La interna que se asoma para la lista del PJ en octubre: la historia y los perfiles de Juan Pablo Luque y Dante Bowen
El comodorense y el dolavense se hicieron conocidos al presidir sus municipios. El primero ya encabezó una campaña provincial y cuenta con mayor recorrido e instalación territorial. Para el valletano, sería su primera experiencia fuera de los límites de su localidad, en la que lleva tres mandatos consecutivos.

La eliminación de las PASO a nivel nacional cambió las reglas del juego y ahora cada fuerza política deberá definir puertas adentro sus candidatos de cara a las elecciones del próximo 26 de octubre, donde en el caso de Chubut, se renovarán dos bancas en la Cámara de Diputados del Congreso.
En el escenario de partidos, una de las previas más interesantes ya se está viviendo en el mundo peronista, dado que el justicialismo tiene el enorme desafío de al menos mantener la banca que dejará vacante la madrynense Eugenia Alianello.
En Chubut, el Partido Justicialista viene de sucesivas derrotas, siendo su último éxito la lista encabezada por Alberto Fernández en 2019, que colocó en el Congreso a dos legisladores, que fueron Santiago Igón y Estela Hernández, ubicándose en segundo lugar la lista de Cambiemos con una joven figura que aparecía, como Ignacio Torres, con apenas 31 años.
Luego el PJ perdió por paliza las elecciones de 2021, tanto en Senadores como en Diputados, y volvió a sufrir la derrota dos veces en 2023, tanto en las provinciales a gobernador, como en las legislativas, ya que el triunfo de Javier Milei arrasó en octubre, aunque la boleta de José Glinski logró un aceptable segundo lugar.
Por lo tanto, el justicialismo tiene por delante un enorme desafío, ya que es oposición tanto en el orden provincial, donde habrá seguramente en octubre una lista fuerte del “nachismo” bajo el lema Despierta Chubut, como en el orden nacional, que tendrá sus nombres bajo la presentación de La Libertad Avanza.
Pero el desafío extra este 2025 -que será por igual para todos los espacios- es el debut de la boleta única de papel, donde ya no habrá militancia a favor de una boleta partidaria, sino que el trabajo pasará por diferenciarse de los candidatos rivales ante un electorado que por primera vez tendrá a todos juntos en el mismo papel.
Será un año muy difícil seguramente para el peronismo, que tuvo su renovación de autoridades el año anterior, dejando en el diputado Gustavo Fita la responsabilidad de la conducción del sello partidario, y que en agosto deberá encarar una política de alianza con otras fuerzas y de establecimiento de reglas de juego para las internas.
En la previa, faltando aún cinco meses para esa instancia de definiciones, en el peronismo hay dos nombres que se desprenden del resto, por peso propio y porque ya cuentan con sectores que los impulsan: uno es el del comodorense Juan Pablo Luque, y el otro es el del dolavense Dante Bowen. ¿Cuál es el perfil de cada uno?
El más conocido
Sin dudas, de los dos, Juan Pablo Luque es el que cuenta con mayor nivel de reconocimiento en el territorio provincial, ya que tiene en el lomo una campaña a gobernador que lo llevó a recorrer todas las localidades antes del 30 de julio de 2023.
Más conocido obviamente para los vecinos de Comodoro Rivadavia, ciudad en la que nació y que luego gobernó, Luque también es un nombre que los chubutenses seguramente ubican. Hay que recordar que mantuvo una elección reñida a gobernador contra Ignacio Torres, logrando más de 111 mil votos hace menos de dos años.
Este importante caudal electoral es el que para muchos convierte e Luque en el candidato “natural” y que por lógica debe encabezar la boleta del peronismo. Dejó una buena imagen en su gestión, y así lo muestran las encuestas entre los vecinos de la ciudad, que muestran dos años después un alto nivel de aceptación.
Luque tiene 47 años, es abogado, y tiene una hija. Su actividad pública comenzó a cobrar notoriedad con su gestión como presidente del club Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, desde donde saltó a integrar la fórmula como viceintendente de Carlos Linares en 2015. Luego de 4 años en el cargo, en 2019 ganó la elección al frente del municipio más grande Chubut, el que gobernó hasta diciembre de 2023.
Su posible candidatura cuenta con respaldo lógicamente de buena parte del peronismo comodorense, desde el senador Carlos Linares hasta el presidente Gustavo Fita. Pero no está claro el respaldo de todos los intendentes y referentes comunales, ya que la última campaña electoral dejó heridas que en algunos casos no sanaron.
Y hasta el momento, protagonza una interna con el intendente que lo sucedió, Othar Macharashvili, con quien ya no mantenía una buena relación mientras ambos estaban en el Ejecutivo Municipal.
El actual jefe comunal tiene la sensación de que Luque busca desbancarlo, y reina un ámbito de desconfianza que otros referentes del PJ local buscan solucionar. Este dato es clave, porque en otros tiempos el peronismo de Comodoro trabajaba unido, y no está claro que este escenario vaya a repetirse este año.
De hecho, Macharashvili ha dicho a propios extraños que esta elección no es de su interés y que no piensa jugar en la campaña que viene, abocado a la gestión municipal en una ciudad aquejada por una crisis económica.
Esto significa que Luque tiene a favor una campaña provincial con un piso de más de 100 mil votos y amplio conocimiento de la gente, pero en contra un escenario de internas dentro de Comodoro y de relaciones desgastadas con varios referentes justicialistas de la provincia.
El ingenioso
Sin dudas el ingenio de Dante Bowen -el otro aspirante a la lista del PJ- es algo que nadie pone en duda, a juzgar por su estrategia de marketing agresiva que logró posicionar al municipio que conduce, de apenas 4 mil habitantes, en centro de eventos de toda la zona del valle.
Bowen está casado con otra dirigente del PJ, como la actual apoderada Rosario Nervi. El “colorado” como se lo conoce en el valle, nació en abril de 1988 y en unos días cumplirá 37 años, es decir que es de la misma camada del gobernador Ignacio Torres.
Sin dudas integra el grupo de las nuevas figuras de la renovación de la política provincial, y saltó a la fama en 2015, cuando con apenas 27 años fue electo intendente de su ciudad.
Desde aquella vez, en un debut incluso con un gobierno nacional de otro color como el de Mauricio Macri, y con un gobernador de otro espacio como en ese entonces era Mario das Neves, logró instalarse de a poco como un dirigente a respetar.
Fue reelecto dos veces, en 2019 y en 2023, por lo que ya va por su tercer mandato consecutivo en Dolavon. Esto significa que la ley le impide un cuarto mandato en 2027 y deberá buscar otro rumbo político. Así se lo expresa su entorno, entre los que se encuentra el diputado nacional José Glinski, a quien algunos ven como su futuro jefe de campaña.
Su manejo canchero de las redes sociales, donde suele grabarse bailando sin miedo al ridículo, y la generación permanente de eventos para su ciudad, convirtieron a Bowen en un referente ineludible. En un pueblo que sólo era conocido por los carnavales en el verano, instaló productos turísticos durante todo el año para visitantes de la zona.
Así lo demuestran eventos como el Chorilavon, la Keipon Fest, o Dolavon Playa (en un pueblo que sólo tiene canales de riesgo) así como shows musicales con bandas nacionales o la invitación recientemente al famoso enólogo Michel Rolland para visitar la zona que busca instalarse como polo gastronómico, no sólo con restaurantes, sino con una plantación de olivos.
Además, Bowen es padre político de otro intendente peronista, como Luka Jones, quien era funcionario de su municipio y saltó a la intendencia de 28 de Julio con apenas 24 años, quitándose al radicalismo una localidad que gobernaba desde 1983.
¿De dónde sale su candidatura? Él mismo la expresó en reuniones con legisladores nacionales, intendentes y legisladores provinciales. De hecho, una de las reuniones se dio en la Legislatura en el bloque de Arriba Chubut con motivo de la sesión inaugural.
Pros y contras
Para muchos llegó la hora de Bowen y hay rumores de que lanzaría su candidatura en abril, después del aniversario de la localidad, aunque hay un juego de las escondidas ante la novedad de que Luque, quien parecía no iba a participar, ahora estaría decidido a jugar sus cartas, tal como surgió en la reunión celebrada en Comodoro hace una semana atrás y publicada por ADNSUR.
Cuentan que hay algunos intendentes peronistas esperando el anuncio de la candidatura de Bowen, ya que no quedaron del todo bien las relaciones con el ex intendente comodorense, y sería una manera elegante de no tener que jugar en el espacio de Torres.
Hay un dato que se analiza por lo bajo, a la hora de pensar en la campaña que tiene por delante el PJ, y tiene que ver con los condicionamientos. Por un lado, Luque parece afrontar un frente judicial que puede afectar a gente de su entorno en la investigación que sigue adelante conocida como Emergencia 2, referida a las contrataciones durante el temporal de agua y barro que sufrió Comodoro en 2017.
En cambio, el fuerte de Bowen que puede contrarrestar su falta de conocimiento provincial, es su independencia. Conduce un municipio de segunda categoría que está muy holgado económicamente, ya que tiene baja cantidad de empleados y un número de vecinos manejable, sin problemas sociales ni de seguridad.
A la hora de encarar un discurso de campaña, y de pararse en la vereda de enfrente a la gestión de Torres, la figura de Bowen parece tener mucho más oxígeno que Luque, o -dicho en otros términos- tiene menos que perder.
Se trata de dos dirigentes con perfiles interesantes para comparar dentro de una disputa que ya se juega a nivel preliminar. Todavía no es seguro que los dos vayan a jugar a fondo, y comenzará seguramente una estrategia de negociaciones en las que no se descartan acuerdos. Pero sin dudas, Luque y Bowen son los dos nombres de los que habla todo el peronismo por estas horas.
