Cuando se organizan las compras familiares se busca precio y comodidad, pero ¿cuánto se piensa en la salud? La falta de tiempo y el estrés diario pueden llevar a los consumidores a olvidarse de la importancia de alimentarse de manera consciente y de nutrir el cuerpo con alimentos de calidad.

“Compraba acelga en el supermercado y me caía mal. Cuando comencé a cultivarla esto dejó de suceder. Noté que la contextura y el sabor eran diferentes. Yo no le ponía pesticidas”, afirmó Valeria Goicoechea integrante de la Fundación Shofar.

Esta fundación es una organización no gubernamental sin fines de lucro, que posee una escuela de oficios y también un invernadero donde producen verduras para el consumo de los voluntarios y también para la venta. En entrevista con ADNSUR compartió sus vivencias sobre llevar adelante una huerta.

Tener una pequeña quinta en la casa puede ser observado como una necesidad, una moda o una experiencia. Todo depende del contexto y el ojo con el que se analice este hecho. La realidad es que sea cualquiera el análisis, el resultado siempre va a ser positivo: verduras frescas y de temporada que respetan los ciclos naturales.

Verduras de temporada cosechadas en el inveradero de Fundación Shofar. Los voluntarios trabajan la tierra sin pesticidas ni agrotóxicos.

Por otra parte, las producciones de las quintas de Comodoro Rivadavia proliferaron en estos últimos años, sobre todo en el tiempo que duró la pandemia y con el acompañamiento del programa ProHuerta que hace el INTA, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

Valeria rescató la importancia de esta actividad, porque aparte de acceder a un alimento sano y realizar un trabajo manual, les brinda a las personas la posibilidad de despejarse, compartir con la familia y la satisfacción de ver crecer algo sembrado con sus propias manos.

Eran las 10 de la mañana y lloviznaba sobre el terreno arcilloso de la fundación. En una de las esquinas, hacia el fondo, se encuentra el gallinero que alberga a unas 70 gallinas. En el otro extremo está el invernadero, con toda la tierra dada vuelta a la espera de nuevas siembras. Eran días húmedos y la tierra lo agradecía.

Movimiento de tierra en el invendadero de la fundación. Foto: Fundación Shofar

TENER UNA HUERTA EN LA CASA  🌱

Para Valeria tener una huerta en la casa solo suma beneficios:

💰Se economiza                    🍅Se comen verduras variadas    🚨No se le colocan pesticidas

😋Se consume a demanda    🥬Todo es fresco y de temporada

😜Se realiza una tarea de esparcimiento   🤗Se comparte en familia

Su experiencia personal la trasladó al proyecto de huerta de la fundación y allí entre todos comparten conocimientos.

“Yo jamás había comido ajo puerro, pero cuando lo planté y creció me animé a probarlo”, explicó Valeria, y esto suele suceder con todas las verduras.

Está claro que no todos tienen el espacio suficiente para plantar, pero Valeria insistió en vivir la experiencia. En un balcón o espacio pequeño se puede plantar en macetas o tachos de plástico

Apesar del viento y el frío las verduras crecen. Si se las protegen de las inclemencias del tiempo es posible que se desarrollen más. Foto: Fundación Shofar

¿Por qué las frutas y verduras se mantienen frescas en las góndolas por tanto tiempo, aunque no sean la temporada? Porque se le colocan químicos para que esto suceda y esa es otra de las motivaciones para plantar en los hogares o comprar en quintas de la zona que tienen hábitos saludables de producción

VERDURAS QUE SE ADAPTAN A LA ZONA 🥕

He plantado melones y sandías, crecen pequeños, pero son muy ricos”, recordó Valeria.

Según la experiencia de Valeria y la de los voluntarios que trabajan en la Fundación Shofar, todas las verduras crecen y si se las protege del frío y el viento tienen aún más posibilidades.

La acelga es una de las verduras más resistentes, puede crecer en la banquina de una ruta, en tierras salitrosas, donde caiga una semilla brota.

En otoño se pueden plantar todas las verduras de hoja y tierra como acelga, espinaca, lechuga, rúcula, radicheta, cebollita de verdeo, remolacha, arvejas, habas, zanahorias y rabanitos.

Acelgas arcoiris. Foto Fundación Shofar

Lo ideal es respetar las temporadas y ante cualquier duda se puede consultar en el INTA que posee profesionales que asesoran sobre cultivos.

TIERRA FÉRTIL

Los compost con los desechos de la cocina son ideales para generar un suelo fértil y con más nutrientes y así todo lo que se plante crecerá más fuerte. En el invernadero de Shofar suman también suman el aserrín, los voluntarios van a una carpintería cercana y ayudan con la limpieza para obtener este tipo de abono.

Si en una maceta grande se pone un plantín de tomates es recomendable también colocar una albahaca y esta repelerá los insectos.

Hay toda una comunidad de huertos en la región y Valeria rescató el acompañamiento que se hacen entre todos. Intercambian recetas pesticidas caseros, formas de abono, etc.

Apio crece en un cajón de madera. Foto Fundación Shofar

CONECTARSE CON LA NATURALEZA

Actualmente la conexión a todo tipo de dispositivos abarca una gran parte del día de las personas, el trabajo y el esparcimiento pasan por una pantalla para muchos.

“Trabajar la tierra es terapéutico, yo lo veo todos los días, hacés actividad física, te conectás con otros estímulos y comenzás a interesarte por otros alimentos”, animó Valeria.

En una huerta se puede incluir a los más pequeños que aprendan a que pueden producir su propio alimento y a cuidar el ambiente. Son acciones que ubica a todos en otra relación con el mundo de que los rodea, y esta es una tarea que la Fundación Shofar intenta llevar adelante y que puede ser replicada en los hogares.

Productores en "La feria de la estepa". Esta feria se realiza periódicamente en la zona de los km y participan diferentes productores de la zona

DONDE COMPRAR VERDURAS FRESCAS

En época de cosecha la fundación vende sus verduras junto a otros productores en “La feria de la estepa”. Ellos se reúnen periódicamente en la zona de los km.

Por otra parte, destacó la importancia del Proyecto Raíz coordinado por Enzo Mayorga que nuclea a cocineros, emprendedores y productores ya que pone en valor el trabajo y promueve el crecimiento de quienes producen alimentos sanos.

Proyecto Raíz propone dejar de lado la competencia y el individualismo para trabajar en red y hacer un trabajo útil para la sociedad en la que vivimos”, destacó Valeria.

En esta temporada la huerta de Fundación Shofar prepara plantines de verduras a pedido de Enzo para la cocina de varios restaurantes: apio, acelga arcoiris con penca amarilla, violeta, zanahoria, puerro, remolacha, mostaza, kale rizado y ruso, etc.

Invernadero de Fundación Shofar.

La mañana avanzaba en el predio de la fundación y llegaban algunas voluntarias. Había que darle de comer a las gallinas y seguir trabajando en el invernadero.  Shofar es una escuela de oficios, allí se dan talleres de soldadura, carpintería y de huerta. Todo lo que se recauda es para sostener el lugar que es un lugar de encuentro para los vecinos.

Valeria es una fanática de las huertas y durante toda la entrevista  enumeró verduras que nadie creería que pueden crecer en estas duras tierras.

“He visto alcachofas en una quinta de Laprida, y también espárragos”, comentó.

Será cuestión de animarse entonces y seguir los consejos motivadores de Valeria. ¡A plantar se ha dicho y a comer más sano!

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