La decisión política está tomada y el borrador ya muy avanzado: en los próximos días se hará el anuncio en sociedad del proyecto de ley para sancionar por primera vez en la historia de Chubut un Código Electoral Provincial junto a una actualización de la Ley de Partidos Políticos, en la búsqueda de ordenar de una vez por todas el caótico sistema que regula las elecciones provinciales.

Todavía resta pulir algunos detalles finales, pero hay definiciones centrales que están tomadas y que ADNSUR está en condiciones de anticipar: se terminará con el sistema de boletas tradicional y se adoptará la boleta única de papel al estilo Córdoba; la fecha no quedará fija, sino a criterio de cada gobernador de turno; y el Tribunal Electoral actual, que es mixto, irá hacia un tribunal exclusivamente judicial y especializado en la materia, previa enmienda constitucional.

El anteproyecto tiene aportes de funcionarios del gabinete y por supuesto la mirada del gobernador Ignacio Torres, pero el actor central que será luego el coordinador del camino que siga en la Legislatura, es el vicegobernador Gustavo Menna, un especialista en la materia que -en la última campaña electoral- había prometido abordar el tema de una vez.

Hacen falta 21 votos para una ley de tipo electoral en Chubut.
Hacen falta 21 votos para una ley de tipo electoral en Chubut.

Previo a desarrollar los aspectos centrales de la idea, una aclaración que tiene que ver con el gran acuerdo político que requiere una norma de este tipo: la Constitución exige una mayoría ultra calificada para tratar un tema electoral, que alcanza las tres cuartas partes del total de la Cámara, es decir, 21 de 27 votos.

Esto significa que el oficialismo, que cuenta con 16 votos, necesitará sí o sí de votos aliados, al menos 5, para que esta norma se sancione. Por ello se buscará hacer un debate previo, que sea lo más participativo posible en comisiones ampliadas, con la visita de especialistas nacionales que ya han aplicado reformas en otras provincias, y que vengan a contar sus experiencias.

La idea es que se presente el proyecto antes del receso de invierno, y que toda la segunda parte del año, la comisión de Asuntos Constitucionales se aboque al análisis e incluir retoques en busca de un consenso mayoritario, para que la cuestión sea votada antes de fin de año.

El objetivo es que el tema no pase de 2024, que es un año no electoral, porque si la cuestión se demora, todo puede complicarse en los períodos venideros cuando cambie el contexto y haya un marco de elecciones nacionales.

El sistema cordobés

El punto central de la futura ley es que desaparezca el actual sistema de boletas, obsoleto, caro, que ambientalmente no es sustentable y que encima demora el proceso de recuento de votos. se buscará adoptar la boleta única de papel, que está vigente ya en varios distritos, eligiendo el modelo cordobés.

La boleta única es un instrumento de votación que muestra toda la oferta electoral de un distrito en un solo papel. El voto se hace marcando los casilleros correspondientes a los partidos o frentes electorales para cada categoría, que en el caso de Chubut sería gobernador, legisladores provinciales, consejo de la magistratura, y en el caso de adherir, intendente y concejales.

De acuerdo a este proceso, al llegar al lugar de votación -la mesa de la escuela que le toca- el votante recibe en mano la boleta única de parte de las autoridades de mesa, en el cuarto oscuro -box de votación o biombo- marca sus opciones con un lápiz o una lapicera e introduce esa boleta en la urna.

Así queda el box en el que se vota con boleta única en Córdoba.
Así queda el box en el que se vota con boleta única en Córdoba.

La boleta única se utiliza en la mayoría de los países de América latina y el mundo, más que la boleta partidaria. En nuestro país, de las 24 provincias, la boleta única -tanto de papel como electrónica- se implementa en Santa Fe, Córdoba, Salta y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Mendoza se sumó recientemente, con una ley aprobada por la Legislatura. En CABA, por la sanción del Código Electoral porteño en 2018, está legislada la boleta única con opción a utilizar boleta electrónica con respaldo de papel.

En el caso de Córdoba -el sistema que adoptaría Chubut- una misma boleta concentra la oferta electoral total de la provincia, es decir, todas las categorías en una sola carilla. En cambio, en Santa Fe, el votante recibe 5 boletas identificadas por colores: la de gobernador es celeste; la de diputados provinciales, violeta; la de senadores provinciales, amarilla; la de intendente, verde; y la de concejales, roja.

El caso de Córdoba, tiene una boleta única que muestra a las agrupaciones políticas en vertical y a las categorías en horizontal. También figura la opción de votar a la lista completa, es decir, a una misma agrupación para todos los cargos en disputa.

Con la boleta única el votante marca su decisión en una planilla mientras que, con el sistema actual, arma su voto con las boletas de cada partido o frente que encuentra en el cuarto oscuro: el elector puede tomar una boleta completa o cortar boleta. Todo eso lo deposita en un sobre, que se cierra y va a la urna.

Modelo de boleta única.
Modelo de boleta única.

Con la boleta única también se puede votar a distintas agrupaciones por categoría, pero usando un lápiz, no una tijera. La diferencia es que el voto en blanco es dejar los casilleros en blanco y, con el sistema actual, meter en la urna un sobre vacío.

De esta manera, ir adherido a una boleta fuerte ya no es tan determinante con el nuevo sistema. Un candidato a intendente que acompañe la boleta de un gobernador que va por la reelección -por ejemplo- puede ser leída de manera vertical con la propuesta partidaria y marcar con una cruz toda la lista completa. Pero si se lee de manera horizontal, el votante puede ir marcando con una cruz cada categoría según su parecer. Es menos tedioso que cortar boleta, y se convierte en una especie de boleta de Prode, o múltiple choice.

Ventajas

El primer dato es económico: la boleta única es una sola por cada votante y la impresión la realiza el Estado, sin la participación de los partidos políticos. Actualmente la impresión es muy costosa y se gasta enorme cantidad de fondos para asegurar que haya en todas las mesas, para después terminar tirando kilos de papel, lo que no es ambientalmente sostenible.

Por otro lado, pensando en el mismo día de la votación y las colas que provocan demoras a los votantes, los fiscales en las mesas no deben ir a chequear los posibles faltantes de boletas, porque con la boleta única en el cuarto oscuro no hay nada, por lo que se terminarían prácticas como el robo de boletas, las roturas o las boletas truchas.

Al no tener que colocar decenas de boletas partidarias, los cuartos oscuros pueden ser más chicos o directamente boxes de votación, y no necesariamente usar un aula entera para un solo elector por vez. Esto podría agilizar el proceso electoral.

El actual sistema de boletas partidarias es caro, habilita malas prácticas, demoras e impacto ambiental.
El actual sistema de boletas partidarias es caro, habilita malas prácticas, demoras e impacto ambiental.

Además, la boleta única garantiza la equidad en la competencia electoral, porque “toda la oferta electoral está expresada de la misma manera” y que “no se beneficia ningún partido político o frente electoral en particular”. Es un reclamo histórico de los partidos más chicos que no cuentan con fondos para reponer boletas, pero además, no tienen un fiscal en cada mesa para controlar los faltantes.

Y por si fueran pocas las ventajas, con la boleta única es más sencillo el conteo que actualmente es de cerca de 300 votos por mesa, que incluye múltiples combinaciones desiguales de las boletas partidarias, que se pueden cortar. Dependiendo de su diseño y su tecnología, la boleta única de papel podría ser leída con sistemas de escaneo veloces y seguros.

Dos puntos clave

Además del dato central de la boleta única de papel, dos cuestiones que están en el proyecto y que son vitales para el proceso. Por un lado, la cuestión de la fecha. El anteproyecto presentado en 2019 y que nunca fue tratado, establecía como fecha fija de votación en Chubut el último domingo del mes de septiembre, para votar de manera desdoblada de las elecciones nacionales.

En cambio, la mirada del anteproyecto oficialista, donde la palabra de Ignacio Torres fue muy importante, es que sea el gobernador de turno -como existe actualmente- el único autorizado a poner la fecha de convocatoria, definiendo si se vota de manera simultánea con las presidenciales o si se vota de manera separada.

Quizás sea el punto más polémico de este código, porque no fija una regla de juego clara, sino que queda a criterio o capricho de la lectura política de cada mandatario del momento. Una clara ventaja para el Poder Ejecutivo. 

Hay que recordar las idas y vueltas que hubo por ejemplo en 2023 de parte de Mariano Arcioni al respecto, y los casos de anticipaciones exageradas, como la definida por Mario Das Neves en 2011, votando 8 meses antes que Nación.

La otra cuestión tiene que ver nada menos que con el organismo que regula todo el sistema, que está definido dentro de la Constitución de Chubut: hablamos del Tribunal Electoral Provincial, que actualmente es un organismo mixto, integrado por el presidente del STJ, el procurador general, el juez universal de Rawson, y dos diputados, que son el vicepresidente primero y segundo de la Legislatura.

Ha habido muchos problemas en fiscalizaciones a lo largo de la historia, porque además la ley que regula tiene muchos vacíos de funcionamiento que deben llenarse sobre la marcha. El criterio en la previa es acudir a una enmienda constitucional y modificar esa integración, llevándola a algo más específico y exclusivamente judicial.

Los cinco miembros del TEP en las últimas elecciones: Banfi, Miquelarena, Ingram, Eliceche y Testino.
Los cinco miembros del TEP en las últimas elecciones: Banfi, Miquelarena, Ingram, Eliceche y Testino.

Así como a nivel nacional existe la Cámara Nacional Electoral, en Chubut el TEP estaría integrado por tres camaristas (no se designarían jueces nuevos), dejando de incluir a figuras de la política, y acompañado por un personal abocado exclusivamente a la materia, y no como ocurre actualmente, con empleados de la corte que tienen que desentenderse de sus tareas en años electorales.

La cuestión electoral interesa al ambiente político, y no está en la cabeza del vecino común, que está atento a llegar con su sueldo a fin de mes o al problema de la inseguridad. De todos modos, ingresará en la agenda institucional de Chubut porque es una demanda de larga data y existe acuerdo es que no puede seguir como la única provincia de toda la Argentina sin legislación propia en la materia.

Cuando esto se ponga sobre la mesa, será interesante para medir la capacidad del gobierno de Ignacio Torres para lograr grandes acuerdos: deberá seducir a propios y ajenos, porque hace falta un elevado número de votos de los diputados. Dependerá de la claridad y transparencia del sistema previo de debate.

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