COMODORO RIVADAVIA (EL ANÁLISIS DE LA NOTICIA / Por Raúl Figueroa) - En las últimas horas, tanto el poder político como la dirigencia sindical han coincidido en enfocar sus críticas hacia el incumplimiento por parte de algunas operadoras en torno a los compromisos asumidos tras el auxilio acordado, enfocándose las menciones especialmente sobre la compañía Tecpetrol, del grupo Techint. Tanto el gobernador Das Neves como el intendente Linares y el líder petrolero Jorge Ávila vienen apuntando la crítica hacia el comportamiento de esta operadora, que además ha tenido una evolución negativa en materia de producción durante los últimos años, pese a lo cual se en 2013 le fue prorrogado su contrato de concesión. Vale recordar que años atrás, en febrero de 2012, con argumentos similares el gobierno de entonces revocó la concesión de áreas de YPF, que por entonces era controlada por Repsol, mientras que dos meses más tarde se anunciaba la nacionalización de la compañía. Más allá de los problemas de la coyuntura actual, todo indica que en ningún ámbito se descarta avanzar en una quita de concesiones, ya sea en el caso de Tecpetrol o bien en otras áreas, por caso las zonas marginales que Sinopec tiene adjudicadas en Chubut y que están a punto de caducar.

Las críticas políticas pueden sustentarse en una mirada a los números del balance productivo de la compañía. En efecto, mientras en enero de 2011 la compañía del grupo Techint producía en sus áreas de esta provincia más de 2.900 metros cúbicos de petróleo por día, en noviembre de 2015 esa cifra había caído a alrededor de 2.200 metros cúbicos. Es decir, una caída de casi un 25%, sin que haya cumplimentado tampoco las metas fijadas al momento de la firma de la prórroga, en agosto de 2013.

Algunos observadores de la industria se preguntan por qué el gobierno de Martín Buzzi acordó con la operadora la prórroga del contrato, cuando en realidad la debacle productiva era más que pronunciada durante toda la década anterior.

No puede desconocerse que se trata de áreas maduras, pero hay comportamientos de otras operadoras en el mismo período, con áreas de similar madurez y en el marco de un contexto de complejidades similares, que tuvieron comportamientos distintos. Un caso comparable sería el de la operadora CAPSA, que en el mismo período (2011-2015) muestra una curva de producción bastante estable, incluso con un incremento de producción entre el principio y el final de la serie: 1.778 metros cúbicos diarios al comienzo de 2011, contra algo más de 1.790 en noviembre pasado, tras haber superado picos de 1.800 metros cúbicos diarios.

Es decir, en contextos similares y aun reconociendo también que los costos de producción se han incrementado para todos los sectores (el metro por pozo perforado pasó de 450 a más de 900 dólares entre los años 2009 y 2014), no todas las operadoras tienen el mismo nivel de compromiso con la región. Y si bien la crisis del precio internacional del crudo es un hecho innegable, lo es tanto como la certeza de que esa crisis empezó en la última parte del año 2014, mientras en los 10 años previos hubo techos históricos de precios (con la excepción de fines de 2008 y principios de 2009.

Y aun admitiendo que las petroleras no se quedaron con toda esa renta, porque el Estado nacional captó una parte importante vía retenciones a la exportación, bastaría con revisar algunos balances para verificar que no hubo pérdidas –ni mucho menos- en el período previo a la debacle actual.

LOS COSTOS DE LOS DOS LADOS DEL MOSTRADOR

La discusión de los costos es un tema que aparece en la agenda de la crisis petrolera. La combinación entre reducción de costos y búsqueda de eficiencia parece ser una de las claves para resolver la ecuación que devuelva viabilidad y sustentabilidad a la cuenca San Jorge. El llamado lifting cost, según algunos estudios, era de 3 dólares por barril en el año 2003, mientras el año pasado se situaba en 28. “Nosotros estamos dispuestos a dar esa discusión, no le tenemos miedo –responde Jorge Ávila ante ese planteo, sabiendo que el cruce entre costos y baja de precios pone en riesgo el sostenimiento de la actividad- pero se tiene que dar en forma abierta y con la verdad por parte de todos los sectores: por ejemplo, el costo de los caños se ha incrementado un 170% en los últimos 2 años. ¿Y saben quién vende los caños? el grupo Techint”, remata el dirigente.

La cuestión de los costos operativos tendrá nuevos capítulos en los próximos meses, habida cuenta de que otro de los elementos en que se ha puesto la mira es en el alto precio del llamado procedimiento de piletas secas, que podría ser una de las claves por las que se –discusión legislativa mediante, ya que la normativa ambiental vigente hoy no permite prescindir de esta metodología- podría ponerse en debate próximamente. Es una situación que involucra particularmente al gremio camionero, más que a los petroleros.

REVERSIÓN DE ÁREAS

Más allá de los problemas de la coyuntura actual, todo indica que en ningún ámbito se descarta avanzar en una quita de concesiones, ya sea en el caso de Tecpetrol o bien en otras áreas, por caso las zonas marginales que Sinopec tiene adjudicadas en Chubut y que están a punto de caducar. El ministro de Hidrocarburos dijo esta semana en una entrevista exclusiva con ADNSUR que se preparan medidas fuertes para las primeras semanas de marzo, vinculadas a la llegada de nuevos capitales a la provincia de Chubut, interesados en “fortalecer la cadena de valor y resolver problemas estructurales que nos acompañan desde el inicio de la historia del petróleo”.

Si bien guardó algunas cartas, el funcionario dejó entrever algunas intenciones y no negó cuando se le preguntó, por ejemplo, sobre la posibilidad de avanzar en algún tipo de procesamiento de petróleo de la región, considerando que hoy no es totalmente absorbido por el complejo de refino del país y tampoco conviene exportar por los bajos precios internacionales. Del mismo modo, el también presidente de Petrominera Jorge

Ávila ratificó que Petroquímica avanza en 10 pozos exploratorios, Capsa otros 3 y la compañía rusa Gazprom prevé 12 perforaciones.

“Si no les conviene, que dejen las áreas para que otros interesados vengan a explotarlas”, bramó el intendente Linares en las últimas semanas, en distintos momentos de la crisis. Si el Estado prepara definiciones al respecto, habrá que evaluar si cuenta con todas las herramientas legales para cubrirse y que la medida resulte ejemplificadora, pero que, sobre todo, resuelva los problemas de la región: Repsol todavía está cobrando los 5.000 millones de dólares que le reconoció el Estado argentino por el 51% del total de las acciones, pese al período de 10 años de desinversión previo; y lo que era una pequeña empresa española sin petróleo a principios de los 90, navega hoy orgullosa en los principales mercados de gas y petróleo del mundo.

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