La PIAP de Neuquén podría reactivarse con inversiones canadienses
La empresa Candu Energy, de Canadá, requiere del agua pesada que podría proveerle la planta de Arroyito inactiva desde el 2017.
La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito, en la provincia de Neuquén, podría reactivar sus operaciones gracias a un potencial acuerdo con Candu Energy, una compañía canadiense que posee los derechos comerciales sobre la tecnología CANDU. La planta está inactiva desde 2017.
Gary Rose, CEO de Candu Energy, visitó recientemente la planta de agua pesada y la central nuclear de Embalse en Córdoba, como parte de una gira por Argentina. Durante su visita, Rose se reunió con la canciller Diana Mondino y con representantes de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Nucleoeléctrica Argentina y Conuar.
Rose habló con el sitio especializado Econojournal y destacó que la provincia canadiense de Ontario proyecta necesitar 18 GW adicionales de energía nuclear para alcanzar sus objetivos de cero emisiones para 2050. Candu Energy, que está desarrollando el reactor Candu Monark de 1000 MW, ve a Argentina como un socio estratégico en la provisión de agua pesada, así como en servicios de ingeniería y equipamiento nuclear.
La demanda de agua pesada es crucial para los reactores CANDU, y Argentina podría jugar un papel clave en la cadena de suministro global. En este contexto, Rose señaló que la planta PIAP, aunque actualmente tiene una capacidad de 200 toneladas de agua pesada, podría abastecer la futura flota de reactores que Candu Energy planea construir.
El CEO de Candu Energy explicó que cada reactor Monark requerirá aproximadamente 1000 toneladas de agua pesada, y que el diseño del reactor se encuentra en una fase avanzada, con planes para comenzar su construcción a finales de esta década. La reactivación de la PIAP en Arroyito, Neuquén, podría ser un componente esencial para cumplir con las necesidades de agua pesada de estos nuevos reactores.
Además, Candu Energy considera que la experiencia argentina en la industria nuclear y su infraestructura existente presentan una oportunidad para una colaboración más amplia, que podría incluir la replicación de tecnologías y el fortalecimiento de la cadena de suministro nuclear.