Chubut es el sexto distrito con mayor porcentaje de empleados públicos provinciales de todo el país

Con una población de 600 mil personas y más de 50 mil empleados públicos provinciales, Chubut tiene un promedio de 84 agentes estatales por cada 1.000 habitantes, lo que la ubica en el sexto lugar en el ranking nacional comparada con el universo de las 24 provincias, un dato significativo que seguramente se va a terminar de confirmar cuando se conozcan los datos finales del censo de empleados que está llevando a cabo el gobierno por estos días.

¿Cómo surge este número? De información oficial publicada en el sitio argentina.gob.ar, donde la Jefatura de Gabinete de Ministros publica un Mapa de Empleo Público Provincial en el que se puede clickear en cada distrito y figura el total de habitantes que consta en el último censo nacional y la cantidad de empleados estatales informados por cada gobierno.

Allí se publica para Chubut una población total de 603.855 habitantes y un número de empleados estatales de 44.671, número que esta columna a su vez chequeó con fuentes oficiales del Gobierno de Chubut que están llevando adelante en estos momentos un censo que está casi completado.

De acuerdo a esta consulta, y esperando el número detallado final, en valores redondeados se informó que -sumando el Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo- hay un total aproximado de 49 mil empleados efectivos, a los que hay que sumar unos 2 mil contratados: esto significa que el estado de Chubut tiene unos 51.000 agentes en la actualidad.

Si se compara este dato con el total de la población de la provincia, surge que un 8,44 % de los chubutenses trabaja en alguna dependencia del estado provincial, lo que está muy por encima de la media nacional, que es de 4,75 %.

Este último dato se obtiene de sumar el total de la población provincia por provincia, lo que da una cifra superior a los 46 millones de habitantes, y compararla con la sumatoria total de empleados de cada uno de los distritos, que es de 2.192.209 trabajadores públicos provinciales.

¿Es mucho o es poco tener más de 84 empleados públicos cada 1.000 habitantes? El parámetro que se toma son el resto de las provincias argentinas, donde hay casos por ejemplo de cuatro provincias (ver gráfico) donde ese número supera los 100 de cada 1.000, por caso Catamarca, La Rioja, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Chubut se ubica por debajo de Neuquén y por encima de Jujuy, con promedios que duplican la media del país. En el otro extremo, la provincia de Córdoba tiene tres veces menos empleados públicos provinciales, con sólo 31 cada 1.000 habitantes.

El peso del empleo público es todavía más impactante si en vez de tomar el total de la población, sólo se computa la Población Económicamente Activa (PEA), que está integrada por aquellas personas mayores de 10 años que al ser consultadas responden que trabajaron al menos una hora o que buscaron activamente un empleo.

Este concepto es más específico porque las estadísticas del mercado laboral surgen a partir de los datos que arroja la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el INDEC trimestralmente y que también se utilizan para otras estadísticas, como la pobreza y la indigencia o los niveles de ingreso de las familias.

Crecimiento de estados provinciales

Analizar el peso del empleo público por supuesto que lleva a un análisis más amplio, ya no sólo las provincias ocupan trabajadores, sino también la Nación y los municipios. El sitio Chequeado publica que, de acuerdo con datos oficiales de la Secretaría de Trabajo, dependiente del Ministerio de Capital Humano, actualizados a marzo de 2024, hay 3,4 millones de trabajadores registrados en el sector público en Argentina. Esta cifra incluye a empleados de organismos y dependencias municipales, provinciales y nacionales.

Pero según este mismo artículo, para obtener un panorama más detallado de la distribución del empleo público, es necesario recurrir a un informe elaborado por la Secretaría de Gestión y Empleo Público a mediados de 2023, que es el último dato disponible con este nivel de desagregación.

Según este informe hay 3,3 millones de trabajadores públicos en total: 2,2 millones (66%) son empleados de gobiernos provinciales; 711.000 (21%) pertenecen al Estado nacional; y 440.000 (13%) son trabajadores públicos municipales.

De acuerdo a los especialistas, el mayor peso de las provincias en el empleo público se explica principalmente por la distribución de responsabilidades en la prestación de servicios públicos. De hecho la nota menciona un estudio de investigadores de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), que sostienen que este salto se dio desde que las provincias tomaron a su cargo la educación, la seguridad pública y la salud pública.

Estos 3 sectores concentran alrededor del 60% del empleo público total, y según un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) “la concentración por parte de provincias y municipios del 80% del empleo público es producto de los procesos de descentralización administrativa de las décadas del ’70 y ’90, en servicios de salud, educación y seguridad, sectores que ocupan más del 60% de los empleos”.

Esto significa que la actual distribución del empleo público entre Nación y provincias es el resultado de un proceso histórico de descentralización administrativa. La nota de Chequeado menciona además que según datos analizados por Cippec, basados en información del economista Orlando Ferreres y de FIEL, en la década de 1960, la proporción era inversa: 68% del empleo público era nacional y 32% provincial o municipal.

El salto en Chubut

Si nos centramos en el caso específico de Chubut, el repaso año tras año de la cantidad de empleados provinciales respecto al total de la población fue sufriendo variaciones a lo largo del tiempo y de las políticas implementadas por cada uno de los gobiernos.

Existen datos oficiales registrados desde 1987, durante 35 años hasta 2022, por parte de la Dirección Nacional de Coordinación Fiscal con las Provincias. Allí se puede observar la variación de la planta de empleados provinciales desde el retorno a la democracia en la década del 80.

El primer año sobre el que consta información oficial es 1987, cuando el gobernador Atilio Viglione dejó el poder y asumió Néstor Perl: en ese momento, la proporción de empleados públicos provinciales respecto a la población total, era de 50 cada 1.000 habitantes, mucho más cercano a la media nacional.

Este equilibrio se mantuvo estable durante la década del 90, y las tres gestiones consecutivas del radicalismo, siendo en 2003 -año de la salida de José Luis Lizurume- de 57 empleados públicos provinciales cada 1.000 chubutenses. Es decir que entre 1987 y 2003 -16 años- fue subiendo paulatinamente la tasa de 50 a 57/000.

El análisis de la estadística marca que hubo un salto abrupto de la planta de empleados públicos durante los 8 años correspondientes a las dos gestiones de Mario Das Neves, ya que entre 2003 y 2011, el peso de los agentes provinciales pasó de 57 a 75 cada 1.000 habitantes.

En números redondos, en 1987 había 16.231 empleados, en 2003 había 24.906, y en 2011 se informó una planta de 38.738 empleados por parte del gobierno de Chubut, con una población que no creció en esa proporción. 

Incluso el dato marca que también hubo un salto notable en la gestión de Martín Buzzi, ya que al dejar el gobierno en 2015, había 44.417 empleados provinciales, alcanzado una proporción de 81 cada 1.000 habitantes.

Las preguntas que quedan para el cierre del informe quizás pueda contestarlas el último censo de empleados que está haciendo la gestión de Ignacio Torres, que va a medir la ubicación de agentes, misiones y funciones, y si efectivamente estaban cumpliendo su tarea.

¿El aumento de la planta de estatales se debió a un incremento en la prestación de servicios en la provincia? La cantidad de agentes se triplicó entre 1987 y 2015, ¿fue porque la Provincia multiplicó por tres la llegada de atención básica a sus ciudadanos? Es una duda concreta que deja picando la otra cuestión: si el empleo público no pasó a ser un mecanismo clientelar y convirtió al Estado en el dinamizador central de la economía, quitándole peso al sector privado.