Entre las 60 ofertas que recibió YPF en su primera instancia de preselección para ceder los 30 campos maduros en todo el país, 19 se concentraron en Chubut, donde aparece una de las ‘joyas’ que puede resultar de interés en el nuevo mapa petrolero del país. ¿Cuál es el bloque y por qué concita tanto interés?

Si se permitiese una metáfora futbolera en el reordenamiento hidrocarburifero de la Argentina, podría pensarse que Vaca Muerta es la gran liga argentina, que otorga chances para jugar el ‘Mundial’ de clubes petroleros.

Mientras se acelera la transición energética, el petróleo de Comodoro continúa siendo objeto de interés.

No menos importante y para nada despreciables, los campos maduros se transformarían en algo así como la ‘Primera Nacional’, es decir una segunda categoría, que igualmente moviliza gran cantidad de gente, con grandes estadios y alta competitividad, con el premio de alguna vez ‘ascender a primera’.

Aun cuando Horacio Marín, presidente de YPF, se muestra más afecto al tenis y sus explicaciones de torneos de Grand Slam y diferentes torneos con premios de 1.000 ó 500 puntos, en tiempos de Copa América y un nuevo desafío para la ‘Scaloneta’, apelamos aquí al más popular de los juegos, sin desconocer la belleza del ex ‘deporte blanco’, reservado más bien a las destrezas individuales que a los esfuerzos colectivos.  

En ese nuevo mapa, aparece un revitalizado interés por la liga petrolera chubutense, en un proceso que todavía tiene tiempo por delante para recorrer y un inevitable reacomodo por afrontar en el camino, que seguramente no estará exento de sobresaltos, pero que podría sumar resultados todavía importantes para la región.

EL FOCO DE INTERÉS PUESTO EN SAN JORGE

Fue el ministro de Hidrocarburos de Chubut, Federico Ponce, quien destacó en los últimos días la satisfacción por el interés despertado por las áreas de Chubut, al señalar que casi un tercio de las presentaciones estuvieron enfocadas a los bloques de esta provincia.

Hay que recordar que el Proyecto Andes, tal como denominó YPF a su programa para vender sus campos maduros, se extiende a 30 áreas convencionales agrupadas en 11 clusters ubicadas en las provincias de Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut.

En esta etapa no están incluidas las áreas de Santa Cruz, que suman otros 10 bloques y que la compañía está negociando con el gobierno de Claudio Vidal, para definir si serán revertidas en una primera etapa a la provincia, para luego buscar nuevos operadores privados.

Este detalle no es menor y genera preocupación en sectores vinculados a la actividad de empresas de servicios regionales, ya que la unidad de negocio de la cuenca es comprendida como un todo.

En concreto, la mayoría de las empresas de Comodoro trabaja tanto en campos de Chubut como de Santa Cruz y viceversa por lo que, si se prolonga la indefinición del gobernador Claudio Vidal en la parte sur de la cuenca, la ecuación puede empezar a desequilibrarse para no pocas pymes regionales.

Mientras tanto, el ministro Ponce valoró que las ofertas recibidas por los bloques de Chubut superaron el interés despertado en otras provincias, si bien hubo ofertas por todos los bloques que salieron a ofrecimiento en esta etapa.

Ministro de Hidrocarburos de Chubut, Federico Ponce.

A partir de aquellas declaraciones que realizó el ministro y fueron reflejadas por ADNSUR días atrás, resurge el foco y la pregunta de cuál es el interés en particular por los yacimientos chubutenses, lo que llevó a esta columna a revisar cuáles son los principales indicadores y proyectos en marcha, sobre todo de cara a lo que también definió el ministro como el futuro para esta cuenca: la recuperación terciaria.

ESCALANTE-TRÉBOL: LA ‘JOYA’ QUE MUCHOS APUESTAN A PULIR EN CHUBUT

El área que concita el mayor interés en la parte norte de la cuenca San Jorge, que Chubut comparte con Santa Cruz, es el bloque ‘Escalante-Trébol, acaso no tanto por sus indicadores actuales, sino por el potencial que puede entregar en un futuro cercano.

En abril de 2024, el bloque produjo 214.504 barriles de petróleo y según confiaron fuentes de la compañía consultadas para este informe, en el área se inició en el año 2021 un proyecto piloto de recuperación terciaria, que “arrojó excelentes resultados, que permitió retomar durante los años 2022 y 2023 el crecimiento de la producción del área”.

Ese tipo de proyectos es el que genera la mayor atracción, considerando que YPF ya logró, mediante la misma técnica, revertir la tendencia negativa de la curva de producción en Manantiales Behr, que es el área que la principal operadora del país decidió seguir operando en Chubut.

En el área Escalante-Trébol también hay buenos resultados en recuperación terciaria, que serían profundizados en la nueva etapa.

Ese activo, al que meses atrás Marín definió como “nuestro ATP 500, en el que vamos a seguir jugando”, en una de las reuniones encabezadas en Comodoro Rivadavia, entregó en el cuarto mes de este año unos 787.553 barriles de crudo.

Como referencia de lo anterior, puede recordarse que´, a un precio promedio de 70 dólares por barril, esa cantidad de petróleo implica una venta bruta de más de 55 millones de dólares por mes.

Seguramente la cifra es más baja que cualquier campo de Vaca Muerta, pero no es nada despreciable para un área que ya tiene largamente amortizados sus costos de producción, sin ignorar además que la recuperación terciaria es mucho menos onerosa que la perforación de nuevos pozos.

Fue precisamente que, a través de la implementación de proyectos de recuperación terciaria en Manantiales Behr, se logró alcanzar récords históricos de producción, que fueron ponderados por YPF en distintos foros durante los últimos años.

Manantiales Behr obtuvo sus mejores resultados a partir de las plantas de inyección de polímeros.

El primer piloto de inyección de polímeros comenzó en abril, 2015 en el Yacimiento Grimbeek. Según se explicó para este informe, los excelentes resultados obtenidos derivaron en un plan de desarrollo que incluyó la puesta en marcha de 8 PIUs (Polymer Injection Units), a través de las cuales se logró superar varias marcas de producción.

La “terciaria” explica hoy más del 30% de los volúmenes de crudo obtenidos en Manantiales Behr y esos grandes resultados son los que permiten proyectar logros similares en Escalante-Trébol.

Con una superficie de casi 290 kilómetros cuadrados, el área Escalante-Trébol tiene garantizado un contrato de concesión hasta el año 2047, tras la prórroga acordada con el gobierno de Chubut en el año 2014.

Otro factor que genera alto interés es el estado de las instalaciones en este bloque, algo que desde la compañía se apunta a valorizar especialmente a la hora de evaluar las ofertas recibidas.

CAMPAMENTO CENTRAL-CAÑADÓN PERDIDO

Tal vez con menos atracción, pero con una oportunidad que puede ser igualmente interesante para distintos jugadores ‘junior’ de la industria, el área Campamento Central-Cañadón Perdido es otro de los bloques que YPF apunta a ceder en los próximos meses.

El área tuvo una producción de 92.724 barriles de crudo en abril de 2024 y según refirieron fuentes de la compañía, se logró revertir el declino a partir del año 2022, mediante actividades de reparaciones de pozos, “optimizando proyectos de secundaria y disminuyendo pérdidas de producción”.

Es el área que se vincula más directamente al problema del pasivo ambiental (reflejado por esta columna la semana pasada) y su saneamiento, lo que a su vez encierra la posibilidad de acceder a un menor valor, al descontarse el futuro costo de las tareas de reparación, como también la oportunidad de activar pozos hoy parados.

El área Campamento Central-Cañadón Perdido es la que incluye los pozos petroleros dentro del ejido urbano de Comodoro Rivadavia.

Los volúmenes de producción a recuperar son menores y casi marginales en comparación a ‘las grandes ligas’, pero pueden resultar de interés acorde a la escala de las compañías en pugna.

El área tiene una superficie de 99 kilómetros cuadrados y su concesión se proyecta también hasta noviembre del año 2047. Una particularidad en este caso es que la operación de YPF es compartida, en partes iguales, con la chilena Enap Sipetrol, que ha iniciado un proceso de venta de sus activos en el país, por lo que el nuevo operador asumirá la titularidad en un 100%.

LAS AREAS NO OPERADAS POR YPF Y EL POTENCIAL DE RESTINGA ALÍ DE CARA AL ‘OFF SHORE’ SOMERO

Entre los bloques que dejará de operar YPF en Chubut están también los que no son operados por la compañía, pero tienen una participación del 7%, en áreas cuya titularidad pertenece a Tecpetrol.

Se trata de los bloques El Tordillo, La Tapera y Puesto Quiroga, con superficies de 117, 153 y 188 kilómetros cuadrados, respectivamente y una concesión que vence en agosto de 2047. Los volúmenes de producción de crudo son bajos, ya que totalizan unos 416 metros cúbicos diarios, es decir unos 78.000 barriles por mes.

Una de las mayores ‘promesas’ en estos bloques se encuentra en Puesto Quiroga, que tuvo 2 pozos exploratorios con buenos resultados, con una producción inicial de más de 600 barriles diarios y que, de confirmarse en el tiempo esos ensayos, revitalizarían fuertemente la producción de todos los bloques, según confiaron en la cartera de Hidrocarburos de Chubut.

Por última, resta por mencionar Restinga Alí, que no salió a ofrecimiento público, sino que será revertida a la provincia a través de Petrominera, para que esta compañía resuelva si se queda a cargo de la operación, o busca un nuevo socio o la concesiona directamente a otro actor privado.

El área Restinga Alí será revertida a la provincia y podría quedar en manos de Petrominera o un nuevo operador privado. De su mano, se abre la posibilidad del 'off shore' a baja profundidad.

Actualmente el área produce unos 14.000 barriles por mes y se destaca por las oportunidades que presenta en el off shore somero (perforación de pozos en el mar a baja profundidad).

YPF ha realizado pozos que parten desde la costa de ese sector de Comodoro Rivadavia, que luego ‘navegan’, en forma horizontal, por las capas petroleras que se encuentran debajo del lecho marino.

Un detalle de no menor importancia con este activo es que la totalidad de las instalaciones son nuevas, a partir de las exploraciones recientes que ha realizado la compañía, de allí que el interés por el futuro de la concesión puede ser elevado.

Queda así planteado una especie de ‘fixture’ para la segunda liga petrolera del país. Los resultados dependerán de la destreza para seleccionar a los nuevos jugadores, que deberán demostrar capacidad para el ascenso, u ostracismo para profundizar el descenso. No hablamos ya de copas futboleras, sino de los principales indicadores en este tipo de torneos, que son la curva de producción y la capacidad de inversión.

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