Guillermo Maliqueo relató la violenta agresión de guardavidas: "Pensé que me iba a morir en ese momento."
En un diálogo exclusivo con ADNSUR, Guillermo Maliqueo relató minuto a minuto la tarde del conflicto en Playa Unión: desde insultos inapropiados hasta una violenta agresión que involucró a cuatro guardavidas. A una semana del hecho, reconoce que le sangró la nariz, lo que evitó un ACV que podría haber generado el peor final. Su abogado es el exministro de Seguridad Federico Massoni, y el lunes se presentarán acciones legales.
En un incidente que sacudió la tranquilidad de Playa Unión el domingo 5 de enero a las 17:30 hs, Guillermo Maliqueo, de 60 años, denunció haber sido víctima de agresiones físicas y verbales por parte de un grupo de guardavidas mientras disfrutaba de un día de playa con su familia.
El episodio, que comenzó con un desacuerdo sobre las zonas permitidas para nadar, terminó con lesiones graves y un pedido de justicia que involucra a la Municipalidad de Rawson.
Según el relato del afectado, todo comenzó cuando decidió refrescarse en un sector donde aseguró no había ninguna señalización que prohibiera el ingreso al agua.
"Había mucha gente bañándose; yo no vi ningún cartel que dijera que no se podía estar ahí", recordó. Sin embargo, un guardavidas lo increpó con insultos y exigiéndole que saliera del agua.
"Me dijeron ‘gordo pelotudo’, entre otros insultos, y luego comenzaron las agresiones físicas", declaró.
La discusión escaló rápidamente cuando, a su negativa de abandonar la zona, otros guardavidas se sumaron al enfrentamiento en vez de mediar o intentar reducir la tensión.
“Sentía que el pecho me explotaba; pensé que me iba a morir en ese momento. Además, me empezó a sangrar la nariz y eso fue positivo porque podría haber sufrido un ACV u otro cuadro fatal”, expresó.
"Me rompieron la boca, la pierna me quedó toda hinchada y los moretones todavía no desaparecen", detalló, visiblemente afectado.
El hombre relató que fue golpeado con una radio en la cabeza, recibió patadas en el cuerpo y fue agredido incluso en una rodilla previamente operada.
Su esposa y su hija embarazada llegaron al lugar cuando escucharon los gritos y lograron intervenir para detener la golpiza.
A pesar de la presencia de numerosos testigos e incluso de la Policía, los agresores continuaron suhostigamiento hasta el estacionamiento donde se encontraba el vehículo de la familia.
Posteriormente, el hombre debió acudir al hospital local, donde fue atendido por lesiones en la cara y el cuerpo, además de un cuadro de hipertensión que nunca había experimentado antes.
"Nunca tuve problemas de presión, pero desde ese día los valores no se normalizan", aseguró.
El incidente provocó otra faceta de indignación porque, según el afectado, los guardavidas actuaron de manera violenta y discriminatoria, con insultos relacionados con su peso.
"Yo vengo luchando contra la obesidad hace años y, encima, me trataron como si fuera menos por eso", expresó.
Además, destacó que nunca hubo una explicación clara sobre por qué debía abandonar el agua, mientras otras personas seguían bañándose en la misma área.
ACCIONES LEGALES
Por otro lado, el hombre anunció que iniciará acciones legales contra el municipio de Rawson y los guardavidas involucrados, con el patrocinio legal del ex ministro de Seguridad, Dr. Federico Massoni.
“Decidí convocarlo a él porque lo conocía por mi trayectoria en la Policía del Chubut. Aceptó el ofrecimiento y el lunes habrá una presentación a las 10 h en el Ministerio Público Fiscal de Rawson”, precisó Maliqueo.
“No se puede permitir que quienes están para protegernos actúen de esta manera. Conozco bien las características del servicio al prójimo por mi paso de 30 años en la Policía del Chubut”, señaló.
"A lo largo de mi carrera, también enfrenté agresiones, insultos e injusticias, pero nada justifica una reacción de esas características", afirmó.
DESDE LOS CAMPOS DE TECKA HASTA LA POLICÍA DEL CHUBUT
Guillermo Maliqueo nació en Tecka hace 60 años. Su familia tenía un restaurante que le brindaba servicio a los trabajadores de la empresa L.A.L. que estaban construyendo la ruta hace 50 años.
A lo largo de su infancia, sus padres le inculcaron los valores de la cultura del trabajo, el respeto, la humildad y la honestidad.
Pertenece a la ‘generación Malvinas’ porque es de la clase de 1963, pero en el sorteo tuvo un ‘número bajo’ y eso lo exceptuó de incorporarse al servicio militar obligatorio para alistarse a participar del conflicto de Malvinas y el Atlántico Sur.
De todos modos, Guillermo decidió ingresar a la Policía del Chubut, donde desarrolló una carrera en distintos destinos y se retiró -hace 5 años- con la máxima jerarquía de Suboficial Mayor.
Durante el período de actividad, atravesó momentos de satisfacción plena por el deber cumplido, pero también el dolor de perder a uno de sus compañeros en un acto de servicio en la Alcaidía de Trelew y enfrentó instancias complejas en los años de una importante conflictividad en la provincia.
En ningún momento, reaccionó con violencia a ningún tipo de provocación durante su trayectoria en la Policía.
Mediante el roce social directo con la tensión social, enfrentó las adversidades, agresiones, insultos e incluso injusticias con estoicismo, temple y profesionalismo.
O sea, conoce muy bien todas las características del 'servidor público' en las dos caras de la moneda: en el orgullo personal por el deber cumplido, pero también para soportar las reacciones (muchas veces, destempladas) de otros ciudadanos.
Con el paso del tiempo, sus hijas y otros familiares decidieron ingresar a la Fuerza para desempeñarse como oficiales o suboficiales.
En la actualidad, Guillermo disfruta de sus hijos, nietos y bisnietos en su casa de Trelew, donde recibió a ADNSUR de manera exclusiva.
Le encanta el mar, sabe nadar, pero ahora necesita cumplir con su tratamiento médico para recuperarse de la mejor manera.
La familia del hombre ha decidido mantenerse alejada de las redes sociales y los medios para evitar ser revictimizados, aunque agradecieron el apoyo de los testigos que grabaron lo sucedido.
Ahora, mientras el hombre sigue recuperándose física y emocionalmente, su caso podría abrir un debate más amplio sobre la seguridad, el profesionalismo y el respeto en las playas de la región.