La "metamorfosis" del Parque Saavedra: la historia del único zoológico que tuvo Comodoro
En la década del 80, en el Parque Saavedra, que actualmente está en comodato del Centro de Empleados de Comercio, se montó un minizoológico con animales característicos de la zona. En 1996, esa experiencia terminó con acusaciones sobre maltrato animal y la intervención de la Dirección de Fauna Silvestre y Ambiente de la provincia.
El parque Saavedra está ubicado en la zona de Kilómetro 3, allí donde en 1907 se descubrió el petróleo. Es un patrimonio paisajístico de Comodoro Rivadavia. Lo construyó YPF en 1937, cuando era completamente estatal, a través de la Comisión de Parques y Jardines. Se decidió ubicarlo al lado del pozo 363, en un barrio incipiente que se ideó para 43 familias obreras.
Así lo indica el libro “Diálogos de la Historia y la Antropología con el Derecho Ambiental acerca del Patrimonio Paisajístico”, trabajo escrito por la licenciada y profesora de Historia y abogada Graciela Ciselli en el marco de su tesis de doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales.
La investigación, de la también docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, indica que su construcción no implicó grandes inversiones, ya que para las obras se utilizaron materiales de rezago y jornales de presupuesto ordinario, y para su riego se aprovecharon aguas servidas.
En sus primeros años, fueron 24 hectáreas destinadas exclusivamente a los empleados de YPF y sus familias. Solo tenían que presentar alguna credencial que los identificara.
El parque funcionaba todos los días hasta las 21:00 horas, y los domingos y feriados hasta las 23:00. Aunque en invierno, el cierre era a las 18:00.
Allí hubo bailes, kermeses y otras actividades. Mientras que en el interior también funcionaba un kiosco que, los fines de semana y feriados, vendía desde fósforos hasta cervezas.
El parque Saavedra era un símbolo de YPF y tenía sus propias reglas. Por ejemplo, durante la Gobernación Militar (1944 – 1955) solo podían ingresar en coche oficiales de la Gobernación, el Ejército o la Marina. Quienes provocaban incidentes o robos eran sancionados. Además, los menores solo podían ingresar con un adulto.
Como indica y argumenta el libro, el parque es un patrimonio paisajístico de la ciudad. Desde los cerros se podía ver un laberinto de tamariscos que formaba la sigla YPF, y en el predio había viveros y una caballería donde permanecían apostados los caballos de los recorredores de pozos. Además, una glorieta y fogones adornaban un estilo único.
EL CAMBIO Y LA RECUPERACIÓN
Pero todo cambió a fines de la década del 60, cuando los barrios de zona norte comenzaron a incluirse en la jurisdicción de la ciudad. Comodoro dejaba de ser un pueblo con campamentos y se integraba en su totalidad. Así nació, en 1968, la Asociación Vecinal del barrio Saavedra.
Un año después, YPF cedió a la Municipalidad todos sus campings, árboles y demás espacios de esparcimiento y se abrió el parque al resto de la comunidad.
Pero fue recién en 1972 cuando se sancionó la ordenanza de Asociaciones Vecinales, que reconoció a los barrios de zona norte como parte del ejido municipal. El barrio y el parque quedaron bajo dominio del Ejecutivo.
Por ese entonces, el parque estaba deteriorado y, tras varios reclamos reflejados en los medios, fue cedido a la Fundación Protección a la Minoridad, una institución sin recursos que, tres años después, lo devolvió sin pena ni gloria.
Frente a ese escenario, la Municipalidad, a través del Departamento de Parques y Jardines, inició un plan de recuperación, reconociendo su valor patrimonial.
Cuenta la historia que en 1985, el parque fue ofrecido por partes a diversas entidades: sindicatos, mutuales, asociaciones vecinales y centros de jubilados. Así surgieron nuevas propuestas, entre ellas la de la Asociación Mutual de YPF, que en 1986 firmó un comodato con el municipio para realizar una serie de actividades para niños.
LA HISTORIA DEL MINIZOOLOGICO
El mini zoológico funcionó entre 1989 y 1996. Según cuenta Ciselli, a partir de entrevistas y relevamiento de información, fue una idea de Sergio Ávalos, Fernando Cosentino, Carlos Acuña y Eduardo Campillay, con la colaboración de un veterinario y el zoólogo Eduardo Cabezas.
El objetivo era que los alumnos de escuelas primarias y los chicos conocieran la fauna patagónica.
En tiempos en que los zoológicos todavía no eran mal vistos y eran considerados una atracción, además del guanaco, había un puma, un búho, águilas, un cóndor, zorros grises y colorados, algunos ciervos rojos, patos, ñandúes, un ciervo albino, jabalíes, chivos, corderos y liebres patagónicas.
Según la historia, la proveeduría de YPF, operadora que todavía era estatal y que en los 90 se privatizó, proveía la carne y los forrajes necesarios para mantener a los animales. Sin embargo, en 1991, la cantidad de especies se redujo. La causa fue la mortalidad de algunos de ellos y los problemas que tuvo que afrontar la Asociación Mutual de YPF para el sostenimiento de la actividad. Es que, además de la alimentación, se debía costear la seguridad y los cuidadores.
En redes sociales, quienes conocieron el lugar aún recuerdan que muchos animales no estaban bien cuidados. Esa situación produjo la intervención de la Dirección de Fauna Silvestre y Ambiente de Rawson y el posterior traslado de los animales al zoológico de la capital provincial.
La aventura terminó en octubre de 1996, cuando finalizó el comodato del Parque Saavedra. YPF ya era una empresa privada y el legado ya era historia.
UN PARQUE DE TODOS
Con el cierre del zoológico, la vida del Parque Saavedra continuó. Por ese entonces, ya había sido transferido definitivamente a la Municipalidad a través de la Ley 24.146, mediante la cual el Director Nacional de Bienes del Estado procedió a la transferencia definitiva y a título gratuito de diversos inmuebles del Estado Nacional Argentino (en manos de YPF) a favor de la Municipalidad.
La Municipalidad otra vez lo volvió a ofrecer en comodato para su explotación y, en noviembre de 2005, luego de un lustro de gestiones, fue cedido al Centro de Empleados de Comercio.
El mismo es utilizado por la comunidad como lugar de esparcimiento, pero también por la Municipalidad para actividades relacionadas con las colonias de verano para todas las edades.
En 2008, como una forma de proteger su historia, el parque fue declarado Patrimonio Histórico, Cultural y Natural de la ciudad y en 2016 integró el listado de bienes protegidos, reconociéndose como uno de los patrimonios que, por sus características, debe ser custodiado. Es que, tal como refleja su historia, el Parque Saavedra es un ícono del petróleo en la ciudad, pero también del paisaje y el entorno.