“Dos años atrás no me imaginaba todo esto”, dice Pablo Braúl (52), vicepresidente de Operaciones del Golfo San Jorge, cuando brinda detalles sobre el desarrollo que significó el Centro Integrado de Operaciones (CIO) que Pan American Energy montó en Comodoro Rivadavia, la provincia de Chubut donde se descubrió el petróleo en Argentina.

El espacio permite operar Cerro Dragón desde la ciudad, el yacimiento petrolero que tiene 14 veces la superficie de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y más de 4.200 pozos productores y 1.200 pozos inyectores. Hoy, gracias a la tecnología, la inteligencia artificial y el desarrollo de software, el yacimiento puede ser monitoreado y controlado desde el CIO, vía remota, una innovación para la industria petrolera, asegura Braúl.

El ejecutivo es quien encabeza el proyecto. Hace cuatro años, cuando asumió su cargo, consideraba que era impensable realizar todo este desarrollo, pero el avance de la tecnología lo ha hecho posible, de la mano de la inteligencia artificial y la Internet de las Cosas (IoT).

“Hoy nos preguntamos: ¿cómo hacíamos eso? ¿Cómo no nos dimos cuenta antes? Pero bueno, se dio en este momento el desarrollo tecnológico, la necesidad de la industria y una empresa que busca permanentemente innovar. Me parece que ese fue el combo perfecto o la incubadora para poder gestar este proyecto”, dice con orgullo.

En el Centro Integrado de Operaciones de Pan American Energy trabajan 170 personas.
En el Centro Integrado de Operaciones de Pan American Energy trabajan 170 personas.
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INNOVAR EN PATAGONIA

El Centro Integrado de Operaciones comenzó a desarrollarse hace casi tres años. Para su desarrollo, se generó un road map digital en el que trabajaron diferentes sectores de la compañía con un objetivo claro: la digitalización de la operación.

A priori, se sabía que había dos ventajas: la avanzada sensorización con la que contaba Cerro Dragón y el know-how de sus trabajadores.

Para avanzar en el proyecto, se buscaron trabajos de características similares que se hayan realizado en la industria. Sin embargo, grande fue la sorpresa cuando detectaron que aún no había ningún desarrollo de esas proporciones en el mundo, debido al tamaño de la operación.

“No había antecedentes”, explica Braúl. “En plataformas offshore hay algo, pero son muchos menos pozos, con una complejidad mucho más baja. Realizamos algunas visitas a minas en Chile y una operación en Ecuador (de menor escala), con poco desarrollo. La ventaja que teníamos era la sensorización del yacimiento. Había un camino ya recorrido desde el inicio de la operación de PAE en Dragón y eso nos dejaba en una posición muy favorable. Por eso, rápidamente pudimos capturar valor al empezar con la centralización de cierta parte de la operación.”

El primer paso, a principios de 2023, fue optimizar los pozos. Para realizar ese proceso, se centralizó en una sala de control todo lo relacionado con las instalaciones de producción, baterías y plantas de inyección de agua salada. Medio año después, llegaría la optimización de la planta de petróleo, donde se pone en especificación para la venta y se transporta hasta Caleta Córdova.

El vicepresidente de Operaciones dijo que con este desarrollo “se logró una mayor eficacia en la captura de oportunidades y se disminuyó el tiempo muerto de los equipos, logrando extender la vida productiva de Dragón.”
El vicepresidente de Operaciones dijo que con este desarrollo “se logró una mayor eficacia en la captura de oportunidades y se disminuyó el tiempo muerto de los equipos, logrando extender la vida productiva de Dragón.”
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Se trata de ductos críticos para la compañía, sostiene Braúl, y representan un gran desafío, en virtud de que toda la gestión y monitoreo hasta entonces se realizaban desde el mismo yacimiento. 

Esa primera etapa no sólo significó una prueba técnica de magnitud, sino también el primer paso en esta reconversión que se da en torno a las nuevas tecnologías. Braúl asegura que el resultado fue positivo: “Logramos mucha sinergia, buena comunicación sobre los diferentes sectores, bajamos el riesgo de la gente en subir y bajar a Dragón, ganamos en calidad de vida de los empleados, que estaban más cerca de sus casas, disminuimos la huella de carbono y el impacto en el ambiente.”

Con ese primer resultado, se avanzó en la segunda etapa del proyecto y, en diciembre de 2023, se pudo centralizar la Planta de Tratamiento y Compresión de gas. Un mes más tarde, se logró la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, otro punto clave del yacimiento.

El Centro Integrado de Operaciones ya contaba con 500 metros cuadrados de superficie, pero aún faltaba un paso más: la integración de los equipos de torres, es decir, los equipos de perforación, terminación, pulling y las áreas de programación integral que les dan soporte.

En la actualidad, 170 empleados trabajan en el Centro Integrado de Operaciones, un sector de 800 metros cuadrados dividido en tres pisos dedicados íntegramente al monitoreo y control de Cerro Dragón.

Mientras recorremos el lugar, Braúl dice: “El CIO es un ecosistema donde, a través de procesos colaborativos, las diferentes áreas interactúan de manera ordenada, logrando una mayor eficiencia en la gestión de los recursos.”

Para el desarrollo del CIO, la compañía realizó sus propios procesos. Por un lado, desarrolló sus propios algoritmos "que automatizan la toma de decisiones y el acceso a los datos"; y por el otro, realizó una importante incorporación de tecnología que permite operar el yacimiento a distancia y disminuir el consumo energético.

Es que, como dice Braúl, “hay más de 4.200 pozos productores y 1.200 pozos inyectores. Eso requiere un músculo en el campo muy importante, y la automatización y la toma de control a distancia te facilitan la gestión de este activo.”

La última semana, el CIO sumó un nuevo equipamiento a este desarrollo: el segundo dron que supervisa la zona de Jorge a través de relevamientos fotográficos y videos. Se trata de dos vants que son operados a distancia de forma automática por una piloto que diagrama su ruta, controla el estado de carga de sus baterías y está atenta a cualquier inconveniente que se pudiera suscitar durante el vuelo. En este punto, vale aclarar que PAE, en colaboración con una compañía de servicio, está desarrollando los algoritmos "que identifican desvíos y oportunidades, y permiten una gestión más automática" de cada nave que hace hasta 20 vuelos diarios.

Monitorean en tiempo real el proceso productivo, desde la perforación, la reparación de los pozos con equipos de torre, la puesta en producción, las cuadrillas que dan soporte y los vehículos.
Monitorean en tiempo real el proceso productivo, desde la perforación, la reparación de los pozos con equipos de torre, la puesta en producción, las cuadrillas que dan soporte y los vehículos.
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PENSAR Y PROYECTAR

Braúl afirma que los desafíos fueron enormes al momento de pensar en todo este desarrollo. “Primero, el tema de comunicación, que es básico, porque si bien teníamos una fibra óptica dedicada y radiofrecuencia como backup, al operar a 70 kilómetros, tenés que tener una vía de comunicación muy confiable y robusta.”

Sobre ese punto, cuenta que Pan American Energy realizó un convenio con una empresa prestadora de servicios para tener otra fibra óptica de backup. También mejoró la comunicación por radiofrecuencia y comenzó la instalación de antenas de otros proveedores. “Además, tenemos un plan de contingencia para operar desde el campo si hay algún imprevisto, que fue puesto a prueba durante la contingencia climática del 18 de junio pasado. Operar desde el CIO reduce significativamente el riesgo de accidentes personales y vehiculares”, aclara.

Otro punto fundamental al momento de pensar en tecnología es el abastecimiento energético de todo el sistema. Para garantizar este punto, se instaló una usina de backup en el CIO.

Al momento de pensar en el personal, se trabajó en generar nuevas competencias en el recurso humano. En ese sentido, se sostiene que “es un gran desafío. Hay temas de conocimientos técnicos que estamos encarando y también temas culturales sobre cómo adaptarse a esta nueva forma de operar.”

"También tenemos que trabajar con la incertidumbre, en el sentido de que estamos construyendo el camino. Al ser pioneros, utilizamos un proceso iterativo como parte del aprendizaje. La idea es que, si te vas a equivocar, equivócate rápido y corrige lo antes posible. Aceptamos que el error es una oportunidad para mejorar y seguir creciendo."

ENTRE SENSORES Y ALGORITMOS

Por el momento, el yacimiento no está 100% automatizado, pero sí se monitorea en tiempo real su proceso productivo, desde la perforación, la reparación de los pozos con equipos de torre, la puesta en producción, las cuadrillas que dan soporte y los vehículos. Es decir, todo el circuito del producto, sea gas o petróleo, incluyendo las plantas de inyección y el bombeo hasta Caleta Córdova. Pero, como dice Braúl, para que el sistema sea efectivo es necesario que los datos sean confiables y que los algoritmos los transformen en información valiosa para la toma de decisiones; siempre hay un experto asegurando que el proceso fluya en el sentido deseado. Es invaluable el conocimiento previo de la operación.

Quizás este sea uno de los puntos principales que vuelve atractivo al CIO de Cerro Dragón, porque, además del monitoreo y el control, permitirá optimizar el proceso en relación con los mismos datos que vaya aportando el trabajo diario. Braúl lo explica: “Los parámetros que se monitorean en los pozos son procesados por un algoritmo que llamamos Asistente Digital de Pozos (ADP), que genera todos los días un diagnóstico y una recomendación para cada uno de los 4,200 pozos productores. Previo al desarrollo del ADP, solo lográbamos revisar 150 pozos por día. Por otro lado, desarrollamos una matriz que prioriza todos esos hallazgos, desvíos y oportunidades. Y eso apunta a dos caminos: ¿cómo puedo hacer para que el pozo produzca más? y ¿cómo puedo hacer que el sistema que estoy utilizando para producir el pozo dure más?”.

El vicepresidente de Operaciones del Golfo San Jorge confirma que, con este desarrollo, “se logró una mayor eficacia en la captura de oportunidades y se disminuyó el tiempo muerto de los equipos, logrando extender la vida productiva de Dragón.”

"Esos son los dos objetivos que el asistente digital de pozo está atacando. Nos permite tener una agilidad y una visión de lo que está sucediendo en el campo en tiempo real, algo que antes era imposible. Aparte, lo hacemos de forma estandarizada porque es a través de algoritmos y bajo la supervisión de nuestra gente experta que conoce de qué se trata el negocio. Antes, el criterio dependía de la experiencia de cada uno de los operarios y hoy es mucho más acotado; nos nutrimos de la experiencia de todos los que están trabajando vinculados a los pozos. Entonces, el producto es más robusto y preciso."

El objetivo es seguir optimizando y mejorando el trabajo diario en el yacimiento. Por esa razón, se están realizando diferentes pruebas. Una de ellas es una prueba piloto que permite conocer las condiciones del operario cuando realiza tareas específicas. Por ejemplo, cuando un empleado está trabajando en altura o cuando ingresa a un lugar donde puede haber diferentes tipos de gases. Si bien este tipo de tecnología se aplica en otras industrias, su comportamiento es muy diferente cuando se piensa en un yacimiento del tamaño de Cerro Dragón, que es una ciudad por sí misma.

“Estamos generando y desarrollando otros asistentes digitales, que son algoritmos que nos ayuden a tomar mejores decisiones”, dice Braúl. “En este momento estamos trabajando en uno que se ocupa de intervenciones de pozos y diseño de instalaciones de producción. Y debido a la escala de la operación, este desarrollo va a significar otro punto de inflexión”, dice, esperanzado en seguir avanzando con este tipo de desarrollo.

En ese sentido, explica que ese proceso generará “un cambio cultural muy profundo en la gente, porque teníamos una operación alineada con la geografía, dividida por unidades geográficas, y ahora estamos trabajando con procesos transversales a todo Cerro Dragón, lo que nos permite que los recursos operen donde realmente son necesarios y donde agregan valor.”

En términos cuantitativos, por su parte, hay un dato ejemplificador al momento de pensar en la efectividad de los procesos. “Antes nosotros revisábamos todos los pozos en dos meses; ahora lo hacemos en 15 días”, dice Braúl.  “Otro punto positivo que identificamos es que comenzamos a detectar una mayor cantidad de acciones que antes no lográbamos capturar. Entonces, eso genera que tengamos que enviar cuadrillas a resolverlo, y antes esa necesidad no existía. Estamos mirando el mediano y largo plazo, no solo de PAE, sino de la industria en general.”

"El futuro llega más rápido de lo esperado y hoy debemos adaptarnos, aprender a convivir con la tecnología y utilizarla a favor de nuevos desarrollos que mejoren la calidad de vida de las personas y garanticen el empleo, un eslabón fundamental de todo este proceso de cambio", sostiene Braúl.

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