Muertes, aislamiento y barbijos: se cumplen cinco años del comienzo de la pandemia en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly
Call center, aislamiento obligatorio, centro de hisopados, reportes. Parecen palabras que quedaron muy lejos en el tiempo. Sin embargo, la realidad indica que hace cinco años, el mundo comenzó a vivir la peor pandemia de la historia: un virus que cruzó fronteras y se llevó la vida de miles de personas, modificando la cotidianidad y hasta la forma en que nos comunicamos. En esta crónica, recordamos el inicio del aislamiento obligatorio, un hecho que marcó a la comunidad y que muchos ya han olvidado.

El COVID dejó profundas heridas en quienes lo sufrieron en primera persona. Solo en 2020 fue la primera causa de muerte en Comodoro Rivadavia, Rada Tilly y Sarmiento, el conglomerado que nucleaba el Área Programática Sur, ahora disuelta por el Ministerio de Salud.
En Argentina, la pandemia comenzó un día como hoy, pero del 2020. Esa noche, a las 21:17 hs, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, anunció el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). La medida regía para todo el país hasta el 31 de marzo y su objetivo era evitar el contagio masivo de COVID-19.
En el primer día de cuarentena obligatoria, las calles eran un desierto y la sensación de todos deambulaba entre la incertidumbre, la incredulidad y el no saber con certeza qué sucedía. “No son vacaciones”, rogaban los eslóganes de las autoridades médicas, respondiendo en parte a aquellas personas que dejaron sus casas en Buenos Aires para irse a la Costa Atlántica. Nadie tenía la magnitud de lo que vendría poco tiempo después.
Por esos días, los bares, comercios y bancos estuvieron cerrados. Se suspendieron las clases y se prohibió el tránsito en rutas y calles. Tampoco se permitía ir a los espacios públicos.
Muchos jóvenes que estudiaban lejos de casa intentaron volver desde Córdoba, Buenos Aires, La Plata, entre otras ciudades universitarias. También hubo trabajadores que quedaron en yacimientos u otras ciudades, en medio de un viaje. Poco a poco, con muchas gestiones y autorizaciones de por medio, lograron pasar las barreras sanitarias que, de alguna forma, se crearon y que solo "los esenciales" podían transitar.
Para dimensionar lo que sucedió, solo basta decir que se registraron más de 27.000 pedidos de autorización de circulación en las primeras horas. Solo era el principio de lo que vendría.Desde entonces, el barbijo se convirtió en parte de la vestimenta y la distancia social una norma más de los usos y costumbres.
En Comodoro, el punto de quiebre se dio casi un mes después. El 15 de abril se registró el primer caso positivo de COVID-19 en Chubut. Un vecino que viajó a Brasil con su esposa y regresó a la ciudad. Hubo escraches, amenazas e intimidaciones.
Afortunadamente, el caso no pasó a mayores. Mientras tanto, la ciudad avanzaba en la creación de su propia estrategia, mediante protocolos y la preparación de espacios de internación.
Fue por esa época en que comenzaron a escucharse palabras como call center, centro de aislamiento y testeos. El sistema sanitario avanzó en medidas preventivas ante un posible brote. Los hospitales Regional y Alvear ampliaron la cantidad de camas de terapia intensiva y se dispusieron salas de urgencia diferenciadas para atender a pacientes respiratorios y aquellos que llegan a urgencias por otras patologías o emergencias.
Además, se avanzó en la adquisición de los insumos necesarios para poder realizar los test de PCR en Comodoro, que por entonces se realizaban en Trelew, en virtud de que la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, con el apoyo de PAE, adquirió el equipo de PCR y una cabina de tecnología molecular, ambos aprobados por el Instituto Malbrán.
Por ese entonces, ya estaban suspendidos los velatorios, la principal ceremonia religiosa y cultural de Occidente que permite dar el último adiós a quienes queremos. Como consuelo, se adaptó una sala que habitualmente se utilizaba para preparar los cuerpos. Además, había restricciones en la inhumación, y el fallecido solo podía ser sepultado en tierra o cremado.
ESTRICTAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
En agosto, la situación se volvió crítica y las autoridades sanitarias solicitaron a los municipios volver a la fase 2 y restringir la circulación por 14 días. Por esos días, los casos se replicaban en diferentes puntos de la ciudad, enlutando a familias completas. Así fue el caso de Juan Cedrón, quien perdió a tres familiares en 10 días.
En ese entonces, en diálogo con este periodista, dijo: "Nos cuidábamos mucho, pensábamos que no nos podía llegar, pero nos llegó. En mi caso, estuve 17 días en coma y 8 en sala. En total, fueron 45 días internados y la verdad es que es muy doloroso el tema del Covid."
En septiembre, el panorama era complejo. La terapia intensiva del Hospital Regional estaba saturada y los trabajadores de salud sentían el cansancio. Mariel García (42), jefa de la terapia intensiva del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia, por esos días, dialogó con ADNSUR y contó cómo era el panorama.
“Es una hora y media de trabajo por tres pacientes. Lleva entre 30 y 45 minutos la atención de cada uno. Es mucho. Salimos con la cara marcada, nos duele la nariz, nos duele la frente, y me pregunto: ¿qué nos va a pasar si tenemos que llenar la sala y las 10 camas son Covid? Da terror, porque imaginate que si cada paciente nos va a dar 30 o 45 minutos de atención, va a ser demoledor. Por eso apelamos a la solidaridad de la gente”, decia tratando de concientizar a la población.
Por esos días, la terapia intensiva del Hospital Regional estaba integrada por 13 terapistas. Además de Mariel, había un jefe de residentes, un residente saliente y 10 médicos de planta. A ellos se sumaban cuatro kinesiólogos y 20 enfermeros, agentes de limpieza y ayudantes.
Frente a ese panorama, en octubre se dio inicio el Plan Detectar, un trabajo conjunto entre el Municipio, la Nación, el Ministerio de Salud de la Provincia y la UNPSJB, que consistía en la realización de testeos masivos para prevenir posibles casos de Covid. Se realizó en el Club Huergo, la Escuela de Arte, el Gimnasio Municipal N° 2, también en el N° 3, entre otros lugares, desde escuelas hasta barrios.
La estrategia permitió disminuir la cantidad de pacientes internados, en virtud de que cada caso positivo debía cumplir con el aislamiento obligatorio. A esto se sumó el inicio del plan de vacunación, que en la ciudad comenzó el 29 de diciembre de 2020. Sin embargo, no pudo evitar que siguieran habiendo fallecidos.
Por ese entonces, ya se habían iniciado algunas actividades, con restricciones, por ejemplo, por DNI par e impar. Sin embargo, nada fue normal en 2021 y los cierres de comercios, oficinas y la suspensión de clases fueron frecuentes ante cada caso positivo.
En febrero, a casi un año del inicio del aislamiento, ya había más de 700 fallecidos en la provincia. El reporte oficial del Ministerio de Salud de Chubut indicaba que el 19 de febrero se habían registrado 50.873 casos positivos, había 48.908 recuperados y 798 personas habían fallecido.
Lo cierto es que la vacunación permitió disminuir la cantidad de casos, pero la segunda ola de Covid continuó durante todo el año, extendiéndose a 2022, cuando se produjo la tercera ola por la variante Ómicron, la cual se caracterizó por el dolor de espalda, el agua nasal y el ardor de garganta.
Esa variante de mayor índice de contagio no repercutió en un aumento en las internaciones, en virtud de que para esa época, gran parte de la población ya contaba con alguna vacuna o defensas en su sistema inmunológico.
Así, poco a poco el COVID-19 fue disminuyendo, y con ello también la aplicación de vacunas, en virtud de que no todo el mundo completó sus esquemas de vacunación. Finalmente, en mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud declaró el fin de la emergencia internacional de salud pública por el COVID-19, pero no significa que el virus se haya erradicado, sigue estando presente con menor magnitud.
