Cuatro rehenes, disparos y una multitud atemorizada: a 19 años del asalto con toma de rehenes en pleno centro de Trelew
La tarde del 13 de noviembre del 2003 marcó a fuego la historia de la ciudad. Dos delincuentes ingresaron al local de 'Carta Automática', tomaron a 4 mujeres como rehenes y se atrincheraron. A los pocos minutos, un ejército de policías y una multitud de curiosos rodeaban el lugar. En esta nota de ADNSUR, te contamos el desenlace con dos protagonistas que estuvieron cara a cara con los delincuentes en una tarde al filo de la cornisa que tuvo una mezcla del film 'Tarde de Perros' con el riesgo latente de 'La Masacre de Ramallo' de 1999. ¿Cómo se actuaría hoy en un caso similar?
El ingreso abrupto de dos delincuentes al local de una reconocida firma en la zona céntrica, la retención de 4 mujeres en calidad de rehenes, los disparos que se registraron en el interior, la desesperación y conmoción inmediata transformaron la jornada en uno de los días más intensos del Valle en los últimos 20 años. Fue la tarde del jueves 13 de noviembre del 2003.
En aquel momento, todavía resonaba “La Masacre de Ramallo” cuando el asalto en el Banco Nación de aquella ciudad bonaerense terminó con 2 rehenes abatidos y una mujer (Flora Lacare) que sobrevivió de milagro. Ese fantasma del peor escenario rondaba en la cabeza y los comportamientos de los efectivos policiales que intervinieron ese día en Trelew.
En diálogo con ADNSUR, el comisario general Enrique Urrutia, actual Director de Recursos Humanos de la Policía del Chubut recordó que "había recibido el servicio a las 13:45 hs y patrullaba la zona céntrica con el suboficial Julio Candia quien pasó a comprar un medicamento por la farmacia cercana a la plaza ‘Independencia’ de Trelew”.
“En ese momento, escucho por equipo que se ejecutaba un asalto en el local de ‘Carta Automática’ que estaba ubicado sobre la Av. 9 de julio entre Rivadavia y Mitre. Llegamos -de inmediato- al lugar con el suboficial Davies. Pudimos observar que los 2 delincuentes (Anaya y Ramirez) llevaban a 4 mujeres como rehenes al primer piso del local. Cuando estábamos ingresando, sentimos un disparo y luego supimos que se les escapó a los asaltantes”, relató.
“Los sujetos quedaron en el primer piso encerrados porque las ventanas de ese sector tenían rejas. No tenían otras salidas. Fueron llegando patrulleros y se llenó la planta baja de policías. Todos hablaban y gritaban. Me costó pero me situé como Oficial de servicio y me propuse a ser el interlocutor con los delincuentes”, precisó.
“Ascendí las escaleras y el requerimiento de los delincuentes eran nuestros chalecos balísticos. En ese momento, les entregué mi propio chaleco. Tiempo después, supe que ese fue un error pero no tenía mucha experiencia en ese momento. También apareció otro chaleco de otro empleado para el otro delincuente. Canjeé esos 2 chalecos por una de las rehenes. En todo momento, ambos tenían a las mujeres apuntadas con sus armas. Posteriormente, se les entregaron cigarrillos y gaseosas y entregaron otra chica que tenían de rehén. A partir de ese momento, se quedaron los 2 sujetos con 2 mujeres de rehenes”, reveló.
“Las 2 voces de la conciencia”: ingresemos vs dialoguemos
“De ahí en más, comenzó un diálogo porque ellos exigían la presencia del abogado Dr. Fabián Gabalachis y del periodista Hugo Vidal de Radio 3 quien también tenía un programa de TV en aquel momento. Constantemente, les pedía a los asaltantes que se tranquilizaran. Uno de los policías me decía que ingresaramos para recuperar a las rehenes porque los hombres no iban a intentar nada. Otro me decía que continuara con la negociación y seguí estos últimos pasos”, expresó.
“El comisario Ricardo Hughes que era el jefe de la comisaría 1° me dijo que siguiera hablando con ellos porque ya había entablado algún grado de confianza. En todo momento, les trataba de transmitir la tranquilidad que no se los iba a atacar físicamente”, agregó.
“Me puse en riesgo cuando cedí el chaleco balístico”
“Se presentó un camarógrafo y el subcomisario Alejandro Pulley quien era el mediador que tenía la Policía en ese entonces. A todo esto, ya habían pasado 4 horas con una tensión extrema. Uno de los delincuentes tomó el celular de una de las rehenes, realizó un llamado y dijo ‘estamos perdidos, ya estamos presos’. En esos momentos, los delincuentes accedieron a deponer las armas y se los detuvo”, indicó.
“Me puse en riesgo cuando les cedí mi chaleco balístico, nadie me había hablado de un procedimiento en una toma de rehenes y actué a mi criterio del sentido común del momento para una resolución pacífica del conflicto como terminó sucediendo”, valoró Urrutia.
¿Cómo es el protocolo actual para una toma de rehenes?
Permanentemente, el comisario Cristian Soto (jefe del GEOP) realiza capacitaciones para las intervenciones en los casos de asaltos con toma de rehenes en los que se conforma un ‘Comité de Crisis’, se detallan los ‘anillos de seguridad’ que tienen que existir alrededor del lugar, la ubicación del personal policial, el rol del mediador para que tenga diálogo con los asaltantes, los ‘corredores’ para un ingreso y egreso ágil de las ambulancias. En los últimos años, se formó a los Oficiales y también a los Suboficiales de la Policía del Chubut para que puedan actuar en estos casos con serenidad, profesionalismo, idoneidad y el resguardo que requiere la situación de los eventuales rehenes.
¿Cómo actúa un mediador en este tipo de hechos?
Por su parte, el comisario mayor (RE) Alejandro Pulley repasó que “yo me capacité en los años 1997 y 1998 con el equipo de ‘Negociadores’ de la Policía Federal Argentina. Cuando regresé, la jefatura de Policía hizo una resolución y se me designó como mediador oficial de la Policía del Chubut. En el 2003, era el único negociador que había en la provincia”.
“Ese 13 de noviembre del 2003, yo había terminado mi turno, había almorzado y me iba a dormir una siesta cuando el comisario Ricardo Hughes me llamó de urgencia porque había un incidente con toma de rehenes en el centro de Trelew”, evocó.
“Lo primero que tiene que hacer un negociador es aislar la zona y contener el perímetro con el personal policial. Hay que resolver la situación de crisis y mientras tanto los Grupos Especiales se posiciones y pueda obtener la mayor cantidad de información posible. Hay que observar bien la vestimenta de los delincuentes, los rehenes y relevar cada detalle del lugar, los posibles lugares de fuga, preparar a los equipos de salud para asistir a las personas heridas o descompensadas emocionalmente”, detalló.
“Los delincuentes pedían un mediador para garantizar su integridad física”
“Ingresamos con el comisario Hughes, el entonces oficial Urrutia y logramos reducir a los delincuentes y liberar a las rehenes que estaban a salvo pero requerían una contención con el drama del momento. Entre el inicio y el desenlace pasaron 4 horas”, aseguró.
“Ellos pedían un negociador para garantizar su integridad física, se habían dado por perdidoS. La negociación transcurrió acorde a las garantías que pedían para que no se los agreda. Nosotros pedíamos la entrega inmediata de las rehenes”, explicó.
“Uno de los delincuentes tenía una Magnum 357 y el otro portaba una pistola 9 mm. Por esto, tomar una determinación por fuera del ‘Comité de Crisis’ puede poner en riesgo a un rehén. Hay que tener en cuenta que un asedio en exceso genera un mayor stress en el aprehensor. En tal sentido, es importante conocer el perfil psicológico del delincuente. Todo eso se determina a través de las respuestas a las preguntas a los captores que se realizan en esos momentos específicos para establecer las características que tienen estos individuos y las posibles reacciones. A partir de ese hecho en ‘Carta Automática’, se labraron los protocolos de actuación que hoy están vigentes”.
A partir de este hecho, los protocolos de actuación cambiaron para siempre. En la actualidad, la Policía del Chubut cuenta con personal especializado en cada una de las Unidades Regionales de la Provincia y hay capacitaciones permanentes en la que se actualizan los pasos necesarios para llevar adelante en este tipo de circunstancias.
Pero hay 2 lecciones que quedaron grabadas a fuego. Un disparo, un movimiento inesperado o una frase desafortunada puede ‘encender la chispa’ de una situación con consecuencias imprevisibles.
Además, muchas personas juntas al mismo tiempo en un lugar no es un sinónimo de eficiencia sino que puede haber más perjuicio que soluciones. El "asedio genera más stress", nos explicó Pulley. Resulta fundamental estudiar las modalidades delictivas más complejas y anticiparse a los peores escenarios con capacitaciones permanentes, ejercitaciones realistas, definir los roles con precisión y promover una comprensión integral de estas situaciones para responder con solvencia a los desafíos que se pueden presentar.
Agradecimientos especiales: Rubén Darío Giménez (Diario El Chubut), Osvaldo Castro Ruiz y Hugo Vidal (Radio 3 AM 780) y Carmelo Fiore (Diseño y Prensa del ministerio de Seguridad).