Julián Arturo es un joven de 32 años que decidió dar un giro radical a su vida. Después de tener una carrera estable y una vida asentada en Comodoro Rivadavia, emprendió un viaje a Brasil con su perro Moro para cumplir su sueño de conocer nuevos lugares. En esta entrevista con Seta TV, nos cuenta cómo fue el proceso de tomar esa decisión, los desafíos que enfrentó y cómo se está adaptando a su nueva vida en la ciudad turística de Puerto Seguro.

 “Desde siempre me picó el bichito de viajar y conocer distintos lugares. Lo pude hacer más de grande, una vez que empecé a trabajar y tuve independencia”, dijo. Sin embargo, su vida en Comodoro Rivadavia era cómoda y estable. Trabajaba en una empresa importante de la ciudad y tenía todo resuelto.

Pero llegó un momento en el que la balanza se fue inclinando hacia el lado de querer vivir con menos, pero tener más libertad. "Estaba bien, pero mi click fue: Sí puedo estar muy bien acá, pero capaz que prefiero vivir con menos", confiesa Julián.

Otra motivación que lo impulsó a dar este paso fue una especie de "revancha" con respecto a su padre, quien siempre tuvo la inquietud de irse de Argentina pero nunca lo hizo por tener a su familia. "Yo prefiero arrepentirme de algo que hice que de algo que no hice", asegura Julián.

El mayor desafío que enfrentó fue dejar su trabajo en la empresa, ya que tenía un lugar importante y muchas cosas dependían de él. "Eso fue lo más difícil, decidir, dar ese paso", cuenta. Pero una vez que tomó la decisión y la comunicó, recibió el apoyo de su entorno.

Julián y su perro Moro.
Julián y su perro Moro.
Julián Arturo

LA VIDA EN PORTO SEGURO 

Ahora, Julián se encuentra instalado en Porto Seguro, una ciudad turística del sur de Brasil. Si bien aún no se ha lanzado de lleno a buscar trabajo, está trabajando de forma remota para la empresa de Comodoro. Su idea es conseguir un trabajo part-time, principalmente por las noches, para poder aprovechar el día y empezar a conocer gente y hacer redes.

En cuanto a los costos de vida, Julián señala que el alquiler ronda los 1600 reales por mes, y que su gasto en comida es bastante bajo por el momento, ya que se está alimentando principalmente de frutas, verduras y evitando comer afuera. Respecto a la seguridad, dice sentirse tranquilo en el barrio donde se encuentra, alejado de la zona turística.

Julián es un claro ejemplo de que es posible dejar todo atrás y embarcarse en una nueva aventura. Si bien el proceso no fue sencillo, su determinación y su deseo de vivir nuevas experiencias lo impulsaron a dar este gran paso.

"Mi consejo es que no se queden con las ganas, que se animen. Hay que vivirla, total con los cuidados del caso, pero hay que hacerlo", concluye Julián, invitando a aquellos que también sueñan con emprender un viaje de este tipo.

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