La puja entre Gobierno e intendentes por los millonarios fondos que los municipios tienen en plazos fijos: ¿ahorro o administración eficiente?
El tema se discutió cara a cara en el encuentro de Puerto Madryn hace un mes. El gobernador y sus ministros reclaman a los jefes comunales que, en vez de pedir asistencia, recurran a sus depósitos. Los intendentes argumentan que es dinero del cobro anticipado de impuestos que ya tiene destino asignado. El caso Comodoro: hay fondos para obras, pero disminuyó la cuenta de reservas.
De acuerdo a un listado al que accedió esta columna, al mes de mayo hay un grupo de municipios que acumula más de $ 6.400 millones en diferentes plazos fijos y más de $ 10 mil millones en cuenta corriente, sólo en el Banco del Chubut, sin contar los depósitos en otras entidades bancarias.
Hay algunos municipios con números que en apariencia arrojan superávit, y que dan la impresión de tener plata de sobra: a estos casos, el gobierno les viene planteando que, en vez de exigir aportes al erario provincial, rompan el chanchito, y recurran a sus millonarios depósitos.
Se trata de un porcentaje importante de localidades, cercano a la mitad de un total de 27, aunque con diferentes realidades: algunas muy holgadas, con fondos que equivalen a dos o tres masas salariales. Y otras bastante más ajustadas, con números donde no sobra absolutamente nada.
El tironeo por la utilización de fondos públicos se hace evidente en estos tiempos que corren, con una administración nacional que aplicó un enorme recorte en las transferencias a las provincias: no hay partidas para distribuir y hay que arreglarse con lo que hay, que no es mucho.
Todo ello en un contexto social cada vez más demandante, con índices de pobreza e indigencia en aumento, y una clase media con menor poder adquisitivo, que no puede solventar muchos de los servicios que antes absorbía, y que hoy debe recurrir en muchos casos a la ayuda estatal.
El mensaje de la gestión de Ignacio Torres -plasmado en la cumbre de Puerto Madryn- es directo: cuidar el mango al máximo. El pedido a los municipios es ajustar el lápiz al extremo en los gastos corrientes, y en lo posible seguir la paritaria que fija provincia para los estatales. Especialmente, el planteo es a los municipios a los que les “sobra” un poco más, para que no se desbanden con porcentajes de aumentos municipales que pongan en problemas a sus colegas.
Subyace a toda esta discusión un problema de larga data: el planteo de varios intendentes para que se rediscuta el reparto de coparticipación provincial, donde hay varios que se sienten perjudicados, y otros que salen ganando. El planteo debería surgir del Consejo Provincial de Responsabilidad Fiscal, pero algunos creen que será muy difícil con la actual comisión que lo conduce,
Números
Previo al repaso de algunos números de la información exclusiva a la que accedió esta columna y que tiene que ver con las cuentas de los municipios en el Banco del Chubut -plazos fijos y cuenta corriente- hay que hacer dos salvedades: la primera, es que esto no implica el total de ahorros de los municipios, especialmente los más grandes, que tienen más cuentas abiertas en otros bancos privados.
La otra salvedad, es que se debe tener cuidado al comparar valores absolutos, teniendo en cuenta que cada localidad tiene una realidad particular en cuanto a su ejido, población, servicios y empleados. La mejor manera de establecer un parámetro es saber a cuánto equivale el dinero depositado comparado con la masa salarial municipal.
Un valor estándar indica que un municipio ordenado debería tener a comienzos de año -como mínimo- el equivalente a dos masas salariales completas acumuladas en sus cuentas a modo de ahorro y generando interés.
Los números fríos indican que -hablando de plazos fijos en Banco Chubut S.A.- Esquel suma en total $ 1.722 millones en total (un número cercano a tres masas salariales), mientras que Trelew, un municipio con el doble de población, tiene un plazo fijo de $ 1.374 millones (equivale a menos de una masa salarial), aunque cuenta con $ 2.465 millones en cuenta corriente.
Entre los municipios más importantes, siempre hablando de fondos a plazo fijo, le siguen Rada Tilly ($ 511 millones), Trevelin ($ 300 millones), Sarmiento ($ 190 millones) y Lago Puelo ($ 181 millones).
Más allá de estos números, donde claramente se destaca Esquel (por algo cuentan que el intendente Matías Taccetta fue uno de los señalados por Torres en la reunión de Puerto Madryn), hay que decir que Comodoro utiliza otros bancos (sólo figura la Agencia Comodoro Conocimiento con $ 233 millones) y los casos de Puerto Madryn y Rawson no tienen ninguna cuenta de este tipo.
En el caso particular de la ciudad del golfo, se sabe que todos los meses depende de un anticipo económico para afrontar el pago de sueldos municipales, lo que sus autoridades justifican en el injusto reparto de coparticipación, donde aducen que no está reflejado el crecimiento de la ciudad y perciben menos de la mitad de lo que le corresponde.
Respecto a la capital, la información a la que accedió esta columna indica que Rawson cuenta con fondos por $ 500 millones que tiene depositados en un Fondo de Inversión y que le da utilidades mensuales para afrontar la masa salarial de $ 600 millones mensuales. Si bien está al día, es un municipio al que no le sobra nada.
Chicos pero holgados
Más allá de estos ejemplos de las localidades más grandes, hay casos asombrosos de municipios “chicos” en cuanto a población, que están entre los menos habitados de la provincia, y que sin embargo tienen cuentas con números muy holgados donde claramente superan dos, tres y hasta más masas salariales municipales.
Por ejemplo, hablamos de Corcovado ($ 337 millones), Dolavon ($ 298 millones), El Maitén ($ 252 millones), Gualjaina ($ 209 millones), Río Mayo ($ 128 millones) y Gobernador Costa ($ 110 millones).
Aquí es donde se nota de manera evidente el motivo del planteo de muchos municipios de primera categoría, que con más población siguen repartiendo los mismos dividendos de coparticipación, mientras que se agranda la torta de los municipios de segunda (todos los anteriores), que tienen ingresos que le permiten una situación mucho más cómoda.
En todo caso, no se trata de una crítica o un demérito, sino de administraciones que han invertido el dinero de los contribuyentes y que cuidan sus espaldas a futuro con “colchones financieros” o más elegantemente, lo que se dice “fondos anticíclicos” para las épocas más duras.
Ahora bien, cualquiera de los intendentes de las 6 localidades mencionadas más arriba, recibirá de parte de los representantes del gobierno la misma respuesta si van a pedir algún tipo de ayuda económica: “sacá la que tenés en el banco”.
Comodoro y las cuentas desinfladas
El caso Comodoro merece un párrafo aparte, porque siempre fue catalogado como la ciudad con más reservas acumuladas, debido a ingresos extras que provienen de los recursos hidrocarburíferos. No obstante, los últimos datos indican que la realidad se fue “comiendo” los ahorros, y que el presente ya no es tan holgado.
Desde ADNSUR el panorama de las cuentas comodorenses ha sido informado en detalle en varias oportunidades por Raúl Figueroa y en este punto, no vamos a abundar, sino solamente señalar que hay dos cuentas donde se destina los ingresos extraordinarios recaudados por regalías y por el bono hidrocarburífero: una tiene fines específicos, y debe estar destinada a obra pública -cuenta que se mantiene estable-, pero la otra cuenta, utilizada para casos de emergencia y como fondo de reserva, es la que fue descendiendo notablemente.
Tal como hemos venido informando, este fondo de reserva, que era mostrado como un símbolo de solidez y que años atrás había llegado a acumular el equivalente a cuatro masas salariales, en octubre del año pasado se había reducido a la mitad, y actualmente, el dato más fresco marca que equivale a una masa salarial y media.
Respecto a este ítem, lo que preocupa a las autoridades municipales es que la curva de inflación ya les viene pisando los talones; la realidad es que las tasas no alcanzan a cubrir los aumentos, y las reservas se van “erosionando”.
De todos modos, si bien estas cuentas están depositadas en bancos privados, hay que destacar que el municipio petrolero tiene un total de 4.356 millones de pesos en Cuenta Corriente del Banco del Chubut, cifra que supera al valor de una masa salarial, que ronda los $3.400 millones mensuales.
Respecto a las cuentas que reúnen los ingresos extraordinarios por liquidaciones de la actividad petrolera, se estima que superarán los 15 mil millones anuales por efecto de la devaluación de diciembre. En este caso, debe ser asignada de manera obligatoria a obra pública, por lo que el dato es que en los próximos días el intendente Othar Macharashvili anunciará un plan municipal en el que se va a retomar al menos un 70 % de las obras en marcha, con un sistema novedoso.
Serán alrededor de 50 obras que se reactivarán en la ciudad, como los casos de las fracciones 14 y 15, y los servicios de los Promeba abandonados por Nación. El diseño de la intendencia será utilizar los fondos para la compra de materiales, para ganarle a la suba inflacionaria, y luego ir afrontando únicamente las redeterminaciones del costo de mano de obra.
La discusión latente
Lo dicho, el gobierno provincial, aquejado por cuentas muy finitas y con un gobierno nacional que no tira un solo centro, mira con recelo las cuentas de algunos municipios a los que parece “sobrarle” la plata, y les reclama más compromiso. Les destaca las buenas administraciones, pero los saca a empujones cuando van a solicitar una mano para “atender la diaria”.
La respuesta de los intendentes es interesante en este sentido: argumentan que no son ahorros, sino que es producto de lo recaudado a comienzos de año con el cobro anticipado de impuestos municipales (inmobiliario, patente, sellos), un dinero que debe ser puesto a trabajar y a generar interés para no perder contra la inflación.
Los jefes comunales tienen que prever los 13 sueldos del año (sumando los dos SAC) y además el impacto de las paritarias y los aumentos, por lo tanto, esos fondos que parecen muchos a comienzos del año, se van diluyendo por “goteo”, y a fin de año no queda nada, responden al Ejecutivo.
Además, por lo bajo cuestionan que muchas veces deben atender la emergencia social, y temas de servicios como por ejemplo conexiones de gas, cauces de agua que corresponden al IPA, reparaciones de escuelas (que son provinciales), así como obras de adoquinado que se hacen con créditos que luego se devuelven.
La relación de Torres con los intendentes es muy buena, políticamente óptima, y no hablamos de un conflicto, sino de un tironeo por quién mete la mano en el bolsillo. ¿Está mejor la provincia o los municipios?: es una pregunta que queda flotando, y que deja dos temas para el cierre.
Por un lado, hablando de aumentar el ingreso, es inminente el envío de parte del gobierno a la Legislatura del proyecto de ley de creación de una Agencia de Recaudación Provincial, que será una ventanilla única de todos los organismos, que tendrá la facultad de meterse en todo lo que se cobra hoy por fuera de Rentas Generales.
Por otro lado, la discusión por el reparto: así como los gobernadores exigen a Nación mayor federalismo, hay algunos intendentes que quieren criterios más amplios para la coparticipación local, hoy basada únicamente en el dato poblacional totalmente desactualizado, ya que aún no están los datos finales del Censo 2022 por parte del Indec.
Hay quienes insisten en sumar otros parámetros, que incluyan escuelas, hospitales, servicios y demás indicadores económicos. De todos modos, hay enorme resistencia de los que se sienten cómodos con la actual distribución, y sólo una convocatoria política a nivel provincial obligaría a todos a sentarse a la mesa.