Bailando entre templos y calles: Las dos hermanas de Chubut que conquistan e hicieron de la India su hogar

Moira y Agatha son dos hermanas que desde muy pequeñas se apasionaron por la danza. Rocío comenzó a los 7 años y Agatha a los 8, especializándose en la danza árabe, también conocida como danza del vientre o belly dance.

"Nos llevamos un año, así que somos hermanas", cuentan entre risas. Ambas se formaron en su ciudad natal, Comodoro Rivadavia, donde montaron una escuela de danzas y acrobacias que siguen manejando a la distancia desde la India.

Su amor por los ritmos árabes las llevó a incursionar también en el mundo del fuego, realizando espectáculos de fire show que las han llevado a recorrer diferentes países. "Cuando estuvimos en Dubai, allá hay mucho espectáculo de fuego también, entonces uno va probando y de repente te encontrás haciendo cosas que por ahí son impensadas", relata Moira.

RUMBO A LA INDIA

Hace tres años, las hermanas dieron un gran salto al dejar Argentina para probar suerte en el exterior. Su primer destino fue Dubai, donde trabajaron en diversos contratos durante varias temporadas. Luego se animaron a ir a Maldivas para pasar el Año Nuevo.

"Después en un momento surgió que teníamos ganas de tomar otros aires y surgió venirnos para acá, nos pareció una buena idea. Porque bueno, es una cultura bastante diferente. Aparte también era salir un poco de lo árabe, porque acá también podíamos explorar de todo un poco", cuenta Agatha sobre la decisión de viajar a la India.

Tras finalizar un contrato de tres meses, las hermanas se instalaron en Delhi, la capital india. Su barrio, Malviya Nagar, las recibió con un caos que no tardaron en aprender a navegar.

"Es un quilombo, es un kilombo. Bocinas de motos, es difícil meterse en algunas calles, hay accesos que por ahí los autos no llegan. Pero bueno, uno va aprendiendo a moverse", describe Rocío sobre la agitada vida en esta enorme ciudad.

A pesar del caos, las chicas se adaptaron rápidamente a la cultura local. "La gente es muy amable en cuanto ellos pueden y tienen para dar, son muy serviciales. Están como todo el tiempo al servicio de uno", destaca Agatha.

Uno de los mayores desafíos fue encontrar un lugar para vivir. "Al principio tuvimos complicaciones porque también te llaman un montón y te dicen 'no sí, pero ponemos la cama acá y esto acá y esto allá', y jamás llegaba. Fue una odisea", recuerda Rocío. Finalmente, lograron alquilar un departamento amoblado en el que viven las dos.

LA COMIDA, UN MUNDO PARA DESCUBRIR

La gastronomía india fue otro de los grandes descubrimientos para las comodorenses. "La comida es muy condimentada, muy picante, y muy diferente. Utilizan otras maneras, no hay gas natural, entonces hacen mucha comida frita o cosas diferentes", cuenta Agatha.

Sin embargo, ambas se adaptaron rápidamente a los sabores locales. "Yo aprendí a comer porque realmente cuando llegué, nos cocinamos un montón, somos vegetarianas de todas maneras, entonces también nos amoldamos bastante bien", afirma Moira.

Uno de los aspectos que más les gusta de la comida india es la costumbre de compartir los platos. "Vas a un restaurante y cada uno pide algo, y cuando traen las cosas empiezan a traer y cada uno agarra un poco de cada cosa. No es que cada uno tiene su plato y se come su plato, todo compartido", cuenta entusiasmada Agatha.

EXPLORANDO LA DIVERSIDAD

Si bien Delhi fue su primer destino en la India, las hermanas tuvieron la oportunidad de conocer otros rincones del país. Uno de los lugares que más les fascinó fue Rishikesh, a unas 5 horas de Delhi.

"Fuimos a un lugar que se llama Rishikesh, que es donde hay mucho yoga, mucho extranjero. Está el río, que es el río principal donde se hacen todos los rituales, es hermoso. Y de ahí nos fuimos arriba de la montaña, a unos campamentos hermosos", relata Rocío sobre esta experiencia.

Otro de los destinos que recomiendan visitar es Goa, donde Agatha planea mudarse próximamente. "Goa me encantó, es un lugar de playa, selva y playa. Más relajado, más hippie", cuenta.

Sin embargo, no dejan de destacar la belleza de otros íconos de la India, como el Taj Mahal. "Es hermoso, es muy imponente. Pero te digo, acá hay lugares hermosos para conocer", señala Rocío.

DESAFÍOS Y APRENDIZAJES

Si bien su experiencia en la India ha sido en su mayoría positiva, las hermanas también han tenido que enfrentar algunos desafíos. Uno de ellos es la barrera del idioma.

"Hay mucha gente que no habla inglés en lo absoluto y es muy difícil entenderse muchas veces. Entonces aprendes a comunicarte desde otro lugar y también con otra mirada, a tener paciencia", explica Agatha.

Otro aspecto que les llamó la atención fue el sistema de castas y la desigualdad educativa. "Se nota muchísimo el sistema de castas. La educación en general tiene un nivel bastante bajo, hay mucha gente que ni siquiera tiene acceso a los estudios", comenta Moira.

Sin embargo, ambas resaltan la importancia de entender y respetar la cultura local. "Hay que tener en cuenta que estás en un país totalmente ajeno y que las formas que uno tiene como argentinos de vestirse, de andar, de comunicarse, no funcionan de la misma forma acá", aconseja Agatha.

PLANES A FUTURO

Tras más de 10 meses viviendo en la India, las hermanas comodorenses se sienten cada vez más adaptadas a este país. Rocío y Agatha planean permanecer en el país asiático por un tiempo más, con la idea de explorar nuevos destinos.

"Yo me voy a estar mudando para Goa, que es un lugar que está a 2 horas en vuelo. Es un poco más alejado de la ciudad, más de playa, selva y playa", cuenta Agatha sobre sus próximos planes.

Por su parte, Rocío no descarta volver pronto a Argentina. "En unos días viajo a Comodoro, hace 3 años que no piso el país. Extraño mucho a la familia, a los amigos", confiesa.

Sin embargo, ambas coinciden en que la experiencia de vivir en la India les ha brindado una perspectiva única sobre el mundo. "La vida es una sola y es la hora de hacer las cosas que no están en nuestra zona de confort. Animarse a hacer las cosas, porque por lo menos lo intentaste", concluye Agatha.