuando haya subas del precio del crudo, también lo harán los combustibles.
Los precios del petróleo en Argentina todavía tienen una inercia regulatoria, ya que no están totalmente en paridad con el mercado internacional. Sin embargo, las bajas registradas a nivel global empezarán a reflejarse en las próximas liquidaciones del país.
El anuncio podría contener también la búsqueda de un efecto de mercado, basado en la fuerte caída que siguen experimentando las ventas de combustibles en el país. En agosto se registró el noveno mes consecutivo de retroceso, con respecto a igual mes del año pasado, en un proceso iniciado desde noviembre del año pasado.
De acuerdo con un informe de 'Todohidrocarburos.com', en agosto la venta de naftas en el país fue un 6,69% inferior al mismo mes del año pasado; en julio, la caída interanual fue del 5%; en junio, del 9,17% y así hasta diciembre.
En gasoil, la serie de 9 meses no es del todo negativa, ya que tuvo algunos meses positivos, como mayo, con una suba del 3,5% y julio, con el 0,88%, que no compensan las caídas del 13,3 en marzo, el 6,3% en abril o el 8% negativo que promedian junio y agosto.
Se verá en qué grado el anuncio de una baja de precios puede incentivar en algo una demanda cuya caída se vincula con la menor actividad económica y la pérdida de ingresos, aun cuando hay que reconocer que las naftas todavía no igualaron a la inflación acumulada en el año, por su variación en el surtidor (los precios acumulan un promedio del 75% de suba en surtidor durante 2024, contra 94% del IPC acumulado hasta agosto).
Por otro lado, hay una comparación interesante para hacer, aunque por ahora quedará inconclusa. Frente a una caída de precios del 18% en el petróleo, los combustibles retroceden entre 1,5 y 3%. Quedará la incógnita a despejar en caso de una tendencia contraria:¿cuál será la velocidad de suba de los combustibles, si algún factor geopolítico internacional volviese a disparar los precios del petróleo hacia arriba?
Otra salvedad que pondría tope a la mejora de precios, sobre todo si se profundiza la baja del crudo, es la recuperación de impuestos a los combustibles que contempla el proyecto 2025, por los que el gobierno busca compensar la caída de otros ingresos, como la eliminación del impuesto PAIS. La carga tributaria se actualizará fuertemente el año próximo, lo que volverá a ejercer presión sobre los surtidores.
LOS PRECIOS EXTERNOS Y EL IMPACTO EN SAN JORGE Y VACA MUERTA
El esperado “premio” de la baja de precios de combustibles que puede aparejar la caída del petróleo internacional tiene un límite marcado por el precio necesario para sostener la producción en el país.
En la cuenca San Jorge, por los altos costos que implica mantener la extracción de crudo con crecientes volúmenes de agua de formación, ese límite es incluso más alto. Esto lleva a estimar que el precio de equilibrio para mantener la actividad sin cambios en la región está en torno a los 65 dólares por barril, muy por encima de los 60 ó 50 dólares que podrían “aguantar” sin cambios la actividad en los ricos yacimientos de Estados Unidos.
Para Vaca Muerta, ese umbral puede ubicarse más cerca de los 60 dólares, a partir del mayor rendimiento de sus pozos. De hecho, el año pasado la producción no dejó de crecer cuando en el país regían precios internos, con un tope de 58 dólares para esa región.
Esto plantea interrogantes de cara al año próximo, para el caso de que se cumplan las proyecciones de un mercado petrolero con precios relativamente más bajos.
¿Será más alto el beneficio de combustibles un poco más ‘baratos’, o el costo social y económico (menor actividad y caída de regalías) de yacimientos maduros con menor actividad?
Está claro que la pregunta anterior no da la oportunidad de decidir cuál opción es preferible. En un mercado que avanza hacia la desregulación y el alineamiento internacional, sólo queda observar la ola y descubrir, ya en medio del movimiento, cuál es la altura de la cresta. Y a cuánto llega la profundidad de la caída.