Comodoro registraría este verano las temperaturas más altas de los últimos 30 años y se acelera la crisis del agua
Siete de ocho modelos de pronóstico analizados por el meteorólogo Walter Maza anticipan un incremento de 1 grado centígrado en el promedio de temperaturas para el período diciembre, enero y febrero próximos, del mismo modo que se prevé una disminución de lluvias que en la zona podrían aproximarse al milímetro cero.
El promedio de temperaturas del próximo verano podría subir un grado centígrado para la región que va desde la zona cordillerana hacia la costa de Chubut, es decir entre Esquel y Comodoro, pasando por Sarmiento. El fenómeno, combinado con una marcada escasez de lluvias, acelerará la evaporación de superficie que afecta al lago Musters, agravando la crisis hídrica de la región.
“Un grado centígrado puede parecer poco, pero pensemos que si la temperatura de todo el planeta creciera un grado o un grado y medio, el nivel de los mares podría elevarse entre medio metro y un metro… eso nos da una idea de lo que implica el aumento de la temperatura promedio en esa magnitud ”, describió el meteorólogo y docente aniversario Walter Maza.
Maza trazó una proyección en base al análisis de 8 modelos elaborados por distintos países, desde Estados Unidos y Canadá hasta Gran Bretaña, Alemania y Francia, de los que surge entre un 50 y 60 por ciento de probabilidades que las temperaturas de diciembre, enero y febrero, se once en promedio un grado por encima de lo normal.
“Si tomamos una línea imaginaria no estática, entre Esquel, Sarmiento y en dirección a la costa, da que las probabilidades de anomalías positivas están en un 50 ó 60 por ciento”, graficó el docente.
Suba de las mínimas y máximas de los últimos 30 años
Comodoro tuvo en los últimos 30 años un promedio de temperatura mínima de 13 grados y máxima de 26 grados, para el período diciembre-febrero. Según estos modelos de proyección climática, esos rangos se elevarían a 14 ó 15 grados de mínima y 27 de máxima.
Esquel ha tenido en ese período un promedio de entre 8 grados de mínima y 23 de máxima, por lo que en el próximo verano habría que sumar un grado en cada extremo.
Al elevarse las temperaturas podría profundizarse un fenómeno que ya se viene registrando durante este año, que es la baja de nivel del lago Musters a un ritmo mayor al que naturalmente ocurre en la temporada.
Tal como se detalló en un informe anterior, la superficie del lago se encuentra a sólo 34 centímetros del nivel operativo del sistema acueducto, lo que significa que se ha descendido su nivel más rápido que en otras primaveras, ya que esa marca es esperada para el mes de enero, para alcanzar el punto más bajo en abril.
“A las temperaturas más altas de lo normal hay que sumar que las precipitaciones de la meseta central y en el oeste de la provincia están también por debajo de lo normal, por lo que son dos condimentos para que aumente la evaporación y sequedad –añadió Maza-, lo que conforma condiciones no propicias para la zona donde se concentra el agua”.
El especialista recordó también que en el invierno hubo escasa cantidad de nieve, lo que explica que los deshielos de primavera no incrementaron el nivel del lago Fontana y su posterior salida, a través del río Senguer, hacia el lago Musters.
De los 8 modelos analizados, 5 dan probabilidad de 80 por ciento de que las temperaturas se eleven en un grado; otros dos reflejan esa posibilidad en un 40 por ciento y sólo uno difiere de esas proyecciones.
En cuanto a la escasez de lluvias, cinco modelos coinciden en que la probabilidad de que las lluvias sean más baja de lo normal son del 80 por ciento y tres dan chances de un 40 por ciento, por lo que “en general vemos que más de la mitad dicen que habrá más calor y menos lluvia”.
Según ese análisis, las lluvias estarían entre 10 y 50 milímetros por debajo del promedio normal, lo que implica que para Comodoro podría ubicarse cerca del cero, ya que la media para esta época del año es de 10 milímetros.
“Esto no significa que no llueva nada, puede caer 1 milímetro o medio milímetro otro día, pero el promedio estará más cerca del cero”, explicó Maza. “Para Esquel la media entre noviembre y diciembre se acerca a los 22 milímetros, entonces habría que descontar alrededor de 10 milímetros menos o hasta 50”, graficó.
Dificultades para proyectar la evaporación y el viento
Maza aclaró además que los modelos para proyectar la evaporación de superficies de agua o evapotranspiración en plantas son muy incipientes y presentan dificultades por la variedad de factores que intervienen, como la radiación, temperatura, humedad de suelo y el viento, entre otros.
Precisamente, el viento es otro factor que no se puede proyectar, ya que los modelos predictivos actúan sobre la temperatura, precipitaciones y presión atmosférica.
“En base a lo que estamos hablando para la zona Comodoro, Sarmiento y Río Mayo, los vientos podrían ser levemente superior a lo normal, pero esto lo digo en base a una deducción y no a un criterio científico”, detalló el meteorólogo.
Finalmente, sobre las dificultades que trae aparejada la combinación entre los factores climáticos mencionados para la región, Maza indicó que “siempre hay que cuidar el agua, pero en estas circunstancias, hay que redoblar los esfuerzos”.
El cambio climático en todo el mundo
El ex secretario de Energía de la Nación y miembro de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente, Alieto Guadagni, expuso recientemente en un seminario virtual (organizado por el Instituto Argentino de la Energía General Mosconi y en el que participó ADNSUR) que la temperatura media del planeta subirá 1,5 grado “en los próximos 5 años”, según datos de la Organización Meteorológica Mundial. Vale recordar que la meta planteada en la última cumbre mundial por el clima es evitar que la temperatura se eleve en más de 2 grados, a fin de evitar efectos irreversibles.
“El nivel del mar seguirá aumentando y será una amenaza para las poblaciones costeras de todo el mudo y de las islas de baja altura”, añadió Guadagni. El especialista advirtió que si bien las energías renovables han crecido en los últimos años, el mayor problema es que las emisiones de dióxido de carbono a partir de las energías fósiles (petróleo y carbón) no se han reducido.
Al mismo tiempo, el analista indicó que la situación no será fácil de resolver, ya que países emergentes como India y China apuntan a un desarrollo industrial basado en fuentes energéticas contaminantes, reclamando su derecho a hacerlo del mismo modo que lo hicieron en su momento los países desarrollados (que antes usaron las mismas fuentes y contribuyeron al problema climático global, pero que hoy le reclaman a estos que frenen su crecimiento).
Guadagni alertó además que un freno absoluto al petróleo traería otras consecuencias, ya que implicaría llevar ‘a cero’ las reservas mundiales de hidrocarburos: “esto representa perder dos tercios del PBI mundial de la actualidad”, reseñó.
Una de las medidas que ha propuesto la ONU es la creación de un impuesto a las emisiones contaminantes, que se fijaría en 75 dólares por tonelada para los países desarrollados, en 50 dólares para países de ingresos medios y de 25 dólares por tonelada para los países de ingresos bajos.
“La propuesta se centra en los grandes emisores, indicando que China, Estados Unidos, India y la Unión Europea son responsables de dos tercios de las emisiones globales –añadió-. Si se incluye a todos los países del G20, la propuesta cubre el 85 por ciento de las emisiones de la próxima década ”.
El tiempo es escaso: las estimaciones daban cuenta de que para frenar los efectos del calentamiento global deben reducirse las emisiones en un 90 por ciento para el año 2050, pero hoy la proyección indica que apenas funciona un 10 por ciento por ciento por debajo de las actuales.
“Esto exige que hacia el 2050 el consumo de energías fósiles sea un 74 por ciento inferior al actual, mientras que las limpias deben ser 4 veces mayores”, advirtió.
Emisiones de dióxido de carbono en Comodoro
Vale recordar que Comodoro Rivadavia también impulsa su propia medición emisiones de dióxido de carbono y recientemente se ha presentado un plan para mitigar los impactos, tal como precisó ADNSUR en este informe de septiembre.
La agenda del cambio climático y la transición energética plantea hoy desafíos urgentes, que se vinculan no sólo con un futuro incierto, sino que además demandan acciones para evitar un presente que podría resultar mucho más complejo en los próximos meses. Sobre todo, si no se toman acciones paliativas que permitan garantizar el abastecimiento mínimo de agua para atravesar un verano que podría ser más complicado de lo habitual.
Nadie podrá decir luego que el fenómeno lo tomó por sorpresa.