Sierra Grande: la esperanza de convertirse en un polo energético tras la desazón minera que la llevó a ser un “pueblo fantasma”
La localidad rionegrina se convirtió en un pueblo fantasma tras el cierre de HIPASAM en los 90 y hoy sueña con un resurgimiento a raíz de la conversión de un polo energético.
Esta semana YPF y Petronas confirmaron la localidad de Sierra Grande, en Río Negro, como sede de la inversión directa más grande en la historia de la República Argentina. El pequeño puerto de Punta Colorada se impuso a la infraestructura consolidada de Bahía Blanca, entre otras cosas, por las posibilidades naturales que ofrece y el potencial desarrollo de la región.
La realización de la obra supone una inversión de entre 30 y 50 mil millones de dólares según los cálculos preliminares. Esa inyección económica, se convierte en la esperanza de desarrollo exponencial para una zona que supo crecer al calor de la minería y que se convirtió, luego, en una ciudad fantasma.
Punta Colorada pertenece a la localidad de Sierra Grande, en el departamento San Antonio Oeste. Desde 1977, cuenta con un puerto que deberá ser puesto en valor para estar a la altura del megaproyecto que ya se proyecta en su costa del Golfo San Matías.
La historia minera de Sierra Grande
Sierra Grande tuvo, durante muchos años, la mina de hierro subterránea más grande de Sudamérica. Estuvo a cargo de la Dirección General de Fabricaciones Militares, el Banco de Río Negro y el Banco Nacional de Desarrollo, y exportaba la materia prima desde el puerto de Punta Colorada.
La historia de Sierra Grande con el hierro comenzó en 1944, con los primeros trabajos de explotación. En 1969 pasó a manos de la empresa Hierro Patagónico Sociedad Anónima (HIPASAM), que llegó a tener 20 años de producción, comenzando su apogeo en 1973. Fueron 16 años de crecimiento, con la construcción de túneles, la consolidación de un campamento y un pico de 640.000 toneladas de hierro concentrado.
El fin del sueño minero y los intentos por reactivar la economía
En 1992, la empresa cerró por decreto del entonces presidente Carlos Menem en el marco de lo que fue el desguace de un importante número de empresas estatales. Esa decisión convirtió a Sierra Grande en un pueblo fantasma
Los mil trabajadores que quedaron sin empleo y la pérdida de la matriz productiva de la ciudad llevaron a la mayor caída de población entre localidades de más de 10.000 habitantes de la Argentina. En poco tiempo, Sierra Grande perdió unas 4 mil personas se fueron de la ciudad.
A raíz de esto, el Gobierno provincial de Horacio Massaccesi, provincializó la empresa y creó Hierro Patagónico Rionegrino Sociedad Anónima (HIPARSA), pero el intento fracasó rápidamente y la mina no se reactivó.
Con el correr de los años se intentaron numerosos proyectos para movilizar la economía. Lejos del alcance de la minería, uno de los más consistentes fue el desarrollo turístico de la región. Excursiones a las inmensas galerías subterráneas, denominadas “Viaje al fondo de la tierra”, y el paisaje costero de Playas Doradas, a unos 30 kilómetros de la ciudad, fueron algunos de los atractivos que impulsaron.
Una vez que el país comenzó a recuperarse de la crisis del 2001, comenzaron a surgir proyectos para reactivar la producción minera. En 2005, la empresa Grade Trading reinició las actividades mineras en Sierra Grande dando trabajo a 500 personas en una primera etapa. Empresas chinas y norteamericanas adquirieron los derechos de explotación, y a fines de 2010 salió el primer embarque de hierro.
En 2016 la empresa afirmó que atravesaba dificultades financieras y que tenía pérdidas por más de un millón de dólares. En enero de 2017 suspendió la producción y echó a los trabajadores. Sierra Grande, otra vez, perdió su principal fuente de empleo y su motor económico.
Punta Colorada
A 35 kilómetros del ejido urbano, se encuentra el puerto de Punta Colorada, una villa costera que, para el censo del 2010 tenía apenas 4 habitantes fijos. A 10 kilómetros del puerto, se encuentra el centro turístico de Playas Doradas.
La conversión en un polo energético
En el año 2020, la -por entonces- gobernadora de Río Negro Arabela Carreras, presentó un proyecto para la producción de hidrogeno verde contemplando la ubicación estratégica del puerto de Punta Colorada para la exportación. La demora en el tratamiento de una ley que regule la actividad y otorgue beneficios fiscales, llevaaron a la empresa australiana Fortescue, a radicar la inversión en otro lado.
En 2023, YPF presentó la iniciativa del Vaca Muerta Sur, un oleoducto que conecta Tratayén, cerca de Añelo, con el puerto de Punta Colorada, para montar allí una terminal exportadora de crudo. El tramo Tratayén-Allen está en desarrollo y actualmente la petrolera de mayoría accionaria estatal busca inversores foráneos para completar la segunda parte del oleoducto en el tramo Allen-Punta Colorada.
Ahora, Sierra Grande suma la inversión directa más grande de la historia Argentina. YPF y Petronas desarrollarán en el puerto de Punta Colorada una planta de GNL para exportar, por el Golfo San Matías, los recursos extraídos de Vaca Muerta.
"La comunidad venía expectante; veníamos comunicando paso a paso las gestiones, lo que claramente el gobernador manifestó desde el primer momento: la posibilidad de que la inversión más grande de la historia de Argentina pudiera ser en Río Negro y en nuestra ciudad. Eso hizo que la gente estuviera siguiendo minuto a minuto", comentó Roxana Fernández, la intendenta de la localidad, luego de la confirmación.
Además, detalló que, al conocerse la determinación de las empresas: "Hubo mucha alegría, emoción y sentimientos encontrados".
Por otra parte, Héctor Hinofuentes, presidente de la Cámara de Comercio de Sierra Grande, dijo que el proyecto llena de esperanzas a la comunidad de Sierra Grande. "La expectativa es grande, veníamos de ser un pueblo fantasma, que venga una inversión tan grande, no se puede imaginar lo que es para un serrano que venga todo esto para acá. Hay mucha expectativa desde lo comercial y hasta en cualquier vecino común".
Hinofuentes remarca que "este proyecto está más avanzado que anteriores que venían, que plantaron una bandera, que mostraban un cartel y se iban. A tiempo no quedaba nada. La gente hoy tiene esperanzas".