Emmanuel y otros amigos paseaban en la tarde del 9 de diciembre en dos cuatriciclos cuando una bala de una carabina 350 pasó el casco protector del joven y se incrustó en su nuca. Murió poco después. 

El disparo fue uno de los tantos que el policía retirado Oscar Naya y su hijo Eduardo realizaron para cazar guanacos en una zona de pesca donde siempre hay gente que practica actividades recreativas por la belleza del lugar.

La muerte de Emmanuel conmovió a Rawson y a la zona del Valle. Además el chico iba a ser consagrado como escolta de la bandera en la escuela N° 776 de Playa Unión que ahora lleva su nombre porque así lo decidió la comunidad educativa.

¿HUBO INTENCIÓN O FUE UN ACCIDENTE?

El padre Oscar Naya y su hijo Eduardo Naya quedaron detenidos tras el hecho pero -inmediatamente- recuperaron la libertad. La presión social hizo que se cambiara la carátula y luego los ambos cumplieron prisión preventiva durante seis meses.

En el primer juicio, padre e hijo fueron condenados por “homicidio con dolo eventual” a 10 y 8 años de prisión respectivamente. 

Pero -a los pocos meses-  la Cámara Penal absolvió a Eduardo y resolvió que se trató de un “homicidio culposo” por lo cual dispuso que se fije una nueva pena para Oscar Naya al ser un delito con una pena menor.

Sector de 'El Sombrerito' de Playa Unión en cercanías de donde fue el caso de Emanuel Puebla Pires.
Marcelo Alde

El 17 de marzo del 2016 se realizó la audiencia de cesura de pena en la Oficina Judicial de Rawson y la fiscal del caso, Griselda Encinas, junto al abogado de la familia, Carlos Villada, pidieron la pena máxima para ese delito: 5 años de prisión.

 En cambio, el defensor del imputado, Oscar Romero, rechazó todo lo solicitado por la Fiscalía y la querella.

Finalmente, el juez José Alberto García dio a conocer su resolución y dispuso una pena para Oscar Naya de 4 años y 8 meses de prisión más la inhabilitación por 10 años para ser legítimo usuario de armas de fuego.

El homicidio culposo es aquella acción en la que se causa la muerte a alguien por imprudencia, negligencia o impericia pero sin que el autor haya tenido intención de matar ni de provocar la muerte. 

Para este tipo de delito se prevé penas de seis meses a cinco años de prisión. Si la pena es menor a tres años, permite que el condenado reciba una pena en suspenso, es decir, que no la cumple en la cárcel. 

En el homicidio simple (con dolo), en cambio, se prueba que existió intención de matar. Una variante es el homicidio simple con dolo eventual, en el que el autor tenía conocimiento o era consciente de que podía llegar a causar un daño, pese a lo cual no interrumpió su acción, desinteresándose del resultado. 

A 10 años del crimen de Emanuel Puebla Pires. Su caso bautizó a una escuela, condenó a a un hombre y una madre 'renació' para luchar por su memoria.
A 10 años del crimen de Emanuel Puebla Pires. Su caso bautizó a una escuela, condenó a a un hombre y una madre 'renació' para luchar por su memoria.

La fiscal del caso, Griselda Encina, planteó su postura. “La investigación de la fiscalía sostenía que tanto Oscar como Eduardo Naya fueron autores de un homicidio simple, es decir que tuvieron intención de matar".

Los jueces del juicio entendieron que se trató de dolo eventual (es decir, que se deberían haber representado lo que su accionar podría generar) y luego los camaristas hicieron lugar a la impugnación de la defensa y sostuvieron que se trató de un delito culposo que tiene una pena menor. 

OSCAR NAYA: “YO NO DISPARÉ; LO QUE HICE FUE DEFENDER A MI HIJO”

En su declaraciones en el transcurso del juicio, el imputado como autor del hecho, Oscar Naya recordó “en aquel día, donde -desgraciadamente- falleció el hijo de la señora Pires, yo no quise embarrar la cancha. Fue en ese momento posterior cuando un testigo nos detuvo 50 minutos o una hora después de haber cazado los guanacos y nos informan que alguien había impactado con una bala a una criatura que anda por allí”.

Oscar Naya con su abogado Oscar Romero. "Todos saben que no fui quien efectuó el disparo", afirmó en el juicio. Imagen: Jornada.
Oscar Naya con su abogado Oscar Romero. "Todos saben que no fui quien efectuó el disparo", afirmó en el juicio. Imagen: Jornada.

Era un día desapacible, con mucho viento y tierra en el que no se veía nada. Yo conocía ‘El Sombrerito’ que tiene un acantilado de 15 ó 20 metros. Los guanacos no estaban abajo, estaban en el campo adentro”, precisó. 

“Yo no disparé; lo que hice fue defender a mi hijo. Todas saben que el que efectuó el disparo, no fui yo. ¿Qué hombre como padre no defiende a su hijo? Hace 14 meses estoy preso, por un delito que no cometí, voy a ser condenado y soy un inocente que está preso”, indicó.

¿QUÉ REVELARON LAS PERICIAS EN EL LUGAR?

En el desarrollo del juicio oral y público por la muerte del adolescente Emanuel Pires, declararon el entonces jefe de la Policía Científica de Trelew, comisario Cristian Ansaldo que realizó pericias en el lugar que fueron avaladas de manera coincidente por el comisario general (RE) Ladislao Acebes en representación de los imputados Oscar y Eduardo Naya.

Ansaldo y Aceves coincidieron que existe una distancia de 795 metros desde el lugar donde estaba la víctima de espaldas al mar y el lugar desde se habrían sido realizados los tres disparos a los dos guanacos.

Los peritos creen que se realizaron los disparos desde ese punto teniendo en cuenta las huellas de la camioneta halladas en ese sector y el hallazgo de tres vainas servidas que pertenecen al arma y desde donde salieron los únicos dos proyectiles existentes en la causa: uno extraído de uno de los guanacos y el otro de la humanidad de la víctima, prueba de ADN coincidente mediante.

Ambos peritos estuvieron de acuerdo además en que -desde el lugar donde se realizaron los tres disparos- resulta muy difícil ver a los adolescentes y sus cuatriciclos. 

No obstante, parados en el parante de la camioneta y sobre el techo del mismo vehículo es observable el casco que llevaba el joven pero que resultaba muy difícil dar en el blanco de haber tenido intenciones de hacerlo.

El entonces comisario de la Policía Científica, Cristian Ansaldo, aseguró que los disparos se hicieron a una distancia cercana a los 800 metros. Con otros relevamientos, se inclinaron más hacia la hipótesis de un accidente fatal que a un hecho intencional.
El entonces comisario de la Policía Científica, Cristian Ansaldo, aseguró que los disparos se hicieron a una distancia cercana a los 800 metros. Con otros relevamientos, se inclinaron más hacia la hipótesis de un accidente fatal que a un hecho intencional.
MPF Rawson

Coincidieron en lo excepcional de esa posibilidad, por el mediano poder de fuego del fusil Mauser usado, la escasa calidad de la mira telescópica que sólo regula disparos hasta 200 metros y de los proyectiles usados.

“Sería muy raro”, “es muy difícil”, “sólo de manera excepcional”, fueron las categorías usadas por Ansaldo, Aceves y los otros testigos ante la reiterada pregunta realizada por las partes sobre si era posible dar desde allí en la humanidad del adolescente. 

“Realizamos entre 40 y 50 tiros apuntando a un punto simulado que representaba la posición de la víctima y ninguno dió en el blanco”, revelaron.

Desde unos 200 metros del lugar donde se efectuaron los disparos, los peritos certificaron además el hallazgo de pisadas de los guanacos, rastros de sangre de los animales y las vísceras de los dos guanacos ultimados.

La fiscal general Mirta Moreno y el querellante Carlos Villada intentaron definir la realización de los disparos de una zona más cercana a la víctima y sus amigos. 

Se referían al punto donde un testigo señaló que observó a la camioneta y a los dos cazadores, tras escuchar el zumbido de un disparo y ver caer a su amigo Emanuel. Ese punto está a unos 200 metros y los adolescentes son perfectamente visibles

Oscar Naya fue condenado a una pena menor a los 5 años en el 2016 y asumió la culpa en relevo de su hijo Eduardo Naya.
Oscar Naya fue condenado a una pena menor a los 5 años en el 2016 y asumió la culpa en relevo de su hijo Eduardo Naya.
Diario Jornada

Las vainas que se hallaron pertenecen a otros cazadores, no fueron disparadas por el fusil que llevaban los imputados, son de otro calibre y estaban allí desde hacía mucho tiempo, concluyó Ansaldo y su equipo de peritos.

La fiscal general Moreno se refirió a otro punto del camino desde donde pudo haberse realizado el disparo. Era en el camino por el que regresaron los imputados en la Ford Ranger, distante unos 100 metros más alejado del anterior.

 Pero fue la propia jueza Ana Servent la que aclaró que ese punto había sido señalado por los peritos porque resultó ser el más apto para levantar huellas de los neumáticos. Tampoco allí se encontraron evidencias.

Susana Pires nos recuerda una historia conocida pero siempre impactante: una madre que aprende a convivir con el dolor para mantener viva la memoria de su hijo.
Susana Pires nos recuerda una historia conocida pero siempre impactante: una madre que aprende a convivir con el dolor para mantener viva la memoria de su hijo.
FM Bahía Engaño.

En el juicio, se concluyó que Naya actuó con "culpa inconsciente" y fue condenado en 2016 a cuatro años y ocho meses de prisión por ‘homicidio culposo’​.

El fallo judicial fue un punto de inflexión. Si bien Naya cumplió su condena, la familia Puebla Pires nunca dejó de señalar la ineficiencia del sistema en prevenir este tipo de incidentes. 

El caso expuso las brechas legales en el manejo de armas y las actividades recreativas en áreas habitadas, temas que aún demandan regulación​.

SUSANA PIRES: UNA MADRE QUE RENACE PARA MANTENER VIVA LA MEMORIA DE SU HIJO

Diez años después del trágico fallecimiento de Emanuel Puebla Pires, su madre, Susana Pires, se ha convertido en un emblema de resiliencia y compromiso con la memoria. 

Desde aquel doloroso momento, Susana encontró en el acompañamiento a otros una manera de transformar su pérdida en un legado de amor y solidaridad.

“Lo absurdo de la muerte y de la justicia no puede ganarnos. Hay que construir y volver a la vida”, reflexionó en diálogo con ADNSUR.

"Nadie es capaz de matarte en mi alma", reza uno de los cuadros en la casa de Susana que le regalaron los estudiantes de la escuela N° 776 'Emanuel Puebla Pires' de Playa Unión.
"Nadie es capaz de matarte en mi alma", reza uno de los cuadros en la casa de Susana que le regalaron los estudiantes de la escuela N° 776 'Emanuel Puebla Pires' de Playa Unión.

En el centro de su labor está su rol como coordinadora en Pastoral del Duelo que constituye un grupo de reflexión y acompañamiento desde la Fé para colaborar con los dolores en el alma de otras personas. 

Susana valoró el acompañamiento de los estudiantes de la escuela N° 776 de Playa Unión y del club Bigornia que visitan la cruz levantada en su memoria en un ritual de reflexión y aprendizaje. 

“En esas caritas jóvenes, veo a Emanuel. Es como si él sigue presente en cada uno de ellos”, subrayó. 

La figura de Emanuel ha trascendido lo personal para convertirse en un símbolo de valores como la solidaridad y la superación. 

A pesar del tiempo transcurrido, el duelo sigue siendo un compañero constante en la vida de Susana y su familia para aprender a convivir con el dolor.

En ese sentido, afirmó “no se encierren en el sufrimiento y -si tienen depositado veneno en su corazón- sólo con el perdón comerán el fruto del amor y de la paz”. 

A través de la 'Pastoral del Duelo' con un fuerte vínculo con la Fé, Susana pudo elaborar sus sentimientos en profundidad y -en la actualidad- se desempeña como 'coordinadora' para ayudar a otras personas que están afectadas por pérdidas cercanas. Imagen: Captura de 'Pastoral del Duelo'.
A través de la 'Pastoral del Duelo' con un fuerte vínculo con la Fé, Susana pudo elaborar sus sentimientos en profundidad y -en la actualidad- se desempeña como 'coordinadora' para ayudar a otras personas que están afectadas por pérdidas cercanas. Imagen: Captura de 'Pastoral del Duelo'.

Susana encuentra fortaleza en el amor hacia su familia y en la misión que ha abrazado: “Transformé el dolor en amor, y eso es lo que mantiene viva la memoria de Emanuel. Él es parte de algo mucho más grande", aseguró.

El Club Bigornia, donde Emmanuel practicaba rugby, es otro de los espacios donde su recuerdo persiste. Sus compañeros continúan rindiendo homenaje a su espíritu deportivo y solidario eligiéndolo como "mejor compañero" en diversas ocasiones

A medida que se cumple una década desde la tragedia, es crucial recordar no solo el dolor causado por la pérdida de Emmanuel sino también los esfuerzos realizados por su familia y amigos para buscar justicia y rendir homenajes en la ‘La cruz de Emma’ en el lugar de los hechos.

Diez años después del trágico suceso, la comunidad sigue buscando respuestas y asegurándose que no se repitan tragedias similares.

Esta historia es un llamado a la reflexión y una convocatoria a la lucha por una Justicia que continúe siendo un ‘faro de esperanza’ para quienes creen en un futuro donde las vidas jóvenes no se vean truncas por actos irresponsables.

Con el paso del tiempo, Emanuel Puebla Pires se desplazó de su individualidad para convertirse en un símbolo de memoria y justicia; su nombre perdura en la escuela a la que asistía y su hombría de bien deja en claro un destino: que el mejor homenaje sea un compromiso con los valores de la solidaridad, empatía, amistad, compañerismo y unidad que nos permiten crecer como personas en el sentido más profundo de la existencia humana. 

🔴 #AHORA #VIVO #RAWSON - A 10 AÑOS DEL CASO EMANUEL PUEBLA PIRES EN PLAYA UNIÓN
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