A diez años del crimen de Domingo Expósito Moreno, el español que llegó a Comodoro luchando por la tenencia de su hija
En "Expedientes Comodoro", revivimos uno de los casos más impactantes que conmocionó a la comunidad y captó la atención de los medios internacionales. Domingo Expósito Moreno había llegado a la ciudad para luchar por la tenencia de su hija y, tras una larga batalla legal, obtuvo un fallo que le permitía regresar a España junto a la menor. Sin embargo, a solo días de cumplir su objetivo, su vida fue brutalmente truncada: fue asesinado a quemarropa en la puerta de su casa, sin que mediara palabra, por la pareja de la madre de la pequeña.
Se cumplieron diez años del crimen de Domingo Expósito Moreno, el español que había llegado a Comodoro con la intención de luchar por la tenencia de su hija. A pesar de haber obtenido un fallo judicial que le permitía viajar a España con la menor, su vida fue truncada días antes de partir. En la puerta de su casa y sin mediar palabra, fue asesinado a quemarropa por la pareja de la madre de la pequeña.
En “Expedientes Comodoro”, recordamos uno de los casos más impactantes y dolorosos que trascendió en los medios internacionales y quedó grabado en la memoria colectiva de toda una comunidad.
El 25 de junio de 2014, la vida de Domingo Expósito Moreno se apagó en un instante: fue abatido por cinco disparos que lo dejaron tendido en el suelo. Las investigaciones rápidamente recayeron sobre la madre de la menor, con quien mantenía una disputa por la tenencia de su hija.
“Llegábamos a mi casa cerca de las 22 hs con mi hijo y Domi, que iba manejando, y al llegar al estacionamiento, justo en frente estaba estacionado un auto que conocíamos bien por la patente. Cuando nos bajamos, inmediatamente baja una persona encapuchada, vestida de negro, con un arma en sus manos apuntando hacia Domingo y le disparó; le disparó sin mediar palabra, le dio aproximadamente cinco disparos. Domingo quedó tirado en el suelo sin vida. Busqué un lugar para protegerme con mi hijo, temiendo que después de esos disparos nos quisiera disparar a nosotros. Después se subió al auto y se fue”, recordó Carolina Gayá, quien era entonces pareja de Domingo.
La familia de Domingo, que reside en España, esperaba con ansias en esos días su llegada junto a su pequeña hija; la justicia lo había autorizado a viajar a su país natal para continuar con algunos trámites vinculados a la tenencia.
“A las seis de la mañana escuché abrirse la puerta de mi casa y eran todos mis hijos. Les dije: ‘Dime qué le ha pasado al Domi, al Domi le ha pasado algo. Si, mamá, al Domi lo han matado’.En ese momento me caí al suelo porque de esperarlo a él con su niña a darme esa noticia me vine abajo. Todo este tiempo yo seguí luchando por mi hijo y por mi nieta, pero no se pudo conseguir nada”, relató Josefa, la mamá de Domingo.
En el juicio, que comenzó el 5 de septiembre de 2016, el fiscal en jefe, Marcelo Crettón, había confirmado que “la jueza de familia de esta ciudad había autorizado el traslado hacia España para discutir la custodia” de su hija. En tanto, Manuel Huertas, abogado de Domingo en España, aseguró que “él tuvo la custodia desde el primer momento porque un juzgado español competente para eso se la concedió. Argentina solamente se tenía que limitar a ejecutar esa sentencia”.
En diálogo con “Expedientes Comodoro”, el Dr. Guillermo Iglesias, quien representaba a Nadia Kesen en el juicio por el homicidio de Domingo Expósito Moreno, confirmó que la sentencia del juzgado de familia de Comodoro Rivadavia había ordenado que viajara la madre con la menor.
“Que vuelvan a España a reconducir con la vida que tenían allá. El problema fue que desde que se produjo esa sentencia hasta que efectivamente se podían ir, pasó mucho tiempo; no se podían ir una sin la otra. Si la sentencia hubiera ordenado que solamente la menor se fuera, tal vez hubiera sido más fácil. Esa fue una crítica que le hicimos al sistema, porque eso hizo que se demore y, a medida que se demoraba, el vínculo con los padres iba cambiando”, explicó.
Josefa, madre de Domingo, explicó que “mi hijo lo que quería era venir con mi niña para que nosotros la viéramos, venir con ella para poner los papeles en condiciones y luego volverse para Argentina porque pensaba volver a Comodoro con Carolina, porque él hizo pareja con ella y se llevaban estupendamente bien”, lamentó.
La vida del español en Comodoro
Domingo era oriundo de Santa Fe de los Boliches, una localidad en la provincia de Málaga, y como buen español llevaba la música en la sangre. Tocaba el cajón y en Comodoro conoció a Carolina Gayá, profesora de danzas españolas con quien hizo pareja y compartían el amor por el flamenco.
Aquí trabajó e hizo amigos que fueron testigos de la lucha que inició para obtener la tenencia de su hija cuando se vino a vivir a Comodoro con la madre. “Cuando él miraba a su hija, se desarmaba. Lo veías en su mirada, además la tenía tatuada del lado izquierdo del pecho y él siempre decía que donde estuviera su hija él iba a estar”, relató Lía, una de sus amigas que también fue de las primeras en llegar al lugar aquella fatídica noche.
“Súper servicial, Domi siempre estaba a la piel de cañón, le encantaba cocinar y esa era su manera de decir 'te quiero'. Le gustaba mucho la música y siempre estaba como vibrando alto con su música”.
Desde el día de su muerte, Lía nunca más volvió a hablar de lo que vio esa noche cuando un llamado telefónico, a las 23:10 hs, le comunicaba lo que había pasado. “Es muy fuerte decir: 'mataron a una persona'. Cuando llegué al lugar, me acuerdo que me arrodillé y lo miraba porque no podía entender cómo todo se había dado así después de tanta lucha. Muy pocas veces en la vida uno se enfrenta a una situación así, no siempre ves a una persona muerta, con cinco balazos, la cara destruida y ensangrentada. La verdad que fue tremendo; parecía que estaba dentro de una película de terror.”
Las investigaciones descartaron de inmediato que el motor del crimen hubiera sido un intento de robo. “Lo primero que pensé era que había sido ella -dijo en referencia a la madre de su hija- porque era la única persona que le molestaba a Domi en Comodoro. Sabía que era la responsable de lo que había sucedido”.
La madre de la nena y su pareja fueron inmediatamente señalados como los principales responsables del crimen y se iniciaron las investigaciones pertinentes. Para la familia, “querían evitar la partida de la nena a España”.
La sentencia
En octubre de 2016, dos años después, la justicia condenó a 17 años de prisión a Sergio Solís, pareja de Nadia Kesen, como autor material del homicidio, mientras que Nadia Kesen -madre de la niña- fue inicialmente condenada a siete años por su participación secundaria. Sin embargo, en 2018, la Corte Suprema de Justicia absolvió a Kesen, considerando que no había pruebas suficientes para demostrar su participación o instigación en el crimen. Esto dejó a Solís como el único condenado, quien actualmente cumple condena efectiva. “Ya me han llamado de Fiscalía para decirme que él pedía permiso para salir a trabajar porque tenía tres hijos y su madre estaba enferma. Entonces yo les dije que eso lo hubiese pensado antes de quitarle la vida a una persona”, relató la mamá de Domingo.
Para el abogado defensor de Kesen, “es muy difícil que alguien suponga aquello que vos querías en ese momento y que, además de querer que la nena no se fuera, que vos hayas hecho algo o activado a alguien para que termine con la vida del otro. Está claro que no se probó desde la prueba objetiva”.
Consultado sobre cuál es su mirada del caso diez años después, Iglesias opinó que “hoy hay más tecnología, también todos tenemos más experiencia; este fue un hecho que se salió del molde. Entonces, tal vez algunas formas hubieran sido distintas”. Respecto al resultado del juicio y la absolución de Kesen, dijo que “ella esperaba ser absuelta desde el primer momento, estaba abrumada con la situación y porque se tenía que ir con su hija”. En este sentido, argumentó que “no creo que hubiera podido idear un plan tan dañino para alguien”.
Es que, desde la mirada del Derecho, “la idea del ‘autor intelectual’ no existe; existe aquel que determina a otro a actuar. Yo puedo idear un plan, pero no respondo por idear un plan, respondo por convencerte a vos de que lleves adelante ese plan. Yo creo que si este caso se diera hoy, diez años después, ella lo hubiera pasado peor, con el mismo grado de responsabilidad y ajenidad al hecho; la hubiera pasado peor. Hoy hay más tecnología, las relaciones de aquel entonces eran distintas, hay más rastros para relevar, llamadas. Si bien había muchas celdas de antenas que se conectaban, la justicia estuvo a la altura en todo el recorrido del proceso.”
Por su parte, la mamá de Domingo señaló que “yo esperaba una justicia más justa, habiendo todas las pruebas que había contra ella, que la hubieran condenado como se debía haber condenado a una persona. Eso es lo que esperaba de la justicia. No esperaba otra cosa”.
Cruzar los mares
Domingo Expósito Moreno cumplió con su promesa de estar al lado de su hija; buscarla y pelear por su custodia. Este año se recuerdan diez años de su trágica muerte y su familia y amigos tuvieron que aprender a convivir con el dolor de su ausencia. Quedó su hija, con quien nunca más tuvieron contacto; les queda su recuerdo y la lucha por estar cerca de lo que más amaba.
“Mi marido está muerto en vida desde el día que le pasó a mi hijo lo que le pasó. Mi marido no habla - dice Josefa - se levanta, se va a dar su paseo, viene y se sienta hasta la hora de comer. No tenemos vida desde que le hicieron lo que le hicieron a mi hijo”, relató su mamá.
Para Lía, pese al dolor, “nos dejó la enseñanza de que el amor todo lo puede y Domi hizo todo para estar con su hija. Deseo que donde esté siga tocando música y cantando como a él le gustaba”.
Carolina, su pareja en ese momento, relató cómo transcurrieron estos años tratando de sanar heridas. “Fueron de un aprendizaje continuo, de ir rearmándonos y para mí lo más importante fue estar contenida. De a poco pude ir acomodando mi cabeza, darle un cierre y reanudar mi vida; tener mi pareja y poder encontrar otra vez el amor y tener las mismas ilusiones. Hoy tengo mis hijos, mi familia, mi marido, pero lo que vivimos es algo que siempre va a quedar como una cicatriz. Siempre digo que esa noche mi nene y yo volvimos a nacer, tuvimos una segunda oportunidad.”