“La necesidad tiene cara de hereje” es un dicho popular muy cierto, que se ajusta a la realidad que le toca vivir a determinados actores del peronismo en Chubut, y que terminan repercutiendo en el discurso de algunos diputados en la Legislatura, que se mueren de ganas de hacer oposición dura contra la gestión provincial, pero se ven obligados a tener que guardar sus banderas ante las súplicas de sus referentes por temor a las consecuencias .

La definición anterior tiene protagonistas puntuales y toda una apasionante historia que se reconstruye con el off, porque lo más interesante ocurrió debajo de la superficie de la sesión del último jueves. A cualquier observador con sentido común que haya seguido el debate del Presupuesto -la ley más importante y en la que el gobierno tenía puesta toda la atención- seguramente algo no le habrá cerrado.

La mayor parte de las intervenciones, por lo menos dos de las tres horas de debate, se las llevaron las voces de las bancas de Arriba Chubut, quienes no ahorraron una sola crítica hacia el oficialismo: que la sesión era ilegal, que estaban ejerciendo violencia contra los trabajadores, que el proyecto de gastos estaba repleto de mentiras, que no les importa la realidad del empleado público al que le meten la mano en el bolsillo, y que son una muestra de falta de transparencia.

Integrantes de Arriba Chubut hablan el jueves en el recinto. Sonrisas para afuera, tensión y discusiones hacia adentro.
ADNSUR

Son sólo algunas frases que se oyeron el jueves desde la oposición, y cualquiera que escuchara semejante nivel de disconformismo, hubiera pensado que seguramente sus autores iban a votar en contra del proyecto del Ejecutivo. Sin embargo, el dato llamativo fue que después de tanto cuestionamiento, el resultado fue 24 votos a favor sobre 25, por lo que el único que correspondió sus dichos críticos con su voto negativo fue el diputado de la Izquierda, Santiago Vasconcelos.

Todo el bloque de Arriba Chubut -donde la única ausente fue la madrynense Mariela Williams que suele votar con el oficialismo- acompañó en general la ley de Presupuesto elaborada por Ignacio Torres para 2025, con algunas salvedades en determinados artículos. Discurso caliente, voto tibio.

El recinto podrá parecer un teatro, pero al final de cuentas lo único que vale es la imagen de la pantalla con verdes (positivos) y rojos (negativos), por más minutos de micrófono que se usen -que tanto embelesan a algunos- y que terminan siendo un “acting” que después se replica en las redes sociales, con posteos que arman los “community managers” de los legisladores en poses combativas. 

Se gasta mucha saliva, se grita, se levanta el dedo, con el objetivo de “llevarse la marca” -como se dice en la cancha- para postear poses en cada perfil de Twitter o Instagram. Mucho ruido hacia afuera, para después apretar el botón en silencio, y dar el respaldo al gobierno, donde los voceros del gabinete sonríen con sorna y preguntan “¿cuál fue el resultado de la votación?”.

El presidente de la Cámara, Gustavo Menna, discutió con la oposición sobre la obligación de sesionar a pesar del paro de los taquígrafos.
Prensa Legislatura.

Para quienes no se comen el amague, la foto del principal partido de la oposición en Chubut, que es el PJ -cuyo presidente Gustavo Fita justamente ocupa una banca en la Legislatura- es de un discurso desafiante pero con voto suave, tal como muestra el balance de 2024, donde Arriba Chubut acompañó prácticamente todos los temas importantes que el gobierno necesitaba.

Y la mención a Fita no es casual, porque no sólo es el presidente del justicialismo, sino que fue el actor clave de buena parte de lo que se vivió en la semana, donde hubo otros protagonistas comodorenses a los que no se vio tanto, pero que estuvieron activos y movieron sus fichas, con la mirada puesta en un tema delicado: la causa Emergencia 2.

Acuerdos previos

A mediados de septiembre hubo una conferencia de prensa encabezada por el gobernador Ignacio Torres en Comodoro con denuncias hacia un empresario de la noche y hablando de una protección política local. Fue el punto máximo de una escalada discursiva atacando a los flancos de figuras de la dirigencia peronista de la zona sur, luego de lo cual, comenzó un período de diálogo.  

Días después hubo una cumbre secreta en la residencia del gobernador en la ciudad petrolera, con dos actores exclusivos, que hablaron a solas sin testigos: el mismo Torres, como anfitrión, recibió al ex intendente y su rival un año antes en la carrera a la gobernación, Juan Pablo Luque

Ignacio Torres y Juan Pablo Luque, protagonistas de un acuerdo de convivencia pacífica.
Ilustración ADNSUR

Se sabe que no existe la más mínima simpatía entre ambos y el aire se cortaba con un cuchillo. Pero más allá de lo personal, se trata de dos dirigentes políticos, que tienen intereses que exceden sus opiniones. No hay detalles de lo que se habló, pero sí un resultado: acordaron una tregua, un pacto de no agresión.

La conclusión de esa cumbre fue el compromiso de ambas partes de tratar de convivir en paz. “Vos no me atacás, yo no te ataco” fue el resumen de ese pacto, que tuvo más reuniones y más llamados telefónicos posteriores, a pesar de que los protagonistas quizás no quieran reconocerlo.

Esa primera reunión derivó en otros acuerdos que versan sobre lo mismo: evitar un inútil derramamiento de sangre, especialmente si toca a amigos muy cercanos. Y en este tipo de acuerdos, hay otro actor comodorense que siempre tuvo mucho ida y vuelta con el gobierno, con una relación mucho más amena: el senador Carlos Linares.

La buena onda de Linares con Nacho es tal, que el gobernador se permite bromear con él públicamente, y no se va a encontrar jamás un archivo de una declaración del senador peronista criticando al gobierno de Torres, como sí lo hacía cada vez que podía con el de Mariano Arcioni.

Carlos Linares posa sonriente junto a Ignacio Torres. Dice que le parece peronista, lo que viniendo de él, es un elogio.
Archivo ADNSUR

Este repaso previo sirve para entender el contexto de la sesión del jueves, donde ya desde el ingreso del Presupuesto a la Cámara, comenzó el operativo del gobierno para tener “todos” los votos del bloque de Arriba Chubut a favor, especialmente -y ahí pasaba el nudo de la cuestión- el del diputado comodorense que además preside el PJ, Gustavo Fita.

Los llamados eran tanto con Luque como con Linares, quienes habían dado la palabra al gobernador de que los votos iban a estar, mientras públicamente Fita daba a entender que iba a votar en contra, desconociendo la palabra de sus referentes. Cuentan los mentideros que incluso habría existido un llamado de un empresario muy poderoso -figura rutilante- de la zona sur para tratar de hacerlo entrar en razón, y que la respuesta de Fita habría sido “que me llame Nacho a mí”, algo que jamás iba a ocurrir.

La previa de la sesión ya el mismo jueves, con el paro de la CGT, y los operativos en las rutas, era de un Fita más subido en su rol gremial y líder de la oposición, que gritaba a voz en cuello a sus pares de bloque que había que votar en contra el presupuesto para no quedar después preso de los titulares de los medios, frente a una postura más de centro de algunos de sus colegas, como Juan Pais y Emanuel Coliñir, que preferían acompañar en general y con diferencias en particular.

Coliñir de espaldas, discute con Pais y Arbilla en la sesión del jueves.
Prensa Legislatura

En ese encuentro Fita -quien en la previa había atacado a los que consideraba dialoguistas del gobierno- y Tatiana Goic, terminaron convenciendo al resto, e impusieron la postura de votar en contra el Presupuesto de manera completa, y con esa idea llegó la bancada de Arriba Chubut al recinto el jueves a las 11 cuando sonó el timbre.

Pero en el medio “pasaron cosas”: los teléfonos comenzaron a sonar con llamados de los operadores del Ejecutivo, y especialmente, los números que empezaban en 297 que desde la zona sur interrogaban “¿qué van a hacer?”. El número que explotaba de manera evidente era el de Fita, que se paraba permanentemente, hasta que en un momento la situación si hizo insostenible: el bloque del PJ necesitaba parar la sesión -que tenía ya casi desarrollado todo el debate del presupuesto y estaba por votar- para reunirse en privado y volver a evaluar la situación.

Un ruego

Este columnista estaba sentado al lado del bloque de Arriba Chubut en plena sesión, y era un picnic observar las caras y los diálogos. Un diputado dijo a otro, que lo invitaba a hablar afuera, que si salía le tenía que pegar una trompada.

Otro se metió a separarlos. “Nos trataste de tibios, que jugábamos para el gobierno y ahora nos querés hacer votar a favor”, cuentan que uno de los legisladores reprochó a Fita, que pedía por favor una nueva reunión para rever la postura inicial.

En determinado momento, se vio como Emanuel Coliñir se paró y fue hasta la banca de Daniel Hollman, presidente del bloque oficialista, a quien le habría pedido que frene el debate, porque acto seguido, éste pidió un cuarto intermedio “de 10 minutos” pero que finalmente se prolongó más de una hora.

Dicen que la reunión del bloque peronista fue para alquilar balcones. Allí Fita se desdijo de todas sus opiniones previas e imploró a sus compañeros que acompañen el presupuesto, porque de lo contrario, lo iban a dejar votando en soledad apoyando al gobierno. Para justificarlo, explicó que tenía que cumplir con un acuerdo cerrado por su referente, Juan Pablo Luque.

En este punto sus compañeros lo hicieron sufrir: le exigieron que, si era así, el mismo Luque llame para hacer ese pedido al bloque, lo que generó que -por primera vez desde que asumió la nueva Legislatura- el último candidato a gobernador del PJ habló por alta voz con el bloque peronista y les pidió a todos encarecidamente que voten el presupuesto, porque de lo contrario se iba a romper un acuerdo, en el que había dado su palabra. “Están pasando cosas feas” cuentan que se oyó decir al ex intendente.

Si bien no hubo demasiada explicación al respecto, sobrevolaba el tema de “las causas” y en determinado momento se oyó pedir a Fita “denme una mano, tengo compañeros presos”. Eso, sumado a un llamado del dirigente camionero Jorge Taboada -quien había hablado con el gobierno- al teléfono de su diputada, Tatiana Goic, lograron destrabar posturas, y cuando el bloque volvió al recinto, mágicamente estuvieron todos los votos.  

Además del llamado de Luque, hubo otro de Jorge Taboada a la diputada Tatiana Goic.
Radio Camioneros.

La incertidumbre se vivió hasta último momento, y le puso más tensión a un marco ya de por sí caliente, con una movilización de trabajadores de la CGT contra la ley de ART, y el gobernador Torres desde Trelew asegurando “yo no soy Arcioni”. ¿Qué significa esa frase? Para los intérpretes que conocen al gobernador, dicen que el mensaje a toda la dirigencia fue que no va a permitir apretadas.

Las apretadas

Dos días antes, tres diputados oficialistas habían denunciado ante la Justicia al dirigente Luis Núñez por supuestas amenazas de ir a escracharlos a sus domicilios, que habrían sido dichas a voz en cuello delante de testigos en una reunión en la Cámara.

En la denuncia -que logró una prohibición de acercamiento de la jueza de la gran polémica con la Legislatura por su traslado, María Laura Martini, increíble como el mundo parece un pañuelo- están alcanzados dos abogados, como Bautista Mora y Vanesa Peruzotti. Este último nombre llama mucho la atención, porque la letrada es afiliada radical. 

Por si la cosa no viniera ya de por sí fulera, hubo un hecho que todavía la empantanó más, y que hizo enojar al presidente del oficialismo, Daniel Hollman, quien habló de “boicot” previo a la sesión para impedir el abordaje del tema ART.

Así de enojado estaba Daniel Hollman en el inicio de la sesión del jueves.
Prensa Legislatura.

Aludía a que -el día anterior a la sesión- la oposición buscó impedir el quórum en la Comisión de Salud, Trabajo y Legislación Social, por lo que obligó al oficialismo a tener que pedir a Roxana Soldani -quien falleció al día siguiente- a conectarse vía zoom para habilitar el dictamen.

Nadie va a querer hacerse cargo de semejante maniobra, y van a decir que de ninguna manera era la intención. Pero los hechos son claros: se especuló que no se iba a contar con una paciente agonizante, quien sacó fuerzas de donde no tenía en su compromiso político con su bloque. La anécdota es terrible, pero preferimos contarla en el compromiso de la verdad con el lector.  

Imagen de la reunión de comisión del miércoles, con Roxana Soldani conectada por zoom.
Prensa Legislatura

Cuando el miércoles se supo del paro y un supuesto corte de ruta para el jueves, con colectivos de trabajadores hacia la Legislatura, el gobierno puso en marcha todo el aparato policial, que impidió directamente el acceso a las principales arterias a la vez que se inspeccionó cada vehículo.

“Si quieren dialogar en Legislatura no hay drama, pero si pierden, se la bancan; ahora si quieren pelear, peleamos” explicaba un vocero del gobierno, mientras los diputados de la oposición denunciaban violencia institucional contra la clase obrera.

En realidad, lo que estaba en juego era una ley que establece nuevas reglas para casos de discapacidad o accidente laboral, agregando la exigencia de conformar una comisión médica en cada circunscripción judicial con el fin de mediar y llegar a un acuerdo previo a un juicio laboral, un sistema que ya existe en las principales provincias del país.

Así estaba el exterior de la Legislatura antes de la sesión del jueves.
ADNSUR

El término “caranchos” utilizado por Torres en sus declaraciones dirigidas a abogados, apuntó contra quienes viven de la “industria del juicio” y patrocinan las demandas contra las empresas, lo que tiene como consecuencia elevar el valor de la alícuota de ART que se paga en Chubut al doble de otras provincias, como Neuquén. Un tema que no es nuevo y que ya había sido motivo de una columna de ADNSUR hace dos años atrás.

En este caso, el bloque de Arriba Chubut no acompañó, a pesar de que en el gobierno consideraban que este tema también formaba parte del pacto de palabra con Luque y Linares. Algunos afirman que era todo o nada, y otros que lo más importante era el Presupuesto.

Una causa delicada

Si el diálogo continúa o se corta se verá en las próximas semanas, en las que habrá que mirar con atención, por un lado, si se rompe el bloque de diputados -que pende de un hilo- y dos, qué sucede con la causa Emergencia Climática que, como Kaiser Soze, nadie menciona de manera explícita, pero sobrevuela toda esta cuestión.

La causa de la Emergencia Climática, como se sabe, se inició en 2017 con el famoso “sobre bomba” que llegó a la Legislatura que terminó con condenas a los funcionarios provinciales y empresarios responsables de estafar al estado con contrataciones durante el desastre de lodo y agua que azotó a Comodoro en marzo de aquel año.

Pero luego vino una segunda etapa de la investigación a nivel local, que derivó en la condena de funcionarios municipales y empresarios a quienes también se encontró culpables de haber estafado al erario público ante aquel desastre climático, en épocas en que era intendente Linares y viceintendente Luque.

Concretamente, los condenados fueron los ex funcionarios Abel Boyero, que recibió una pena de 5 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos; y Rubén Palomeque, con 4 años de prisión y la misma inhabilitación. Junto a ellos, fueron condenados inspectores municipales, como Joaquín Mansilla; y también empresarios, como Roberto Monasterolo, Javier Morales, Hernán Lobos Rosas, y Cristian Pérez.

La audiencia en la que se leyeron las condenas por la causa Emergencia Climática.
Ministerio Público Fiscal

En el caso de Boyero y los cuatro empresarios, como se difundió en su momento, ante la confirmación de la sentencia por parte de la Cámara de Apelaciones, fueron detenidos y permanecen en prisión preventiva a la espera de que se habilite un recurso para que el Superior Tribunal revise el fallo.

Todo este repaso da contexto a la frase “tengo compañeros presos”, dicha en una de las reuniones para justificar el voto a favor, sumado a la intervención suplicante de Linares. Sin embargo, se desconoce cómo esto puede influir en una causa judicial, que además tiene otra arista: la posibilidad de que se abra una nueva etapa de investigación contra más funcionarios y empresarios.

Vanesa Abril escucha a Gustavo Fita, quien fue el centro de todas las miradas en la sesión del último jueves.
Archivo Prensa Legislatura

Este último punto es clave, y algunos diputados que escucharon la voz de Juan Pablo Luque creen que éste es el verdadero motivo de su pedido: el temor a que se inicie un nuevo proceso que involucre a figuras de su entorno más cercano.

¿El voto de un legislador opositor sobre una ley de presupuesto puede ayudar a proteger a un ex funcionario político? Es una pregunta que no tiene una respuesta certera, o que en todo caso quedará a criterio de cada lector, que hará sus propias conexiones. Aquí solamente cumplimos con contar los hechos, sin ocultar ningún detalle.

Para el cierre, una pregunta que un diputado peronista hizo en la reunión de bloque frente a este pedido: “¿hasta cuándo nos van a tener agarrados con esto a los que no tenemos nada que ver?”. El condicionamiento existe y afecta la vida interna de la principal bancada de la oposición. No hay dudas que 2024 terminó muy caliente y se viene un 2025 que será electoral, por lo que es probable que la ebullición vaya en aumento.

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