Chatrán Hernández: el estafador de Comodoro que bailó en una comisaría y desafió a la justicia patagónica
De pequeños robos a estafas en línea y fugas espectaculares, la historia del escurridizo "Chatrán" Hernández, el famoso delincuente de la Patagonia que ostentaba su vida de lujo en redes sociales hasta su reciente condena.
La historia de "Chatrán" Hernández es la de un personaje que trascendió el ámbito delictivo local para convertirse en una figura tristemente célebre en la provincia del Chubut y toda la Patagonia. Su primera aparición en los registros policiales se remonta al menos al año 2016, cuando ya era buscado por reiteradas denuncias de estafas relacionadas con la compra y venta de autos y, según se mencionó, también por su vinculación con una red de prostitución.
Su primera detención resonante ocurrió en Puerto Madryn, donde fue localizado en un quinto piso de un edificio. En esa ocasión, amenazó con arrojarse al vacío antes de ser finalmente persuadido por el personal policial a entregarse. Ya entonces, las autoridades tenían un extenso historial de estafas y delitos atribuidos a Hernández.
Con el tiempo, Hernández se consolidó como un estafador cada vez más famoso y buscado, no solo en Chubut sino en toda la Patagonia. Su historial incluye múltiples detenciones, pero también varias fugas y la costumbre de no regresar tras obtener salidas transitorias.
Su prontuario en la oficina judicial era abultado. Uno de sus últimos engaños antes de su reciente captura tuvo lugar en la ciudad de Sarmiento. Tras ello, la justicia ordenó su captura a nivel nacional e internacional. Sin embargo, "Chatrán" no se había ido muy lejos, siendo encontrado cerca de Comodoro Rivadavia, específicamente en Caleta Olivia.
La modalidad de estafa predilecta de Hernández era la venta online de productos que nunca entregaba. Ofrecía a través de internet artículos como cubiertas, materiales de construcción y teléfonos celulares. Las víctimas se contactaban con él, pactaban la supuesta entrega y realizaban adelantos de dinero en cuentas bancarias a su nombre, sin jamás recibir lo acordado, sufriendo así un perjuicio económico. Para llevar a cabo sus engaños, creaba perfiles falsos en Facebook, haciéndose pasar por encargado de un corralón o vendedor de diversos productos.
Sus estafas no se limitaron a Comodoro Rivadavia, sino que afectaron a vecinos de otras localidades de la provincia como Puerto Madryn, Trelew y Rawson.
OSTENTACIÓN EN REDES SOCIALES
Un rasgo distintivo de "Chatrán" Hernández era su ostentación de una vida de lujo en redes sociales. Constantemente publicaba fotos y videos de vehículos de alta gama, sus visitas a restaurantes exclusivos y otros lugares. Esta misma vanidad fue la que, en varias ocasiones, facilitó su detención. En una oportunidad, tras fugarse de la justicia, fue localizado y detenido en Tigre gracias a una publicación en redes sociales donde se mostraba en un lujoso restaurante. La policía realizó un trabajo de investigación rastreando sus perfiles online.
Su historial delictivo no se limitaba a las estafas. En el año 2013, había sido condenado a 3 años de prisión efectiva por el robo agravado a un local comercial ocurrido el 8 de marzo de ese año en Comodoro Rivadavia. En ese hecho, un comerciante resultó gravemente herido. Hernández utilizaba una Ford Ranger en la que iban dos cómplices, identificados como Ángel Mirol (quien murió en el incendio de la seccional sexta) y Víctor Timoteo Ruiz (apuñalado en la alcaidía policial).
A pesar de su vida en la clandestinidad, Hernández no dudaba en mostrarse en redes sociales, especialmente en la noche patagónica, codeándose con figuras conocidas e incluso en Buenos Aires. Su historial judicial se caracterizó por entradas y salidas de prisión mediante juicios abreviados, contando siempre con la defensa de abogados reconocidos. En una de sus tantas detenciones, en la seccional cuarta, fue brutalmente golpeado por otros tres presos, lo que requirió su traslado e internación en el Hospital Regional.
Tras ser trasladado a la seccional sexta, protagonizó un episodio insólito que lo pintó de cuerpo entero: subió un video a redes sociales donde se lo veía bailando en la comisaría, a pesar de estar golpeado. Esta actitud desafiante y su constante exposición mediática lo convirtieron en un personaje "total" y "lamentablemente conocido" en el ámbito delictivo.
En cuanto a su situación procesal reciente, se unificaron sus condenas, recibiendo una pena de 3 años y 3 meses de prisión efectiva. Hernández aceptó voluntariamente su responsabilidad en seis hechos de estafas simples. Esta pena se unificó con otra anterior de un año de prisión, resultando en la condena final de 3 años y 3 meses de cumplimiento efectivo, manteniendo además su condición de reincidente.
Las causas por las que fue condenado se basaron en publicaciones de Facebook donde ofrecía diversos productos, exigiendo adelantos de dinero en cuentas a su nombre sin concretar las entregas, generando un perjuicio económico a las víctimas en Comodoro Rivadavia y otras localidades patagónicas. La calificación legal fue la de seis hechos de estafas simples en concurso real en calidad de autor.
La crónica de "Chatrán" Hernández es un reflejo de la delincuencia moderna, donde las redes sociales se convierten en una herramienta tanto para el delito como para la captura, y donde la ostentación y el desafío a la autoridad parecen ser parte del modus operandi de ciertos personajes. Su reciente condena cierra un capítulo, pero la leyenda del "Estafador de Comodoro" que bailó en la comisaría probablemente perdurará en la memoria de la Patagonia.
