La nueva cara del STJ en Chubut: visitas al interior, sala única, inteligencia artificial y papel cero
Con la llegada de Javier Raidan y la salida de Alejandro Panizzi, la corte chubutense dio vuelta la página: pasó de un ambiente de internas y conflicto, a otro de diálogo y consenso. Cuáles son las reformas para “aggiornarse” a la impronta de los nuevos tiempos.
El Superior Tribunal de Justicia, máximo órgano del Poder Judicial en Chubut, es una de las instituciones claves del sistema: sus lineamientos bajan una línea al resto de la sociedad, tanto a través de sus fallos que sientan jurisprudencia, como de sus gestos, sus mensajes, y su imagen, que venía de épocas realmente bélicas entre algunos de sus integrantes.
Quienes siguen esta columna dominical recordarán cómo hemos ido reflejando en los últimos años las disputas de egos internos dentro de la corte, especialmente a partir de 2021, cuando el STJ pasó de 2 a 6 integrantes, en una amalgama entre los recién llegados y los antiguos que fue absolutamente traumática.
Los períodos de 2022 y 2023, así como parte de 2024, estuvieron marcados por la tensión. Aquí hemos narrado con lujo de detalles cada una de las batallas, y todo luego fue confirmado con escándalos que llegaron a lo político -dos ministros como Daniel Báez y Alejandro Panizzi volaron por los aires- y a lo judicial, con denuncias que derivaron en la salida del ex hombre fuerte, Mario Capraro, así como en un juicio oral contra un director y otra directora que fue cesanteada.
No vamos a repasar cada uno de estos momentos críticos, porque para eso está el archivo, pero lo traemos a colación porque sirve para comparar con el clima con el que el STJ cierra este 2024: lejos de aquellas guerras internas, una recorrida hoy por sus despachos muestra otro aire.
En realidad, lo que se ve es más parecido a la normalidad, a como se espera que sea el funcionamiento y el trato entre los integrantes del cuerpo colegiado que preside al Poder Judicial: no quiere decir que ahora hay unanimidad, sino que el necesario y lógico desacuerdo de criterios, se da en un marco de paz y respeto.
¿Qué cambió? Se dio una combinación de factores, como fue la llegada de un nuevo miembro externo, como Javier Raidan, totalmente descontaminado y con ideas nuevas; sumado a la salida del integrante por lejos más conflictivo de todos, Alejandro Panizzi, el del estilo confrontativo y desafiante que en otras épocas le dio rédito, hasta que le llegó su momento.
El STJ venía de papelones vergonzosos, con ministros que denunciaban penalmente posibles concursos truchos, y otros que manifestaban su desacuerdo con un fallo a través de las redes sociales, deslizando sospechas de corrupción. La política del gobierno anterior era observar desde afuera, sin entrometerse.
No se puede soslayar el tercer factor que ayudó al cambio, cuando en diciembre de 2023 asumió otra gestión en el Ejecutivo, y si bien en los papeles se trata de poderes independientes, se bajó el mensaje de que ya no se iba a tolerar este tipo de conductas, y bastó con el amague de dos juicios políticos para ordenar la tropa.
Tanto se calmaron las aguas, que el gobernador Ignacio Torres no mostró apuro en cubrir la vacante de Panizzi: la corte con cinco miembros no se resiente, y en todo caso podrían surgir nuevas vacantes ante posibles jubilaciones en breve, que habilitarían incluso más pliegos para ser tratados: como ya contamos en su momento, los dos nombres en carpeta son los de Andrés Giacomone y Lucía Pettinari.
La impronta del futuro presidente
Fue primicia de ADNSUR esta semana, el título de que Javier Raidan será el próximo presidente del STJ desde el mes de abril. Se trata del ministro más nuevo de la corte, apenas asumido en agosto pasado, pero con una personalidad que no lo hace pasar desapercibido. Como hemos contado en su perfil, jamás integró el Poder Judicial, y viene del ámbito privado, acostumbrado a litigar en casos resonantes y con una mirada más cercana al hombre de la calle.
Con esos antecedentes, Raidan busca aplicar el “sentido común” con fallos redactados en un estilo más directo, y maneras de resolver que desafían los usos y costumbres anquilosados hace décadas, que suelen dejar boquiabiertos a relatores y secretarios. A la frase “siempre se hizo así” se le contrapone “ahora ya no, cambió”.
Uno de los ejemplos fue una resolución de hace algunas semanas, donde hubo un cambio sutil en una palabra, pero que modificó todo el sentido: Raidan pidió que, allí donde se expresaba que el STJ “solicita”, se lo cambie por “ordena”. No hay que haber ido a la Facultad de Derecho para entender que el cambio de verbo marca un empoderamiento diferente.
Otro ejemplo: cuentan que llegó una notificación de un juez -de larga trayectoria y mucha cancha política y pública incluso- en la que acataba una disposición del STJ, pero en sus fundamentos atacaba durísimamente los argumentos de sus superiores de la corte. Elegantemente y con términos jurídicos, pero casi les faltaba el respeto.
Según este relato, ese mismo juez, de una localidad bastante alejada de Rawson, se encontró al otro día con Raidan sentado delante de suyo en su propio despacho: “lo que escribiste ahí, ahora decímelo cara a cara”, habría sido la frase del ministro de la corte, en un diálogo exclusivo que sólo ellos protagonizaron.
Esta anécdota de Raidan, que puede escandalizar a muchos, marca su impronta de que un ministro no puede estar en una torre de cristal: son todos de carne y hueso, por más toga que lleven. Al bonaerense no le gustó lo que leyó, y en vez de mandar un mail, lo quiso charlar en persona. La historia terminó con los dos protagonistas a los abrazos y yendo a almorzar.
Ese estilo del nuevo integrante, también aflojó las tensiones hacia el resto. Como venía de afuera, y no tenía historia previa con nadie, Raidan actuó de manera componedora. Hay que recordar que desde abril en los acuerdos plenarios, el aire se cortaba con un cuchillo, en épocas en que Panizzi atacaba a su colega Ricardo Napolitani.
Con la jubilación de Panizzi -acordada a la fuerza al ver que la Legislatura se aprestaba a llevarlo a juicio político- el clima cambió un 100 %. Las tensiones se aflojaron y ahora las reuniones plenarias son propias de un clima de trabajo, algo en lo que Raidan ayudó mucho. Por lo tanto, no fue casualidad que lo eligieran para encabezar desde abril la nueva etapa que se viene.
Medidas en carpeta
A cuatro meses de asumir, Raidan trabaja en una batería de medidas que buscan cambiar la imagen del STJ, apuntando a un perfil de “federalización” que saque a los ministros de sus despachos en Rawson, el uso de la tecnología en búsqueda de mayor eficiencia y agilidad, y un cambio de marco jurídico que elimine la especialización en sala Penal y Civil, volviendo a una Sala Única.
La primera de las medidas ya se comenzó a aplicar con la compra de tres camionetas, que se van a empezar a utilizar a fondo en 2025 cuando desde abril, se disponga la realización de un plenario (con todos los ministros) de manera mensual y rotativa en cada una de las seis circunscripciones de la provincia.
Se va a fijar un cronograma, y en las camionetas viajarán los ministros y los secretarios para tomar nota in situ, de 3 o 4 demandas o problemas puntuales de cada circunscripción. El objetivo es que en la nueva fecha de visita 5 meses después, se pueda mostrar avances al menos en la mitad de los planteos.
Las siete circunscripciones judiciales son Trelew, Rawson, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Sarmiento, Esquel y Lago Puelo, por lo que -a lo largo de 12 meses- el objetivo es estar al menos dos veces en cada zona. “Se trata de una federalización real, una política que se va a iniciar y quizás se continúe”, confiesa uno de los ministros a esta columna.
Por otra parte, se están analizando medidas para equiparar el desfasaje de causas que existen entre las diferentes circunscripciones. La idea es que no haya jueces en compartimentos estancos y que aquellos que están más aliviados puedan ayudar a resolver -sin tener que estar de manera física- a los que están en los lugares más colapsados.
En pleno siglo XXI, donde los dispositivos electrónicos ofrecen muchas alternativas, no es admisible que haya juzgados tapados con cientos de expedientes atrasados, y otros donde los jueces tienen que resolver 70 causas por año, apenas 7 por mes -si se deja afuera los 45 días de feria-.
Ya se dispuso un nuevo régimen de teletrabajo para los empleados, a quienes se da la posibilidad de dos días por semana trabajar vía remota de sus casas, aunque -increíblemente- el gremio de los judiciales ha planteado cierta resistencia y prefieren que se siga manteniendo la estructura presencial.
El uso de la tecnología es algo que no tiene vuelta atrás, y ya nadie se pone colorado en reconocer que irá avanzando cada vez más el uso de inteligencia artificial, no para cuestiones trascendentes, pero sí para despachos y trámites simples, que son escritos fáciles que ya tienen una estructura.
La idea es que todo sea accesible para el justiciable, que la información se suba a la nube, y que la Justicia pueda acoplarse a DINO, el nuevo sistema de IA anunciando por el gobernador Ignacio Torres como nueva ventanilla única para todo tipo de trámite que necesiten hacer los chubutenses con el estado. Por ejemplo, no sería descabellado que, a través de esta página, la gente pueda al menos seguir el estado de sus causas.
Todo esto, sumado a la firma digital que ya está en marcha, apunta a una política de “papel cero”, algo impensado en la estructura tradicional de la Justicia, con su icónico expediente cosido a mano. Algunas de estas cuestiones ya están avanzando, pero el objetivo es que esto se implemente de manera plena el año próximo, para lo cual es probable que haya que adaptar por ejemplo el nuevo Código Procesal en materia Civil.
Reforma
De la mano de lo anterior, hay un consenso bastante generalizado en que se debe eliminar la actual división del STJ en Sala Civil y Sala Penal, y apuntar a una Sala Única. Hay varios proyectos, uno de los cuales fue elaborado el originalmente por el vicegobernador Gustavo Menna, y resta acordar la letra fina.
Algunos ministros están observando el funcionamiento del resto de las cortes, y hay quienes ven con buenos ojos el ejemplo de Rio Negro, donde existen cinco miembros, y se necesitan tres votos para una sentencia, en una dinámica de sorteos que le da agilidad y variedad al sistema.
Todavía no está claro cómo se aplicará en Chubut, pero ya hay charlas avanzadas para terminar de pulir una reforma que también incluirá cambios en la utilización de lo que se recauda en concepto de Tasa de Justicia, ya que se pretende que un porcentaje esté destinado al funcionamiento del Consejo de la Magistratura, organismo que tiene un presupuesto acotado y que en muchas ocasiones se queda sin recursos para organizar los concursos para cubrir las vacantes en la Justicia.
A propósito del área de tasas, cuyo manejo en las épocas de Capraro devino en un escándalo con denuncias judiciales, la tarea inmediata que ya comienza ahora desde diciembre, es hacer los concursos para cubrir los cargos de Director de la Oficina de Tasa Judicial -Ligia Pérez fue cesanteada- y de Director de Recursos Humanos -ya que a la anterior titular Marina Abraham, le revocaron el cargo, porque fue mal designada-.
Una vez que se termine este proceso (ya hay 40 inscriptos para cada cargo) al STJ le quedará designar a comienzos de 2025 dos lugares fundamentales: un nuevo administrador general (el lugar quedó vacante con la renuncia de Capraro y está a cargo Mariano Pardini) y un auditor jurisdiccional que controle el trabajo de los jueces.
En lo inmediato, las negociaciones con el Ejecutivo provocaron una reducción a último momento del Presupuesto 2025: de $120 mil millones en 2024 había subido a $ 177 mil millones en el proyecto original, pero con el último ajuste pedido por Economía, se lo bajará a $ 152.500 millones.
Por ahora, parecen haberse enfriado las intenciones del gobierno de votar una ley de desenganche para poner freno a la política salarial vinculada a las acordadas de la Corte Suprema, y no se está hablando tanto de la Ley de Autarquía que sonó muy fuerte a mediados de año.
La gestión de Silvia Bustos tiene buen diálogo con el gobierno, pero se cree que al asumir Raidan, este ida y vuelta será aún más fluido. La tensión está dada entre el pedido de austeridad en el gasto que hace Economía y el reclamo salarial del Sitrajuch que ya está planteando que hay retraso en aplicar los aumentos dispuestos por la corte.
Por lo que se avizora, 2025 será un año de cambios en la Justicia. No será sencillo aplicarlos dentro de una estructura que arrastra costumbres hace décadas y es reacia a las modificaciones. La tarea de Raidan no será fácil, y en la cancha se verá si tiene capacidad de conducción.