Después de un período de relativa estabilidad en el precio de la carne vacuna, que incluso llegó a registrar una caída en términos reales en lo que va del año, diversos factores podrían llevar a un encarecimiento del producto en los próximos meses. Tanto desde el lado de la oferta como de la demanda, se perfilan elementos que apuntan a un escenario alcista para este rubro, que históricamente ha sido uno de los principales impulsores de la inflación en el país.

Según un análisis reciente del economista del Ieral, Franco Artuso, la carne vacuna fue uno de los rubros que menos presión ejerció sobre los precios al consumidor en lo que va de 2024. De hecho, en términos reales, el precio de la carne se ubica 15% por debajo de los niveles de hace diez meses. Esto, a su vez, derivó en una caída del 20% en el consumo, que se encuentra en mínimos históricos.

Sin embargo, este panorama podría cambiar en el corto plazo. Por el lado de la oferta, la producción de carne cayó casi 9% interanual durante los primeros siete meses del año, mientras que el valor de la hacienda en pie -el principal costo de producción- se incrementó entre 7% y 8% en términos reales. Además, de cara a los próximos meses, suele darse una corrección estacional al alza en los precios de la hacienda.

A esto se suma la posibilidad de que los productores comiencen a redirigir una mayor proporción de la producción hacia la exportación, luego de la reciente reducción de los aranceles a los productos y subproductos cárnicos. Esto podría generar presiones alcistas sobre los precios internos.

Advertencia por posible suba del precio de la carne: claves de un escenario alcista
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Por el lado de la demanda, el analista señala que, si la actividad económica repunta hacia finales de año como se espera, las familias podrían retornar a sus patrones de consumo habituales, con una mayor participación de la carne vacuna en sus canastas. Esto atenuaría el factor bajista que implicó la sustitución por otras carnes, como el pollo y el cerdo, durante los primeros meses del año.

Claro que este escenario de suba de precios no está exento de riesgos. De hecho, a pesar de la caída respecto a diciembre, la carne vacuna aún se ubica 6% por encima del promedio de enero a julio del año pasado, lo que explica el desplome del 20% en el consumo. Es decir, el producto sigue sin ser "barato" en relación al pasado, lo que podría limitar la capacidad de absorción de un eventual aumento por parte de los consumidores.

En definitiva, diversos factores, tanto del lado de la oferta como de la demanda, apuntan a un escenario de encarecimiento del precio de la carne vacuna en los próximos meses, luego de un período de relativa estabilidad. Sin embargo, la sensibilidad del producto al poder adquisitivo de los hogares también será clave para determinar el alcance de dicho incremento.

Con información de Infobae, intervenida por IA, editada por un periodista de ADNSUR.

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