¿Por qué se formaron cárcavas en el Chenque y cuál es la solución?
Geólogos descartan que haya un riesgo de deslizamiento, pero advierten que se deben realizar trabajos para evitar efectos posteriores más graves.
Profesionales geólogos consultados por ADNSUR coincidieron en que las fisuras observadas sobre la ladera este del cerro Chenque, es decir sobre calle Sarmiento, son una reacción natural producto de la lluvia acumulada, pero estimaron que no reviste un riesgo grave para la estabilidad de la zona. Sin embargo, hay obras de mantenimiento para realizar y urgen estudios posteriores para monitorear las consecuencias.
“En realidad son cárcavas, no grietas”, precisó Fernando Locci, presidente del Colegio Profesional de Geólogos de Chubut. “La cárcava se produce por una erosión del agua, a favor de la pendiente, sobre una ladera”, como ocurrió en este caso.
“Una grieta, en cambio, puede tener cualquier dirección, se puede dar sobre una ladera o un terreno plano y se produce por un esfuerzo mecánico en el terreno, como puede ser un terremoto o un deslizamiento, cuando hay un peso que el terreno no puede soportar por una determinada causa y se empieza a separar”, explicó Locci, reflejando por ejemplo el deslizamiento que se produjo en septiembre del año pasado.
Al evaluar las imágenes publicadas por ADNSUR, el experto estimó, en un análisis preliminar y advirtiendo que será necesario profundizar con un seguimiento posterior una vez superada la emergencia, que la situación no genera una inestabilidad extrema, como en eventos anteriores.
“No son las grietas que se vieron sobre la ruta el año pasado, que son las grietas de tracción o separación del material”, explicó.
“Todo evento de lluvia importante genera condiciones de inestabilidad en cualquier talud de la zona -advirtió, sin embargo-. Esto ocurre porque en general está formado por material arcilloso, que absorbe mucha agua, entonces le carga peso al talud, a toda la masa de roca que tiene por encima de las posibles zonas de deslizamiento y por eso el agua es un elemento negativo para la estabilidad”.
En ese marco, añadió: “Las manifestaciones que se ven, que son como canales, son formas de erosión concentrada, incisiones sobre el material de relleno que queda acumulado sobre la parte superior del talud. Esto genera condiciones negativas, no directamente vinculadas con la estabilidad estrictamente del talud, pero sí es un factor más que actúa sobre la condición de pérdida de material y exposición a nueva erosión. Ahí sí (en una etapa posterior), puede ser un precursor posterior de una condición de inestabilidad”.
Locci insistió en que estos comentarios son preliminares y será necesario profundizar el análisis: “Lo que se tendría que hacer sobre esa ladera del cerro es tener un sistema de auscultación permanente, que permite ver las grietas que ya fueron reconocidas, ver si hay algún tipo de desplazamiento. Después hay un trabajo que se realiza con drones, para verificar si hay cambios en la forma del talud en base a pequeños movimientos, entre otros estudios. Hay que evaluar después de las lluvias”.
PAREDES: “SE DEBE CANALIZAR EL AGUA DESDE LA PARTE ALTA”
“Es esperable que se forme este tipo de cárcavas con lluvias intensas -comentó el geólogo José Paredes, docente e investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco-. Las partes cementadas que se hicieron, con la obra del aterrazamiento, sobre esa ladera, es para que baje el agua, pero cuando el agua se desvía, va sobre material que no está consolidado y al canalizarse con el agua, se mueve hacia abajo. Es todo material que se removió cuando se hicieron los ‘escalones’ y es algo que va a seguir pasando con las lluvias”.
Paredes recordó que ya se observó un fenómeno similar en 2017 y en lluvias posteriores. “Esto va a seguir pasando, la solución sería hacer rectificaciones en la parte alta, para que el agua se re-enauce hacia donde está la zona de drenaje”, apuntó, es decir hacia los canales cementados.
Ese tipo de mantenimiento añadió, es fundamental porque una vez iniciadas, es difícil detener la profundización de las cárcavas. Y recordó que el sector ya tenía una forma cóncava antes de la obra de aterrazamiento, es decir que era la zona que concentraba la evacuación de agua desde la parte alta de la ladera.
“El dato más bizarro es que el 90% de lo que se lleva el agua de esas cárcavas es limo y arcillas, que van a parar a la costanera y al puerto, justo ahora que se está haciendo la obra de dragado -concluyó el geólogo-. En fin, son cosas de la naturaleza”.