La exposición número 87 llevada adelante por la Sociedad Rural de Comodoro Rivadavia, durante el último fin de semana, dejó dos certezas claras. Por un lado, la reconocida calidad genética lograda tras años de inversión y mejora continua, en una apuesta por una actividad productiva vinculada a la identidad de la región. Por el otro, la necesidad de que se adopten medidas a nivel nacional para devolver un horizonte distinto a la cruda descripción que hizo el presidente de la institución, Juan José Anglesio, que habló de crisis terminal.

Entre las medidas que espera el campo patagónico con relación a decisiones del gobierno nacional, Anglesio mencionó las vinculadas a temas impositivos y a los problemas que ocasiona el retraso del dólar, que desde este mes incluso tendrá un ritmo de apreciación más lento, al bajar del 2 al 1% mensual.

Anglesio en el acto inaugural de la Sociedad Rural
Anglesio en el acto inaugural de la Sociedad Rural
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“Los altos costos de producción y un tipo de cambio totalmente atrasado hacen inviable la actividad -detalló-. Los sobrecostos del 20% por zona desfavorable y la imposibilidad de compensarlos con otros impuestos, la devolución del IVA, la alta carga impositiva sobre insumos de producción y un dólar atrasado son puntos que el gobierno nacional debe resolver”.

En ese marco, recordó que la actividad ocupa el 33% del territorio nacional, generando arraigo y soberanía, ya que en muchas regiones es la única actividad posible. La expectativa quedó planteada en torno a la próxima reunión que mantendrán la Mesa de Enlace y el ministro de Economía de Nación, Luis Caputo, el martes 6, en la que los ruralistas locales esperan que sea expuesta la situación del campo patagónico. 

ABIGEATO, GUANACOS Y OTRAS DECISIONES QUE DEPENDEN DE PROVINCIA

A nivel provincial, se destacó la reciente decisión del gobierno provincial para eximir al sector de la carga del Impuesto Inmobiliario y de Ingresos Brutos por el período 2025, pero el sector solicitó también que se activen medidas concretas en torno a problemas como los depredadores, abigeato, crecimiento poblacional de guanacos, faena clandestina, perros cimarrones y otros inconvenientes vinculados a sanidad.

En ese plano, se solicitó también la eximición impositiva para aquellas actividades que tienden a recuperar actividades productivas en campos abandonados, al tiempo que se enfatizó que muchas medidas no tienen costo económico, sino que requieren la decisión política de fijar metas de crecimiento. 

Otro punto que fue celebrado en el acto inaugural se vincula a la decisión de avanzar contra las usurpaciones de tierra, según lo expresado en el discurso inaugural. 

La exposición permitió también volver sobre un problema que fue abordado tangencialmente hasta ahora, pero que impacta con dureza en el sector, vinculado a la expectativa generada por proyectos de energías limpias y la futura producción de hidrógeno. Si bien no se desconoce el potencial de la región, ese tipo de iniciativas generó la venta y alquiler de campos, que dejaron de ser productivos y quedaron abandonados. Por eso, el pedido fue para que el Estado provincial interceda en la convivencia de ambas actividades.  

Otro de los puntos fue el vinculado a la emergencia atravesada durante el temporal climático del año pasado, por el que se propuso la creación de un banco de alimentos y otras medidas preventivas. Además, se destacó la predisposición del personal de Vialidad Provincial, “pese a no contar con todos los medios necesarios”.

LOS PRECIOS DE LOS REMATES Y LA REFERENCIA DE OTROS TIEMPOS

Con relación a los precios obtenidos en los remates de los grandes campeones, que fueron destacados por su alta calidad, como suele ocurrir no sólo en los eventos realizados a nivel provincial, sino con reconocimientos que se han obtenido en las pistas de Rio Negro y en la Rural de Buenos Aires, los números pueden parecer ‘altos’, pero que están lejos de obtener un precio acorde al valor que tuvo en otros tiempos.

Vale una referencia que suele escucharse en el sector. Hasta un par de décadas atrás, el valor en que se vendía el Gran Campeón era el equivalente a una camioneta 0km. “Si una F-100 valía en ese momento 15.000 ó 20.000 dólares, la venta del animal que lograba el primer premio era un valor bastante parecido -contó uno de los hombres del campo-. Hoy, una camioneta 0km vale 45.000 dólares y el campeón no llega a los 10.000”, comparó.

El dato, más allá de que la anécdota se completa con una sonrisa en mención a que “tal vez se podría comprar un Rastrojero modelo 68”, trae a colación el fuerte interrogante sobre la rentabilidad del campo y hasta dónde podrá sostenerse una actividad que implica, en muchos casos, viajar a Australia para comprar genética de primera calidad, pero luego se está muy lejos de alcanzar valores acordes a esa inversión.

Por eso adquiere mayor magnitud el dato sobre la pérdida de rentabilidad y la necesidad de que se articulen medidas, a nivel nacional y provincial, que tiendan a frenar la merma de un sector que tal vez no tiene el impacto económico de otras actividades, pero que es igualmente importante en la composición del producto bruto geográfico y que puede contribuir a generar alternativas que no parecen sobrarle hoy a la economía del país en general.

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