Recordar de dónde venimos y el camino recorrido es vital para valorar, construir y proyectar. Comodoro Rivadavia ya no es el pueblo de campamentos en el que se conocían todos, aquellas épocas de libretas y acuerdos de palabra. Como toda gran ciudad, quedó inmersa en las nuevas tecnologías que cambiaron la forma de comprar, de relacionarse e inclusive de vivir la ciudad. En este 2022 en ADNSUR recordamos algunos comercios y empresas emblemáticas que dejaron su huella en la ciudad. 

Tienda Brasil fue una de ellas. El comercio de La Loma fue tradición durante 25 años, en la esquina de Rivadavia y Malvinas. Dedicado a indumentaria, marroquinería, zapatería, mercería y lencería, fue fundado por una familia brasileña que unos años antes había llegado de San Pablo.

Elizabeth Gago, la hija de Manuel Orlando Dias Gago, recordó junto a ADNSUR la historia de la tienda que abrió sus puertas el 22 de abril de 1978.

“Empezamos con nada, pero de a poquito nos fueron conociendo, porque en el local antes había una farmacia, entonces la gente venía a buscar remedios y se encontraba con que era una tienda”.

Por ese entonces la zona era muy diferente a la actualidad. Solo pasaban dos líneas de colectivos y no había tanta población como hoy en día, que “La Paloma” terminó siendo un sector central en la larga y extensa Comodoro Rivadavia. Leé la historia completa.

Otro comercio que marcó a varias generaciones fue Ferdinandos, la juguetería del centro de Comodoro creada por un inmigrante turco

Para muchos, Ferdinandos fue sinónimo de infancia. Junto a Pirulín Pirulero y Casa Castaño marcaron una época, dejando una huella en varias generaciones. 

El local fue creado por Alexandro Mihoglo y Vasiliki Dimitrof a mediados de la década del 70 y funcionó casi por 20 años. “Fue una linda época. Los juguetes eran muy distintos a lo que son ahora. Me acuerdo que teníamos Duravit, el fútbol de goma. Dos veces al año íbamos a la feria de juguetes; en marzo para el Día del Niño y en septiembre para comprar las cosas de Navidad”, dice Vasiliki. Leé su historia completa. 

Otro local que marcó una época fue el histórico bowling de la galería “El Águila”. Se creó en 1958 en la galería que hoy todos conocemos como Paseo del Sur. Allí se formaron los grandes campeones de Comodoro. También fue un lugar de esparcimiento y recreación, tanto para niños como para grandes. 

Bowling del Sur, no solo es la primera sala de este tipo en Comodoro Rivadavia, sino un lugar de formación de jugadores, amistad y familia, allí donde se cruzaron la vida de José Andrés Chica y Alicia Bianco con Eduardo “Pety” García y Nilza Calderón, quienes dejaron una huella tan grande en la disciplina que una vez que se fueron nada fue igual.

La sala tiene su origen en diciembre de 1958. Lo construyó Francisco “Paco” Cruz, un empresario de la ciudad que ideó la galería. Allí tenía una agencia de viajes, locales y el bowling que funcionaba en el subsuelo.

Para la disciplina fue tan importante que allí se creó la Federación de Bowling de Chubut. Leé su historia completa. 

Una empresa que también hizo historia en la ciudad fue Fono Musa, el Spotify del Siglo XX que marcó una época en Comodoro.

Funcionó entre 1968 y la década del 2000, y sonó en los principales comercios de la ciudad con sus propias particularidades. De alguna forma, fue la primera difusora privada que tuvo Comodoro Rivadavia cuando solo existía la AM.

Fono Musa comenzó a funcionar en 1968, y fue creada por Jorge Rosenthal, quien llegó a la ciudad gracias a una propuesta de un amigo con el que había hecho el Servicio Militar obligatorio en Entre Ríos. La invitación consistía en instalar un sistema de música por suscripción y venderlo a comercios e instituciones que iban a poder escuchar canciones sin pausas y sin publicidad, muy similar a lo que hoy ofrece Spotify.

Los primeros tiempos fue patear las calles de tierra en busca de algún cliente. Fue difícil, duro, pero hicieron la primera vez la mejor propaganda que pudieron tener. Por ese entonces, Aerolíneas Argentinas era una de las empresas más importantes de la zona y fue la primera en apostar por el servicio.

Así, cada vez que Rosenthal ofrecía el servicio se jactaba de decir que Aerolíneas ya lo tenía. “Eso fue muy bueno, porque cuando iba a promocionarla, decían: ‘Ya lo tiene Aerolíneas’ y ya creían”.

El funcionamiento del sistema era sencillo. Rosenthal instalaba un equipo en el lugar donde quería que se escuchara el servicio y a través de toda una línea de cableado lo conectaba a un sistema que funcionaba desde Sarmiento 485, donde Fono Musa tenía su oficina; una especie de estudio de radio, de donde se difundían las canciones que eran grabadas en Buenos Aires. Así, quienes tenían el sistema podían escuchar música sin propaganda y sin cortes de lunes a lunes en un horario restringido. Es que en la semana, Fono Musa funcionaba de 8:00h a la medianoche. Mientras que los sábados ampliaba su horario a la madrugada y el domingo comenzaba a las 9h, hasta la medianoche. Leé la historia completa.

Sin duda, este 2022 no será un año más en la historia comercial de Comodoro. La Proveeduría, el almacén de barrio que se convirtió en una histórica cadena de supermercados de Comodoro, cerró sus puertas. 

La Proveeduría nació en el almacén ‘Los Pibes’, en Italia y Ameghino. El comercio fue ideado por Felipe Escribano y era atendido por su esposa, su cuñada y sus hijos. Allí aprendieron el oficio y cuando Eduardo, el tercero de sus hijos, volvió de La Plata, surgió la idea de iniciar una distribuidora mayorista en el barrio Industrial; allí sobre la calle Pedro Pablo Ortega, a dos cuadras de donde se encontraba el depósito histórico de la firma. 

La Proveeduría comenzó como mayorista, pero en una crisis, cuando ya estaba en la avenida Yrigoyen, comenzó a vender al por menor viendo que a la gente se le hacía cada vez más difícil comprar por bulto cerrado.

El éxito fue rotundo y llegó a tener 9 sucursales repartidas por todo Comodoro; desde Kennedy y Patricios, donde abrieron la segunda sucursal, hasta Laprida, donde inauguraron la última. 

Pero más allá de Comodoro, “La Provee” se expandió a las afueras de la ciudad. En Rada Tilly tuvo sucursal y en algún momento también tuvo una en Caleta Olivia. 

Hace unos años la sociedad cerró su histórica sucursal de la avenida Yrigoyen y el año pasado recibieron una oferta de la Cooperativa Obrera. 

Las negociaciones fueron duras pero amables, asegura Escribano. La Proveeduría puso una sola condición absoluta. Si había negociación la nueva firma tenía que quedarse con el personal para garantizar las fuentes laborales de 260 personas. Así, La Proveeduría cerró sus puertas para siempre. Leé su historia completa. 

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