Tener un cuerpo grande y reconocerlo es una tarea difícil cuando se vive en una sociedad donde la hegemonía y la supuesta perfección son las que marcan el rumbo de cómo hay que vivir, cuántos kilos hay que pesar, qué ropa hay que usar y cómo hay que actuar para ser aceptado.

Valentina es una de las tantas comodorenses que sufrió el estigma del cuerpo gordo y en entrevista con ADNSUR, compartió su proceso de trabajo interior y visibilización.

“Cuando era más joven, odiaba el verano porque no podía usar toda la ropa que necesitaba para tapar mi cuerpo”, contó la modelo.

Valentina Monje – Modelo “Plus Size” comodorense by ¿Cuál es tu gracia? Hacé click y escuchá la entrevista completa.

Esta frase es una de las tantas que reflejan su vida en relación a su cuerpo. El tiempo pasó y con mucho trabajo interno se animó a generar un quiebre, y parte de este proceso fue comenzar a mostrarse tal y como es.

SER MODELO PLUS SIZE

 Valentina acepta que es una mujer que ocupa un espacio más grande que el resto de las mujeres y que para esto es necesario aprender a reconocerse y validarse. 

Ser modelo plus size no fue una tarea fácil ni una decisión que tomara de un día para el otro. Fue parte de su trabajo diario para aceptar y habitar su cuerpo.

Valentina en el backstage de una sesión de modelaje. Fotografía Gisela Zeiter
Valentina en el backstage de una sesión de modelaje. Fotografía Gisela Zeiter

Hace un tiempo atrás, una emprendedora local que distribuía la marca Pimienta, que se caracteriza por su variedad en talles, junto a la fotógrafa Gisela Zeiter  y la maquilladora Carol Mascio, realizaron una convocatoria en búsqueda de nuevas caras para una campaña. Valentina se animó, se presentó y quedó seleccionada.

A partir de allí su trabajo no paró. Sus fotografías llegaron hasta Buenos Aires, a la casa central de Pimienta, y comenzaron a llamarla de otras marcas para nuevas sesiones de fotos. El hecho de que su trabajo gustara también formó parte de su proceso de validación personal.

Valentina Monje
Valentina Monje

La modelo no trabaja con ninguna agencia en particular, ella se gestiona así misma y se mueve en ambientes sanos y amigables donde se encuentra con otras mujeres que la apoyan en este proceso.

“Siempre tengo miedo de enfrentarme a los rechazos o a ideas que pueden ser implantadas en las agencias, por eso trabajo sola”, declaró Valentina.

También indicó que en la Argentina hay agencias de cuerpos gordos, aunque cree que en Comodoro no hay o por lo menos ella no las conoce.

Destacó que de a poco, en la ciudad los comercios se animan a traer marcas con talles más grandes y Valentina junto a otras mujeres forman parte de la primera generación en la ciudad que se  animan mostrarse.

Valentina junto a otras modelos de Comodoro Rivadavia. Maktube fotografía.
Valentina junto a otras modelos de Comodoro Rivadavia. Maktube fotografía.

SER GORDA INVALIDA

 La modelo reconoció que vivimos en una sociedad donde las mujeres no tienen un lugar de privilegio y más aún si son gordas, por eso recalcó la importancia del activismo gordo.

“La construcción de la autoestima es muy compleja en todos, más aún en una sociedad donde te niega”, afirmó Valentina y agregó: “Existe el temor constante a no calificar para un trabajo, a no gustarle a los demás por el simple hecho de que nos vean gordas”

Valentina Monje. Fotografía de Gisela Zeiter
Valentina Monje. Fotografía de Gisela Zeiter

La palabra “gorda” tiene una connotación negativa y debería ser un adjetivo más como cualquier otro.  Habitualmente cuando alguien se refiere a un gordo se lo denigra: es una persona vaga, con menos capacidades y enferma.

LOS TRASTORNOS ALIMENTARIOS

Recordó Valentina que en sus tiempos de niñez ya sufría su condición de sobrepeso y cuando fue adolescente,  el acceso a internet y los estímulos de imágenes e información la expusieron de manera crítica.

“Había páginas como “Ana y Mía” donde te enseñaban a entrar en la bulimia y anorexia y nosotras las seguíamos a rajatabla”, recordó Valentina. Fue el auge de los trastornos de conducta alimentaria.

Valentina Monje
Valentina Monje

Comprar ropa era un problema. Entrar a un local y pedir un talle 48 era motivo de miradas raras y poder vestirse con estilo personal no era fácil.

Al ver el trabajo que realiza en la actualidad podría pensarse que sus problemas ya fueron resueltos y no es así. Ella aún lucha con los vestigios que le dejó el trastorno de conducta alimentaria, hace terapia y todo el tiempo trabaja para ser amigable con su cuerpo.

“Tenemos que reconocer que nuestra existencia tiene un porqué y que no está mal”, indicó Valentina.

HABLAR DE LOS CUERPOS

Agustina Cabaleiro es modelo plus size e influencer reconocida a nivel nacional y una de las primeras en visibilizar y hablar de los cuerpos gordos.  Cuando Valentina la descubrió, fue un modelo a seguir en este camino.

“No está mal hablar de los cuerpos, ni reconocer la gordura, todo tiene que ser desde un lugar de respeto”, dijo la modelo.

Una de las premisas es entender que no hay que adaptarse a la ropa, sino que simplemente les tiene que entrar a todos.  Las marcas, de a poco comienzan a trabajar con talles medios y grandes, pero aún no es suficiente.

“Hay que reconocer que el cuerpo es muy valioso, aunque ocupe más lugar que otras personas”, sentenció Valentina.

Instagram (@tanakore.vie)

Los rulos en la cabeza de Valentina tienen carácter y están todos bien formados. Sus ojos delineados son un imán. Su sonrisa fresca y constante es la puerta de palabras amigables y conciliadoras y en su boca la palabra gorda cobra otro sentido.

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