Aun cuando una ampliación del presupuesto municipal en un 40% a mitad de año puede ser un dato que impacte y provoque envidia a más de un intendente, la ciudad cuna del petróleo argentino ya no tiene la robustez económica y financiera que siempre se le atribuyó.

El panorama económico para Comodoro Rivadavia está atravesado por variables que parecen contradictorias. Por un lado, son importantes los ingresos que sigue entregando la actividad petrolera, que aun en una curva de descenso brindan un respaldo que pocas ciudades pueden ostentar hoy.

Al mismo tiempo, la gran cantidad de incógnitas que afronta la ciudad, en buena parte causadas por la misma actividad petrolera, demandan un cúmulo de recursos económicos que no llegaron en tiempos en que todavía era posible reclamar obras y proyectos de envergadura a la Nación o la Provincia.

Bien mirado, para quien emprenda el incómodo camino de no sucumbir a la tentación de un ácido posteo en redes sociales con el sueño efímero de ser tendencia por un día, el efecto de tanta extracción de petróleo a lo largo de casi 12 décadas termina siendo neutro, para la ciudad y su historia, en más de un sentido.

Por qué Comodoro dejó de ser la "ciudad rica' de Chubut: caída de regalías, plazos fijos y un futuro incierto

Comodoro Rivadavia parece cumplir al pie de la letra aquella conocida “maldición de los recursos” o “la paradoja de la abundancia”, que sostiene que las regiones más ricas en minerales o hidrocarburos tienen un menor desarrollo que en otras áreas donde no abunda esa riqueza.

Algunos dirán que no todos los municipios tienen la posibilidad de una ampliación presupuestaria de esta magnitud, ni recursos atados al dólar. Tampoco todos los municipios tienen en su ejido urbano 3.700 pozos petroleros inactivos, con un pasivo ambiental tan grande como las dudas sobre el futuro cercano.

EL PRESUPUESTO SUBE UN 40%, FRENTE A UNA INFLACIÓN DEL 80%

A los fines de este informe, interesa volver a la coyuntura local y el reciente anuncio del pedido de ampliación presupuestaria del municipio, en 40.000 millones de pesos, que equivale a casi el 40% de los 108.000 pesos previstos inicialmente para el año 2024.

Cualquier administrador sabía a fines del año pasado, cuando se elaboraban los presupuestos a nivel nacional, provincial o municipal, que la cotización del tipo de cambio sería mucho mayor a la que se proponía como pauta presupuestaria desde el saliente gobierno del exministro Sergio Massa, que proponía un dólar oficial de 486 pesos.

No hay magia, entonces, por ese lado, cuando resultaba obvio que aquella referencia no podría sostenerse en el tiempo, en meses en que ya el dólar ‘blue’ se acercaba a los 700 pesos y la presión devaluatoria se asemejaba a un dique de contención que empezaba a romperse.

Esta bella imagen de la ciudad acaso simboliza lo que debería ser, frente a la magnitud de recursos que genera. Foto de Mauro Esains.
Esta bella imagen de la ciudad acaso simboliza lo que debería ser, frente a la magnitud de recursos que genera. Foto de Mauro Esains.

Desde el punto de vista de la economía doméstica, entonces, era previsible que el cálculo de regalías proyectado sobre ese valor de dólar oficial era una clara subestimación, que en pocos meses tendría que ser revisada.

En definitiva, tener hoy 40.000 millones de pesos más, es decir un 40% sobre el gasto inicialmente previsto, sigue quedando atrás frente a una inflación que habrá acumulado alrededor del 80% al concluir el mes de junio, si es que se confirman las proyecciones de alrededor de 5 puntos para el sexto mes del año.

Lo que termina pasando hoy es un ‘blanqueo’ del ingreso real, pero que igualmente puede resultar insuficiente frente a una demanda creciente, tanto en términos sociales como de una infraestructura cada vez más precaria. 

¿PESAN MÁS LOS INGRESOS ADICIONALES, O EL AUMENTO DEL GASTO POR LA MAYOR DEMANDA QUE PROVOCA LA CRISIS?

La pregunta fue respondida por el secretario de Hacienda, Fernando Barría, para quien no hay dudas de que la mayor incidencia del gasto en la primera mitad del año termina licuando cualquier atisbo de ingresos adicionales:

“Sin duda alguna, tiene más incidencia el incremento de costos que la suba de ingresos. Los costos se mueven a una velocidad distinta -argumentó el funcionario-. Apenas asumimos, en diciembre, tuvimos una inflación del 25% y si lo traemos al último mes, estamos en el 115%, cuando recién ahora estaríamos acompañando con esta ampliación del presupuesto para tratar de llegar a fin de año”.

Por eso, Barría coincidió con los dichos del intendente Macharashvili, cuando aseguró que “la inflación nos pulverizó el presupuesto”, en referencia a que “nuestro poder adquisitivo para la compra de bienes y servicios materiales es mucho menor a la que teníamos el año pasado”.

El intendente Othar Macharashvili durante un recorrido por el camino ARA San Juan.
El intendente Othar Macharashvili durante un recorrido por el camino ARA San Juan.

Al justificar el problema de la obra pública en los primeros meses de gestión, el intendente sumó un dato adicional días atrás: “sobre 17.000 millones de pesos previstos para obras municipales, ya se imputaron unos 7.200 millones destinados al pago de redeterminación de precios”, dijo en rueda de prensa, es decir el ajuste que se aplica a partir de la inflación sobre los costos de la construcción.

“Los precios son superiores en un 350 ó 400% que en 2023”, afirmó Macharashvili.

EL AHORRO EN “PLAZO FIJO” DE LA MUNICIPALIDAD SE EROSIONA FRENTE A LA INFLACIÓN

Uno de los datos que reflejó la solidez financiera del municipio comodorense en la última década fue la alusión al “plazo fijo” generado con ingresos excedentes, a partir de lo que significó la ley de Hidrocarburos del año 2012.

Se trata en realidad de varios depósitos, que el municipio tiene en resguardo mientras se van ejecutando los presupuestos anuales, con partidas específicas para obras públicas. 

En los últimos años, ese ahorro se fue consumiendo en buena parte por la suba de costos, pero además en los primeros meses de 2024 enfrenta un riesgo adicional, que es el de la erosión del fondo por la baja de tasas de interés, por debajo de la inflación.

Por eso, dentro de la ampliación presupuestaria que se envió al Concejo se cuenta el pedido de autorización para otro tipo d e instrumentos de inversión, que garantice un mayor rendimiento, según anticipó Fernando Barría.

“Vamos a necesitar alguna herramienta financiera adicional que nos permita cuidarnos un poquito más que un plazo fijo, porque arrancamos el año con tasas arriba del 110% y hoy estamos en el 34%”, comparó.

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La ecuación es simple: si los costos de la obra pública crecen al 6% mensual y la plata reservada para pagarla lo hace a menos del 3%, los fondos van perdiendo poder de compra, con la paradójica sensación de que se escurren de las manos antes de llegar a gastarlos.

Habitualmente, el equivalente de esa masa de reserva equivalía a 4 masas salariales del municipio, pero hoy se redujo a entre 2 y 2,5. Además de la herramienta financiera que brinde mayor rentabilidad, Barría también anticipó que se aplicará un mecanismo de compra de materiales para “stockear” esos elementos.

Algo así como “ahorrar en ladrillos”, como decían los abuelos en otros tiempos. El desafío es que la plata empiece a usarse antes de que termine de devaluarse.  

EL DATO OCULTO: COMODORO TIENE HOY LA TASA DE ACTIVIDAD MÁS BAJA DEL PAÍS

La crisis económica se refleja también en la mayor demanda social que afronta el municipio, a partir de datos de pobreza e indigencia que han crecido fuertemente en los últimos años y que se aceleraron en las recientes mediciones del INDEC.

Hay un dato cuya relevancia tal vez no impacta del todo hoy, pero significa un gran interrogante para el futuro cercano. Comodoro Rivadavia tiene hoy la tasa de actividad más baja del país, con un 39,6%.

Un informe de la consultora Politikón Chaco hizo la comparación entre todos los aglomerados urbanos del país, tras la medición del índice de desempleo en el primer trimestre de este año, por parte del INDEC.

Tal vez el índice pasa inadvertido porque, al mimo tiempo, la ciudad tiene una de las tasas de desocupación más bajas de la Argentina (2,8%), pero ese consuelo entraña en sí mismo un riesgo latente. Además, tras esa medición del primer trimestre el número pudo haber crecido, ya que solamente la construcción cuenta hoy 2.000 desocupados en la ciudad, a partir de obras nacionales que se pararon.

La caída de la actividad de la construcción, por corte de obra pública nacional, genera hoy unos 2.000 desocupados de la UOCRA.
La caída de la actividad de la construcción, por corte de obra pública nacional, genera hoy unos 2.000 desocupados de la UOCRA.

Al haber poca actividad, no hay oferta de nuevos puestos de trabajo. La encuesta del INDEC no considera como “desocupado” a quien hoy no trabaja, pero tampoco está buscando trabajo.

Puede que en esa circunstancia haya jóvenes que ya dejaron de buscar empleo, por el llamado efecto “desaliento”. O muchos ocupados que revisten esa condición por haber hecho una changa en la semana previa a la encuesta, o por haber manejado un viaje de “Uber” y conseguido unos pesos.

Gran parte de esa demanda oculta está hoy (todavía) cubierta por programas sociales, que se canalizan a través de programas sociales de asistencia, pero cuya continuidad en el futuro cercano, a partir de las metas del presidente Javier Milei, no están garantizados. ¿Qué pasará cuando esa demanda quede al descubierto?

TRABAJADORES CON OFICIO FUERA DEL MRECADO

El subsecretario de Economía Social del Municipio, Ricardo Fueyo, contó algunas de las situaciones que se registran en su despacho, que se encarga de promover la generación de empleo y capacitación en oficios, sobre todo para jóvenes en busca de inserción laboral:

“La situación ha empeorado, porque no sólo abarca ya a jóvenes con problemas para ingresar al mercado de trabajo, sino también a gente con experiencia y oficios, que ha ido perdiendo empleos y no encuentra nuevas opciones”, detalló.

Las cuadrillas de trabajo del municipio reciben una creciente demanda, incluso de trabajadores calificados, según advirtió Ricardo Fueyo.
Las cuadrillas de trabajo del municipio reciben una creciente demanda, incluso de trabajadores calificados, según advirtió Ricardo Fueyo.

“Se amplía la brecha de la demanda laboral -añadió Fueyo-, aún para empleo precario como el que tenemos nosotros, con el PIL (Programa de Inserción Laboral), lo que la gente conoce como ‘las cuadrillas’ o ‘becados’. Estamos recibiendo gente con oficios, que ha sido petrolera o calificada en metalurgia, o en la pesca y otros oficios calificados, que se quedó sin trabajo”.

Vale reiterar: son ofertas de trabajo temporal, de tiempo parcial y con una remuneración básica, como una forma de transición hasta encontrar un empleo estable y en mejores condiciones. Hoy, esa cadena ascendente se ha cortado. Hay 460 personas en el programa y se tuvo que cerrar el ingreso, frente a una demanda que sigue creciendo.

Otro dato, también silencioso, se vive a diario en las oficinas de la ANSES, donde hay un goteo constante en el alta del seguro temporal por desempleo.

LA SALIDA PARCIAL DE YPF

En la urbe petrolera queda por medir todavía el efecto final del traspaso de áreas de YPF, que si bien mantendrá su operación en Manantiales Behr, se desprenderá de otros 3 bloques en Chubut y de 10 áreas en Santa Cruz.

Está por verse el efecto de esa decisión, sobre todo para pymes que trabajan a un lado y otro del puesto Ramón Santos y que podrían ver fuertemente su actividad mientras se resuelve la transición en los bloques santacruceños, que van a un ritmo más lento que el de Chubut.

Cualquiera sea el resultado final, no hay dudas de que habrá un reacomodo hacia una operación más chica, que es el sinónimo para la “eficiencia” con la que deberán operarse los yacimientos a partir del cambio de manos, si lo que se busca es que sigan resultando rentables.

El efecto de la salida parcial de YPF de Chubut y del retiro total de Santa Cruz todavía está por conocerse, pero ya hay señales.
El efecto de la salida parcial de YPF de Chubut y del retiro total de Santa Cruz todavía está por conocerse, pero ya hay señales.

Necesariamente habrá un cimbronazo, que la ciudad deberá absorber en un mercado laboral que, como se dijo más arriba, no crece, porque no surgen nuevas actividades económicas. Como en los procesos de inundación, “cuando el agua baje” se verán los efectos reales de una transición que se extenderá hasta cerca de fin de año.

Sumado a esta rápida reseña, la ciudad seguirá careciendo de las grandes obras que, ya lo dijo el gobierno nacional, no llegarán, como tampoco llegaron en las últimas décadas, en gobiernos anteriores, más allá de anuncios y firmas de contratos. Son muchas, pero basta referir a una sola: la precariedad del abastecimiento de agua es proporcional hoy a la que había en los primeros años del campamento petrolero.

Cada tormenta, ya sea de lluvia, de nieve, de viento o marea fuera de lo habitual, seguirá dejando al descubierto la falta de atención histórica a una ciudad que exprimió sus recursos al máximo, pero fue incapaz de hacer valer su derecho a que tal riqueza se vea reflejada en sus cimientos.

Al llegar a este punto, tal vez haya que revisar el título de este informe y cambiar la pregunta por una deducción. Tal vez Comodoro nunca fue tan rica. Tal vez sólo tuvo la suerte (o la maldición) de un gran recurso natural bajo su suelo.

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