Luciano Saavedra, un joven de 21 años oriundo de Neuquén, perdió la vida en un trágico accidente de tránsito en Centenario el pasado 26 de julio. Sin embargo, su historia no termina ahí, ya que su generoso gesto de donar órganos permitió que cinco personas en diferentes partes del país recuperen la esperanza de una vida mejor.
Después de ser trasladado de urgencia al hospital Castro Rendón, Luciano luchó por su vida durante varios días, pero el 3 de agosto finalmente falleció. Su hermana, Camila Saavedra, recuerda a Luciano como “una excelente persona, con un corazón enorme y una sonrisa notoria”. Su naturaleza altruista se reflejó en su decisión de ser donante de órganos, un acto que, incluso después de su muerte, continúa marcando la diferencia.
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Luciano no solo era donante voluntario de sangre, sino que también había expresado su deseo de donar sus órganos. Gracias a este noble acto, su hígado, riñones y córneas fueron trasplantados, beneficiando a cinco personas que ahora tienen una nueva oportunidad de vida.
La familia Saavedra recibió noticias sobre los destinatarios de los órganos de Luciano: una mujer de 40 años de Buenos Aires, quien recuperó su salud gracias al trasplante de hígado; una mujer de 37 años y un joven de 24 años, quienes ya no necesitan diálisis después de recibir uno de sus riñones; y un adolescente de 15 años de Córdoba, junto a una mujer de 42 años de Santiago del Estero, quienes recuperaron la visión gracias al trasplante de córneas.
Camila y su familia atraviesan un duelo profundo, pero encuentran consuelo en saber que Luciano sigue ayudando a otros. “Nos gustaría conocer a cada una de las personas que recibieron una parte de mi hermano”, expresó Camila, quien pidió la colaboración de la comunidad para localizar a los beneficiarios de los órganos de Luciano en Buenos Aires, Neuquén, Córdoba y Santiago del Estero.