Con un reacomodo de precios en la última semana, que sumó entre 10 y 20% en todos los cortes, la carne de vaca y productos derivados sacudió el tablero, luego de algunos meses de cierta ‘quietud’, o al menos de subas más moderadas. El consumo se encuentra en su punto más bajo desde el año 1996, mientras que un estudio asegura que creció la compra de productos tradicionalmente más baratos, como los fideos, “pese a que acumulan aumentos de precios más significativos”.

Según un informe, hay una tendencia a comprar productos habitualmente baratos aún cuando sus precios suben por encima de otros.
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Según el economista Damián Di Pace, de la consultora Focus Market, en el país hay una tendencia de aumento de precios en las marcas más económicas de productos esenciales, pese a lo cual crece también su consumo. De acuerdo con el informe, este comportamiento no es exclusivo de la economía argentina, sino que tiene raíces de alcance mundial y ha sido detectado hace bastante tiempo atrás.

“Hay un fenómeno global llamado ‘Cheapflation’, que consiste en una subida de precios más rápida en los productos más baratos que en los productos más caros -explicó Di Pace-. Sería como el fantasma de los ‘low cost’ de consumo masivo. Lo más barato cada vez cuesta más caro”.

“En el siglo XIX -añade el especialista-, el economista escocés Robert Giffen observó que, en la crisis de precios, a pesar de aumentar el valor de las papas, el consumo entre la población pobre seguía creciendo. Esto que hoy conocemos como ‘efecto Giffen’ se produce cuando los consumidores de nivel socioeconómico bajo priorizan poder comprar cantidad frente a calidad”.

“En el caso de Argentina, este fenómeno se da por excelencia -sostuvo Di Pace-. Si bien por ejemplo el precio de la carne en nuestro país fue uno de los productos que menos aumentó a lo largo del año, su nivel de consumo cayó respecto de los fideos o arroz”.

CUÁNTO SUBIÓ LA CARNE EN LO QUE VA DEL AÑO

El informe de referencia no presenta datos específicos sobre la evolución del precio de la carne y la comparación con el arroz y los fideos, pero si eso ocurrió en algún momento del año (es decir, que la carne haya subido menos que el arroz y los fideos), podría quedar desactualizado por los recientes incrementos, en los que la carne va recuperando precio.

Al buscar datos locales para cotejar esa afirmación, encontramos que el Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N.P.S.J.B registró que, hasta octubre, el rubro ‘Carnes y derivados’ acumuló un 128% de aumento en comparación a diciembre, mientras que la inflación en el mismo período fue del 107%.

Evolución de precios por rubro y su incidencia sobre la canasta básica alimentaria. La carne en Comodoro acumula más del 128% en lo que va del año.
OEFCE/U.N.P.S.J.B

Es decir, el rubro en general creció más que el Índice de Precios al Consumidor. Sin embargo, hay excepciones en algunos cortes específicos. Uno de los relevamientos del Observatorio refleja que el ‘asado sin hueso’ acumula un incremento, hasta octubre, del 109,3%, quedando por debajo del IPC de la Patagonia (112%). Lo mismo ocurrió con el ‘pechito de cerdo’, con un 102,5%.

La paleta estuvo casi ‘empatada’ con el índice general de precios, al ubicarse en un 112%. El pollo, por otra parte, sólo acumuló un 53,2%. En todo caso, esos cortes de carne podrían justificar la afirmación de Focus Market, con respecto a que los precios aumentaron poco.

Sólo algunos cortes evolucionaron por debajo de la inflación, como el asado sin hueso, cerdo y pollo.
Foto: archivo ADNSUR

Habrá que ver cuánto se modificaron estos valores en noviembre, luego de las subas de las últimas semanas, que en algunos cortes oscilaron el 20 y 25%, con una tendencia que podría intensificarse en diciembre.

Desde una distribuidora local, se consignaron valores que sitúan hoy el kilo de asado con hueso en 13.900 pesos, marcando un incremento del 17% con respecto a octubre; los saltos más grandes se verifican en el kilo de chorizos, con alrededor de 9.500 pesos por kilo ,con un 26% de incremento frente al mes pasado; similar suba tuvo el corte ‘bola de lomo’, ubicándose en 11.900 pesos (se acerca al 180% en lo que va del año). El incremento más bajo fue en la carne picada común, con algo menos del 9%, fijada hoy en 7.500 pesos por kilo.

CAÍDA DEL CONSUMO

Lo que pasó con los precios de la carne durante gran parte del año fue explicado en varias oportunidades por el comportamiento de los consumidores, que compraron menos cantidad, al no poder afrontar los aumentos.

Según informó la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), el consumo de carne vacuna se encuentra en 47,2 kilos por habitante y es el más bajo de los últimos 28 años.

Desde el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina aseguran que el precio de la carne subió sólo 33% en lo que va del año, pero en Comodoro el precio promedio trepó más del doble de esa cifra.
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“A pesar de estar muy atrasada en el precio en al menos el 50%, es una catástrofe lo que está pasando con el consumo. Y la explicación de la caída es simple: la carne vacuna fue reemplazada por pollo y por el cerdo”, explicó el presidente de la cámara, explicó Miguel Schiariti, en declaraciones publicadas por La Nación.

La afirmación encierra dos datos a tener en cuenta: la mención al retraso del precio significaría que, de actualizarse, los valores deberían alcanzar el doble que en la actualidad. Y el segundo es que el consumo de carnes en el país sigue siendo elevado, ya que, si bien se compra menos carne vacuna, se reemplaza por otras especies.

Al mismo tiempo, los valores que informó el el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), citado por diario La Nación, son mucho más bajos que la evolución de precios que puede notarse en Comodoro: según ese documento, el precio del pollo y del pechito de cerdo tuvieron una variación interanual del 176% y 173%, respectivamente, “mientras que la carne vacuna alcanzó el 149%, con sólo un 33% de enero a octubre de este año”.

En la urbe petrolera, como se indicó antes, los aumentos registrados en lo que va del año son muy superiores a ese 33% señalado por el Ipcva. El Observatorio local consignó un 128% de suba promedio en Comodoro, entre diciembre y octubre último.

¿MÁS CONSUMO DE FIDEOS Y ARROZ?

Al retomar el informe del economista Damián Di Pace, no se verifica que productos tales como fideos y arroz hayan aumentado más que la carne, sino al contrario. Según los registros del INDEC para precios de la Patagonia, hasta octubre de este año los fideos secos aumentaron un 52%, quedando por debajo del Índice de Precios al Consumidor acumulado hasta ese mes. El arroz, por su parte, escaló un 108%, quedando equiparado con el IPC nacional y por debajo del índice patagónico.

El arroz en la Patagonia tuvo una suba promedio del 108%, según el INDEC.
iProfesional

Por su parte, el Observatorio de Economía registró variaciones del 90% para fideos tipo tallarines y similar porcentaje para el arroz blanco, en base a un relevamiento específicamente realizado en Comodoro. En todo caso, estos productos quedan más cerca de los precios del pollo y la carne de cerdo, que se transforman en una opción más competitiva para el consumo de proteínas. 

El informe de Focus Market suma un dato a tener en cuenta, al detectar que en los autoservicios, se paga hasta un 50% más caro que en super o hipermercados, “como lo es en el caso de los fideos, consiguiéndolos a $1199 en hipermercados y a $1800 en autoservicios”.

El informe añade que también se da un cambio en la brecha entre primeras y segundas marcas, ya que se reduce o bien se vuelve negativa, “dado que se busca aumentar las ventas, para evitar el sobrestock y el vencimiento de los productos. Así tenemos descuentos en primeras marcas del 20%, 30%, 40% y hasta 50% en días específicos de la semana, haciendo que la diferencia con las segundas marcas sea negativa”. Es decir, en esos casos la segunda marca termina siendo más cara que la primera.

Diferencias de precios de distintos productos entre supermercados y comercios de barrios.
Consultora Focus Market.

En productos como leche, la diferencia puede ser de un 43%, al igual que en la pulpa de carne, mientras que en harina y arroz puede oscilar el 20%, siendo más caro el autoservicio que el súper, ante la opción de éste para brindar financiamiento, realizar promociones especiales y otras estrategias.

“Si bien pareciera ser algo positivo para el consumidor, las personas en situación de vulnerabilidad no pueden aprovecharlos dado que, en un país con 52,9% de pobres, las compras mensuales se vuelven semanales o incluso diarias -advierte el economista-, comprando lo justo y necesario; y se hacen en autoservicios o despensas en vez de en los hipermercados, porque el costo de desplazarse en transporte público con demasiadas bolsas es más alto. Así las personas pobres, terminan pagando un precio mayor por los alimentos y sin posibilidad de financiamiento”.

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